Sara Hebe: historia de la rapera que se popularizó por la serie El marginal
histórica. La cantante patagónica dice que será una de las primeras mujeres del rap en tocar en el estadio Atenas de La Plata
Sara Hebe nació el 9 de julio de 1983 en la ciudad de Trelew. Parece una broma extraña del destino. La rapera más icónica de la Argentina, la primera en presentarse en el Estadio Atenas de La Plata, donde siempre tocan varones, la voz que millones de personas escucharon cantar en la banda de sonido de la serie televisiva El marginal, la mujer cuyas frases y letras aparecieron en las marchas feministas, nació el Día de la Independencia (igual que Mercedes Sosa) en un país que todavía estaba regido por la dictadura militar.
"En Trelew ocurrieron cosas muy terribles que tuvieron que ver con el fin de la democracia y el comienzo de la época más oscura de la Argentina -cuenta la rapera en una tarde fría en Caballito-. Tuve muy cerca esa historia. Por suerte tuve maestros y maestras en una escuela hermosa que estuvieron manteniendo con su enseñanza nuestra memoria. Eso fue de una gran formación en esta conciencia más social y política que tengo. Aprendí lo que es hacer un ejercicio de memoria, porque el liberalismo y la derecha son un monstruo que acecha", dispara Sara Hebe, que conoció la historia de la masacre de Trelew de 1972, en la cual fueron fusilados 19 presos políticos.
Salió de Chubut atravesada por distintos sucesos de la Patagonia rebelde y trágica. Con sus "amigues", recorrió una distancia de 1300 kilómetros hasta Buenos Aires para estudiar danza y teatro. Acá descubrió el hip hop y empezó a componer de forma autodidacta. "Llegué en 2001, cuando todo se prendía fuego. Era un cachetazo. Mis amigos y amigas con los que vine estábamos superperdidos. Me hice sola", lanza en un flashback que suena con cierta épica para una adolescente que recién terminaba la secundaria y estaba lejos de su familia.
A los 34 años y con cuatro discos editados, Sara Hebe, la mujer icónica del rap argento, se aventuró en otra jugada épica para su vida de artista independiente. El próximo sábado presentará su último disco Politicalpari en el Club Atenas de La Plata. "No sé para qué me metí en esto", dice mientras mueve la cabeza. Sara Hebe está sin red, como cuando vino con sus amigos a estudiar a Buenos Aires. "Quería hacer algo distinto y mover a mi público hasta La Plata, generar otra cosa".
Contra todo, la recesión del país, los kilómetros entre Capital y el Estadio Atenas de la Plata y hasta los productores "machirulos" que la tiraron para atrás, Sara está decidida. "Quiero armar una gran fiesta con mi circo de amigues. Hoy hay un montón de movidas en todo el país. Son fiestas con un posicionamiento político y espacios seguros, con ideas de inclusión y disidencias, donde no se permiten agresiones transfóbicas. Ante tanta opresión del mundo la fiesta y el baile son liberadores y de una resistencia vital. Politicalpari es un poco todo eso".
No lo dice pero esta patagónica quiere marcar una huella en el panorama del hip hop local. Quiere ser la primera rapera en plantar bandera en un lugar simbólico donde solo tocan bandas de varones. "Es una manera de abrir un camino para otras compañeras, como lo hicieron artistas como Actitud María Marta en la década del noventa, que nos enseñaron que podían hacer su historia en la independencia. Estaban solas y fueron una referencia en el rap y en la forma que trabajaron con los derechos humanos. Yo estoy más acompañada, hay otras mujeres en el género, pero sería la primera vez que una artista de rap mujer llegue a un estadio, sola sin el apoyo de nadie".
Después de una exitosa gira de más de tres meses por Europa, Sara está frente a uno de los grandes retos de su vida y lo sabe. No la pasan en la radio por las rimas explícitas de sus letras, aunque su nombre transita en un delicado equilibrio entre el indie y el mainstream, a partir que su canción, escrita especialmente para la exitosa serie "El Marginal", ganó el año pasado El Martín Fierro.
Su voz resonó en el prime time de la pantalla pública y en la plataforma de Netflix. De la noche a la mañana, esa chica que tocó en bares, fábricas, plazas, marchas y teatros para mil personas entró en todos los hogares a partir de 2016. "Es una canción que quiero y me gusta hacerla en los conciertos. Mucha gente seguro no sabe quién la canta pero se conocen la letra de memoria cuando la escuchan en una plaza o en la calle", cuenta Sara, con los ojos verdes encendidos.
La cumbia compuesta junto a Ramiro Jota y Flor Linyera tiene tanta fuerza que ni siquiera la nueva canción con Duki y Vicentico logró desplazar el hit de Sara Hebe de la cortina en la tercera temporada. "La canción es como un personaje más de la serie y cobró una vida propia pero a mí no me interesa ser superfamosa. Me interesa hacer canciones que me gusten y las termine cantando la gente en la calle", reconoce la artista.
El rap, el punk, el rock, la cumbia, el reggaetón y el trap forman parte de su lenguaje. "Es toda esa ensalada que forma parte de mi música y que está tocada a mi manera. No venimos solo del rap. Con mi colega Ramiro Jota (productor de sus discos) escuchamos cosas de otro palo", cuenta la rapera.
En el álbum Politicalpari, la artista vuelve a incendiar el panorama del hip hop local con canciones intensas de una lírica potente como "Violeta Perro", un homenaje a Violeta Parra y "A.C.A.B.", dedicada a la violencia policial, que son como bombas molotov. "Muchas de mis letras están en las marchas pero a mí me gusta escribir poesía no panfleto. Soy admiradora de Lorca y otras poetas mujeres de la actualidad. Quiero hacer una poesía urbana que venga de la calle y terminé de escribirse con la gente".
Desconoce la popularidad televisiva. "No estoy de moda. Hace diez años que estoy en esto y todavía no me pasan por la radio". Su figura, sin embargo, sigue creciendo y viralizándose en las redes como su último video "No te dejes", junto a la joven candidata Ofelia Fernández que subió hace cuatro días a la plataforma YouTube. "Me gusta ese intermedio donde estoy. Puedo laburar de esto pero a mi manera. Tengo mi público sin tener que aparecer en la tele. Me gusta que conozcan más a mis canciones que a mí".
Los ojos se le encienden. Tiene la actitud de una guerrera samurai. Lista para dar el golpe mortal con métricas que aparecen en las paredes como esa que dice "Antes que histérica, historika". No deja de mirar por la ventana del bar como si buscara su próxima canción. Le da un buen mordisco a su hamburguesa de lentejas y reflexiona. "Empecé con esto de a poco. Me apasioné con el mundo del hip hop y me di cuenta que me encantaba. Grabé La hija del loco en 2009, Puentera en 2012, Colectivo vacío en 2015 y ahora Politicalpari. Del rap me cautivo siempre el discurso. El hip hop se reinventa día a día. Ahora es el trap, pero en esencia es lo mismo. Siempre suena actual".
-¿El rap es catarsis de las cosas que te pasan o un espejo de la sociedad?
-Es un espejo de lo que me rodea y de mí. Simplemente escribo sobre lo que me conmueve. Las canciones son como el agua. Nos hacen bien. Al final, una canción, una letra, una poesía, una música, es tan importante como otras cosas esenciales. No pretendo ser la voz de nadie, pero si hacer canciones que sean bandas sonoras de los movimientos sociales.
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