Algo de Ricardo: Osmar Núñez, en un sentido grito desgarrado

Autor: Gabriel Calderón / Intérprete: Osmar Nuñez / Escenografía: Eduardo Spindola / Vestuario: Nora Cervantes / Iluminación: Cristina Lahet / Música: Sergio Klanfer / Dirección: Mónica Benavidez / Sala: La Carpintería, Jean Jaures 858 / Funciones: sábados, a las 20 / Duración: 60 minutos / Nuestra opinión: buena

Un actor tiene la posibilidad de protagonizar Ricardo III de William Shakespeare. Sabe que se trata de un desafío importante. Es un personaje deseado. Pero durante los ensayos aparecerán situaciones inesperadas. La relación con sus compañeros de elenco y aún con el director harán que el trabajo se complejice de tal manera que el actor decidirá enfrentar las diferentes situaciones con una insospechada altanería.

El dramaturgo uruguayo Gabriel Calderón propone jugar al teatro dentro del teatro de manera muy inteligente. Su texto es un verdadero reto para quien lo interprete. Por un lado deberá relatar las situaciones que se produzcan en ese sinuoso proceso de creación y por otro adentrarse en algunos de los momentos de la pieza shakespereana. Algo del personaje se irán imponiendo en la conducta de ese hombre que a la vez develará el interior de un universo artístico complejo en el que las inseguridades y las vanidades aflorarán de manera casi perversa.

La directora Mónica Benavidez da forma a una propuesta escénica en la que potencia la difícil tarea de ese creador que debe transitar dos planos de una historia – el de la ficción y el personal- de manera muy equilibrada. Osmar Nuñez entra y sale de cada momento con una naturalidad extrema. Es notable como su ser actor se va impregnando de las cualidades del personaje para dar forma a un ser desolado que hace que Ricardo III se transforme en un proyecto extremadamente difícil. Un grito casi desgarrador.