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Mientras hay un dicho que asegura que las segundas partes nunca fueron buenas, el mundo seriéfilo puede dar cuenta de cómo es posible que una buena película -o no tan buena, también- tenga su secuela o precuela convertida en un programa de varios capítulos. Que eso sea un éxito o un estrepitoso fracaso ya no dependerá del mote de "segunda parte" sino de la pericia de sus creadores y también quizás de un poco de suerte. Repasamos algunos casos emblemáticos, en este video.



