Pilar Gamboa, Marina Bellati, Violeta Urtizberea y Bárbara Lombardo hablan de infidelidad, locuras de amor y qué les da envidia
Las actrices de Envidiosa, que estrenó su segunda temporada en Netflix, se confiesan en una divertida charla con LA NACIÓN
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En Envidiosa, la exitosa serie argentina de Netflix que este mes estrenó su segunda temporada, las actrices Pilar Gamboa, Marina Bellati, Violeta Urtizberea y Bárbara Lombardo conforman el círculo íntimo de Vicky (el personaje interpretado por Griselda Siciliani), esas amigas -y hermana, en el caso de Gamboa- que la acompañan en sus momentos más difíciles, en sus desbordes, que la confrontan cuando se pone terca, caprichosa, egoísta y... envidiosa.
Así como en la ficción, en la vida real las cinco mujeres se conocen hace muchos años, y además comparten amistad, los mismos códigos de trabajo -actuaron juntas en más de una oportunidad- y, principalmente, su amor por la profesión. Una complicidad, acompañada por muchas risas, que traspasa la pantalla y se transmite al producto final.

-¿Cómo vivieron las repercusiones del éxito que tuvo la primera temporada?
Marina Bellati: -Fue bastante espectacular. A mí no me pasaba algo así desde la vieja televisión. En un momento les dije, “Chicas, Gasoleros”. Esto de que la gente te saluda por la calle, no sé, no pensé que con Netflix fuera así, me impactó muchísimo.
-¿Quién es la que más se tienta?
Bellati: -Y, yo soy muy tentada.
Pilar Gamboa: -No, todas.
Bellati: -A mí me parece que es una enfermedad como cualquier otra. Soy bastante tentada, pero me parece que también somos todas muy profesionales. Con el tiempo, creo que hemos logrado... ¡terminar una escena! [se ríen las cuatro].
-Si tuvieran que elegir a su personaje preferido de la serie, que no sea el que interpreta cada una, ¿cuál sería y por qué?
Violeta Urtizberea: -Ah, entonces no.
Bellati: -Me gusta Fernanda [la psicóloga de Envidiosa, interpretada por Lorena Vega].
Urtizberea y Gamboa: -¡A nosotras también!
Bellati: -Es un lindo personaje y un poco la que le pone freno a Vicky.
Bárbara Lombardo: -A mí me gusta el de Susana Pampín [hace de Teresa, la madre del personaje interpretado por Griselda Siciliani].
-Ustedes, en su vida personal, ¿hacen terapia?
Lombardo: -Yo hice muchos años de terapia, lo di todo, y hace ya cuatro o cinco años que casi no hago. Cuando realmente lo necesito, tengo a una terapeuta a la que respeto mucho y le consulto por algo específico.
Gamboa: -Yo también. Me resulta siempre un espacio mega interesante con todas las contradicciones que también me genera ir a hablar de mí misma, una hora, a un lugar. Pienso “¿quién me creo que soy?”, pero a la vez me ayudó mucho a descubrir los síntomas y me parece como revital el espacio.
Bellati: -Yo hago desde los ocho. Igual, ahora hace bastante que no, pero meto una sesión cada tanto. Es como una cosa reburguesa y todo, pero también es un espacio de lujo tener ahí a un profesional.
Urtizberea: -Hice terapia toda la vida y sigo. Es mi espacio, soy muy escéptica, no creo en nada, no soy religiosa, me gusta escuchar sobre astrología, pero no tengo mi creencia ahí. Si tengo que creer en algo diría que en el psicoanálisis, me gusta ese espacio de reflexión.
-Hablando de escepticismo, hay una escena desopilante en esta temporada donde hacen un ritual que se conoce como baby blessing. Algunos de sus personajes se ríen de eso y otros están más metidos. Ustedes, ¿de qué lado están?
Bellati: -Yo estoy del lado de la ciencia. Mi sueño es ser médica, como Caro Fal, pero especializarme en psiquiatría. Hace poco estuve con Sol despeinada [médica e influencer que comunica sobre educación sexual y feminismo] e hicimos toda la cuenta y me dijo que tipo a los 50 podría ser médica. Antes estudié Letras, entonces tengo que rendir otras materias del CBC, pero todavía lo considero y es mi sueño.
Gamboa: -Yo te diría que estoy más del lado de la ciencia, pero, también, a veces flasheo con una consulta astrológica. Obvio que soy más del psicoanálisis, pero también descubrí cosas desde ese otro lado que me parecieron revitales, herramientas que me quedaron.
Lombardo: -Me interesa la astrología hace muchos años y me parece una herramienta valiosa, depende quién interprete y cómo lo diga, porque a veces escucho a cada chanta.

-¿Qué rol representa cada una en su grupo de amigas?
Lombardo: -Yo re soy la consejera, en general mis amistades me cuentan todo.
Urtizberea: -Yo siento que también me cuentan bastante mis amigos y, no sé si dar consejos, pero me gusta mucho hablar y preguntar para que la otra persona se suelte. Me acuerdo de todo lo que me cuentan, supongo que las confidencias son lo mío.
Bellati: -Yo atajo mucho los brotes.
Urtizberea: -¡La médica psiquiátrica!
Bellati: -Claro, lo que quiero es legalizar una práctica que ya estoy ejerciendo. Mis amigos van a saber perfectamente a quiénes me refiero porque me llaman mucho para que los calme.
Gamboa: -Yo siempre tengo un rol divertido, medio payasa. En mi grupo más cercano funciono a través de la risa, trato de encontrar, ante la tragedia, el chiste para poder existir, casi de manera compulsiva. Y me cuentan mucho, será que la escucha es como una especie de bien que no es tan común. Pero lo que me cuesta mucho es la virtualidad, entonces, a veces quedo un poco afuera. Soy más presencial, de salir a tomar algo. Hace poco me dijeron que no contesto los mensajes, y digo “ay, tienen razón”, lo veo como un defecto, pero me cuesta muchísimo.
-Hay una escena donde el personaje de Siciliani cree que va a rescatar a una de sus amigas de una secta. ¿Alguna vez les pasó de tener que salvar a una amiga de una situación rara o peligrosa?
Gamboa: -Sí, de la estafa piramidal.
Urtizberea: -Ay, yo pensé lo mismo, no lo quería decir.
Gamboa: -En ese momento fue una locura lo que se armó con el telar de la abundancia, y rescaté a muchas.
Urtizberea: -Yo no pude rescatar a nadie. No entendía qué les pasaba a mis amigas que me hablaban del aire, el fuego y no sé qué. Solo me limité a decir “prefiero no participar”.
Bellati: -No sé si de algo tan extremo como una secta, y tampoco fue que rescaté, pero sí un amigo tuvo un vínculo muy, muy, muy exótico, y lo ayudé y lo acompañé en la salida. Pero igual, me parece que a esta altura cada uno hace sus experiencias. Si una amiga se quiere meter en una secta que esté un rato, está todo bien.
Lombardo: -Yo ayudé a una amiga que consultaba una bruja obsesivamente y un día le dije: “Te está enloqueciendo esta señora, no me importa que sea amiga de tu madre, no me interesa que sea como una familiar para vos, te vuelve loca, te debilita”. Pudo reaccionar y de a poquito fue saliendo de ese vínculo retóxico que tenía con la vidente.
-Si descubren una situación de infidelidad hacia una amiga o amigo, ¿se lo cuentan?
Lombardo: -Uhhh, es delicado.
Urtizberea: -Es un temón, justo lo hablaba el otro día, creo que no diría nada.
Bellati: -Yo no. A mí hipotéticamente me pasó e hipotéticamente me callé la boca.
Urtizberea: -Solo, supongo, hablaría en una situación en la que vos ves que tu amiga necesita un motivo para terminar esa relación porque está viviendo algún tipo de violencia o algo así muy tóxico. Pero si ves que más o menos todo fluye, ¿para qué te vas a meter ahí?
Gamboa: -Yo lo dije una vez, fue horrible.
Bellati: -¡Da nombres, Pilar!
Gamboa: -No, una amiga que tenía una relación un poco tóxica y él le era muy infiel y ella no lo podía, entre comillas, ver. Y sentí que se lo tenía que decir. Me había pasado otras veces de no decir nada porque quién puede hablar, el que esté libre de pecado que tire la primera piedra. Pero en ese caso en particular lo dije y sirvió.
Bellati: -Yo siempre siento que la otra persona sabe.
Gamboa: -Sí, ¿pero viste cuando dudás?, porque la negación puede llegar a grados muy fuertes también.
-¿Recuerdan algo loco que hayan hecho por amor?
Bellati: -Me fui un fin de semana a Madrid a ver a alguien. Viajé el viernes después de grabar en Polka, de hecho, me convenció Adrián Suar, y el lunes tenía que volver. Era un flaco bárbaro, había sido mi novio cuando vivía en España. Fue como una cosa medio de Linklater [director de la saga Antes del amanecer]. Salió bien, hoy somos amigos.
Gamboa: -¡Carísimo te salió!
Bellati: -Sí, fue más caro que loco, en realidad [risas].
Gamboa: -Cuando era más chica, el chico que me gustaba trabajaba en el centro, igual que yo, pero yo entraba casi dos horas más tarde y me hacía la que entraba a la misma hora que él para subirme al mismo subte. Sabía que viajaba en el vagón de adelante y varias veces me hice la sorprendida. ¡Medio chifleti! Pero no me funcionó [se ríe], no me dio bola.
Urtizberea: -Siento que de esas hice mil millones. Todo hice, pero porque a mí me divierte. Una vez me acuerdo que me cuestioné: “Che, ¿yo estoy haciendo todo esto por esta persona, toda una travesía para estar 5 minutos, y él no lo hace por mí?” Pero me di cuenta que lo hago por cualquiera, que me divierte hacer eso.
Bellati: -Es tu estilo.
-¿De qué cosas menores sienten envidia?
Urtizberea: -De la gente que se duerme rápido, yo tengo muchos problemas para dormir. Me fascinaría poder decir: “Me voy a dormir” y dormirme en el acto.
Gamboa: -Yo de los que no tienen problemas con los dientes, que dicen “fui al dentista, abrí la boca y no tengo nada”.
Urtizberea: -Yo también, tengo muchos problemas en los dientes desde los seis años.
Bellati: -No tengo una caries, no sé lo que es.
Gamboa: -Bueno, te odio. Después, del que come y no engorda y de las que no les crecen pelos, que nunca se depilan. Envidia.
Bellati: -De la gente que no necesita tanto, tanto de la soledad, como yo. Yo necesito mis momentos, pero seriamente, patológicamente, quizás. Como de estar sola groso. ¿Está mal? Es la verdad.
Urtizberea: -No, ¡escuchamos, pero no juzgamos! [dice en tono burlón por el trend del momento en redes]
Lombardo: -Ahora envidio a la gente que puede irse tres meses de vacaciones a la playa.
Urtizberea: -Pero vos te fuiste un mes y medio...
Lombardo: -¡Pero hacía dos años que no me iba! Me encanta poder irme a la playa, estar en contacto con la naturaleza, poder estar meses.
Bellati: -¡Como Nico Repetto! [se ríen al unísono].
Urtizberea: -También envidio a la gente que canta bien, a los deportistas, a esos a los que le hace bien correr. ¡Un montón de cosas envidio, podría estar todo el día!
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