Un policial australiano para descubrir a Yael Stone fuera de la cárcel
La actriz que da vida a la memorable Lorna Morello en Orange is the New Black protagoniza el thriller Deep Water en su Australia natal, centrado en una serie de asesinatos que conmovieron a la sociedad de ese país durante dos décadas
En Orange is the New Black , Lorna Morello resultó ser uno de los personajes más intrigantes, uno que fue mostrando sus reveses temporada tras temporada. Pero ahora, a la actriz australiana Yael Stone le toca estar del otro lado de las rejas. En Deep Water, abandona el ya clásico overol beige para ponerse en la piel de la detective Tori Lustigman, en el momento en que, junto al actor Noah Taylor ( Game of Thrones ), le toca buscar la verdad detrás de una serie de crímenes de homosexuales que son contactados a través de una aplicación de citas. La muerte de un joven será el puntapié inicial para reabrir homicidios que, durante las décadas del 80 y el 90, fueron catalogados erróneamente como accidentes o suicidios.
Stone, que empezó trabajando en teatro antes de participar en películas y series de TV, se encuentra compartiendo proyecto cinematográfico con Glenn Close y John Malkovich (Wilde Wedding). Versátil, feliz de poder llegar al público latinoamericano con Deep Water, asegura que: “Finalmente estamos conociendo una verdad importante de la historia australiana, una que no es linda pero que es fundamental”.
Con un universo compartido pero abordado desde géneros bien diferentes, Stone asegura, vía telefónica, que le cuesta muchísimo conectar a las dos mujeres que representa pero que “Con OITNB aprendí mucho sobre el sistema de justicia criminal, y eso me ayudó a entender a la gente que investiga crímenes, y a las motivaciones y complejidades de esas situaciones”. A continuación, la intérprete, habla de la importancia que tiene en Australia –y en el mundo– dar a conocer y tratar estos casos reales y estremecedores. Los cuatro episodios de Deep Water se estrenan –a razón de dos por día– hoy y mañana por Sundance TV, a partir de las 22.
–En un mundo liderado por hombres, ¿qué batallas tiene que librar tu personaje?
–Hay una patriarcado y tiene que trabajar mucho más para lograr los mismos resultados. Me gusta esa frase que dice: "todo lo que hace un hombre, una mujer lo tiene que hacer caminando hacia atrás y en tacos". Para las mujeres es muy difícil llegar a una posición de poder y cada vez vemos más mujeres en posiciones influyentes. Es importante agregar la perspectiva femenina al funcionamiento del mundo porque no contamos con la misma representación actualmente. En el caso de Tori, además de tener que trabajar el doble para que la tomen en serio, se trata de una madre soltera, así que debe balancear sus responsabilidades laborales con la maternidad.
–¿Cómo la definirías? ¿Hay otras ficciones que te hayan servido de referencia?
–Es una mujer de principios. No es perfecta, trabaja según su propio sentido de justicia aunque eso a menudo le juega en contra; a veces los mayores dones traen problemas. Me inspiré bastante en Happy Valley, un gran ejemplo del trabajo apasionado de las mujeres como un elemento fuerte de la sociedad.
–¿Cuánto sabías del caso real que inspiró al programa y por qué te parece que vale la pena llevarlo a la pantalla?
–Es esencial compartir esta historia. Crecí en Sydney, donde ocurrió el caso, y nunca me había enterado de nada. El hecho de que no se supiera nada de estos crímenes terribles es desolador. Considerando que se menospreció el delito porque sus víctimas eran hombres gay, tenemos que contar la historia porque es la única forma de asegurarse que no vaya a pasar otra vez. Me gustaría decir que estos crímenes de odio son algo del pasado pero todos sabemos que no es verdad.Tenemos que compartir esta historia para convertirnos en una sociedad más saludable.
–Desde los años 80 en adelante, ¿ves avances en relación al respeto por los derechos LGBTIQ en Australia?
–Creo que hay un conflicto muy extraño en mi país. Por un lado, estamos muy orgullosos de la gran comunidad LGBTIQ, se celebra la diversidad y tiene mucho protagonismo. Y al mismo tiempo existe una fuerte intolerancia. Es como si hubiera dos Australias, una es brillante y amorosa, y la otra no está preparada para aceptar el matrimonio igualitario todavía; otro ejemplo de cómo una parte de la población que recibe el respeto que merece. Cuando se ven ficciones como OITNB o Transparent son muy bien recibidas, pero todavía tenemos problemas para plasmar ese reconocimiento en la legislación.
–¿Por qué pensás que en la televisión se multiplican temáticas que aún resultan conflictivas para algún sector de la sociedad?
–Lo que pasa es que la televisión está empezando a representar la vida real, más allá de los temas o focos particulares. La televisión con la que crecí era más plástica, mostraba “familias perfectas”, donde nadie era el jefe, todos eran del mismo color y tenían una vida “normal”. Hoy hay más diversidad.