ATAV 2: cuánto sale producir la ficción y la estrategia de eltrece para que el rating empiece a escalar
Mientras intenta aumentar sus números, la segunda parte de la serie producida por Polka cambió de horario: desde se semana pasada está a partir de las 22.45
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El lunes 10 de abril debutó la segunda parte de Argentina, tierra de amor y venganza (ATAV 2). Fue la gran vuelta de la ficción a la televisión abierta y eltrece lo anunció con gran despliegue y hasta una proyección con alfombra roja en el shopping DOT. La producción de Polka estaba lista hace meses pero el éxito arrasador de Gran Hermano postergó una y otra vez el lanzamiento. Sin embargo, dos semanas después del desembarco, la expectativa que había en las oficinas de Constitución se convirtió en dudas y desconcierto.
Las planillas de Ibope ponen a la ficción contra las cuerdas. Si bien tuvo un buen comienzo y marcó 10 puntos el primer día, luego el rating bajó escalonadamente. El miércoles promedió 7.8 y el viernes terminó en 5,8 puntos, la cifra más baja hasta ahora. Los resultados de la primera semana al aire desencadenaron el primer volantazo. Desde la semana pasada, se retrasó su inicio 15 minutos, así que en lugar de poder verla desde las 22.30, se pasó para las 22.45. Los directivos de la productora, que está por cumplir 30 años, y los de eltrece no encuentran otra estrategia posible. Los 125 capítulos ya están grabados y editados hace meses. No pueden hacer modificaciones en la trama ni en los personajes. Incluso, en los pasillos del canal hacen bromas al respecto. Acostumbrados a trabajar contrarreloj, es la primera vez que estrenan un producto con todos los episodios a disposición. El cambio de horario va a implicar un doble desafío: mejorar la medición por un lado y por otro hacerlo con MasterChef enfrente, un formato probado y exitoso en el mundo cuyo rating no mermó pese a la llegada de Wanda Nara en lugar de Santiago del Moro. El ciclo de Telefe tiene un piso diario que oscila entre los 12 y los 14 puntos.
Aunque los creadores de ATAV saben que prácticamente no tienen margen de maniobra y que los números mandan, por estas horas también discuten y analizan por qué el público no la recibió de la forma en que esperaban. Algunos deslizan que hay que acostumbrar nuevamente a la audiencia a mirar novelas en un horario determinado porque el producto no es on demand y no está en ninguna plataforma. Creen que “la gente debe recuperar la costumbre de sentarse a la mesa y seguir una historia”. Apuestan a la empatía que puede generar la pareja de Tato Quattordio y Toni Gelabert y la presencia de personajes clave de la primera temporada en la piel de otros actores, como Trauman, el villano de Fernán Mirás, ahora en los zapatos de Gustavo Bellati. Esta semana se verá a La Polaca, encarnada en la primera temporada por Eugenia “China” Suárez y ahora por Silvia Kutika.
Sin embargo, hay otros referentes de la industria que aseguran que esperar que vuelva el pasado glorioso de las tiras es absurdo y plantean cuestiones de fondo: ¿hay audiencia para las ficciones en la TV abierta? ¿O la TV abierta es de los programas de entretenimiento y realities y las plataformas se adueñaron de las ficciones?
La apuesta de Polka es incuestionable desde los números y la inversión. La segunda parte, que está ambientada en los 80, se grabó durante siete meses con 144 jornadas de grabación, 80 locaciones y más de 270 actores.
Federico D’Elía, Gloria Carrá, Virginia Lago, Justina Bustos y Andrea Rincón son los protagonistas de la segunda parte, también cuentan con participaciones de Dario Barassi y Martin Bossi. Algunos cuestionan que el elenco no tiene la jerarquía de la primera temporada, en la que estuvieron Benjamín Vicuña, Fernán Miras, Eugenia “China” Suárez, Gonzalo Heredia y Albert Baró. La selección del elenco fue una de las batallas principales. Encontrar actores disponibles no es una cuestión menor. Y que acepten trabajar para productoras locales tampoco. Muchos candidatos rechazaron los papeles para esperar convocatorias de proyectos para plataformas porque saben que la ecuación es mejor: menos horas de trabajo y cachets más elevados.
Esta segunda entrega se sitúa en el regreso a la democracia, no escapa al contexto político y ahonda en problemáticas de aquellos años como el abordaje prejuicioso de una enfermedad como el sida. La recreación de época representó otro desafío superlativo e inevitable. Cada escena requiere un trabajo mucho mas puntilloso en la postproducción para “borrar” aire acondicionados, luces, cables y cualquier detalle que delate la modernidad. Lo mismo sucede con el vestuario. La producción tuvo que comprar más de 2500 prendas y accesorios antiguos para vestir a los personajes principales pero también a los más de 2000 extras que participaron a lo largo de los 125 episodios.
Todo esto representó un gran presupuesto. La inversión total supera los 5 millones de dólares a razón de unos 42.000 dólares por capítulo. Una cifra impactante pero inferior a lo que históricamente destinó Polka para sus productos, que tuvieron un piso de 50.000 dólares por episodio. Por otro lado, comprar las famosas y tan cuestionadas latas turcas o brasileñas puede costar un 10% de lo que hay que desembolsar para producir una serie como ATAV.
Las grandes plataformas juegan en otras ligas. Cualquiera de ellas para una serie de bajo presupuesto destina no menos de 400.000 dólares por capítulo. Y un proyecto top de cualquiera de las plataformas principales puede llegar a costar hasta un millón de dólares por envío.
En este escenario y de vuelta en el ámbito local, los realities son los más buscados por los productores porque son “probados en el mundo y rendidores”. Cada emisión hoy de MasterChef tiene un costo aproximado de 20.000 dólares. Negocio redondo para Telefe y Boxfish, que apostaron a la edición sin famosos y con Wanda Nara en la conducción.
“Una gran inversión no asegura rating. Hay miles de ejemplos”, asegura un productor consultado por LA NACION que saltó del cine a encabezar varios proyectos de series para distintas plataformas. Y explica que “nadie discute que el contenido manda y un buen producto eleva las posibilidades de éxito pero la clave está en entender a las audiencias, sus preferencias y sus hábitos de consumo”. Hoy las audiencias masivas parecerían estar en las plataformas, que cuentan con la ventaja de no estar atadas a la tiranía del minuto a minuto. No obstante, tienen sus métricas y todos los productos pasan por esas lupas. La más importante es el suscription drivers o first streamers. Traducido al criollo es a qué producto da clic el usuario inmediatamente después de poner su tarjeta de crédito para suscribirse. También analizan las hours streams o cantidad de horas vistas y un tercer parámetro que lo llaman completion rate. Se trata de ver en detalle cuánto tiempo ven el episodio. El gran objetivo de todas las plataformas tiene que ver con el tiempo que las audiencias pasan en ellas. Lo dijo Reed Husting, el creador de Netflix: “Nuestro principal competidor es el sueño”.
El mercado de las series de plataformas en nuestro país parece estar en auge. El Reino estrenó segunda temporada. Ringo mostró una gran presentación en el Luna Park. Santa Evita tuvo su estreno en el Teatro Colón. Y El Encargado prepara su segunda parte para fin de año. Sin embargo, ninguna generó un número de suscriptores significativo para las casas productoras. Esto también tiene que ver con que la plaza argentina es muy chica en comparación con otras como Colombia o la principal, México. Por eso, figuras de mucha trayectoria en la industria califican el momento actual como de “transición” porque “las plataformas demandan cada vez más contenido y las audiencias lo consumen cada vez en menos tiempo”.
En este escenario, ¿cuáles son las posibilidades de supervivencia de ATAV 2? Consultada por LA NACION, la guionista y autora de la primera temporada, Carolina Aguirre, explica: “El éxito de una tira no puede medirse solo en términos de audiencia sino que es exitosa cuando pasados los años todavía recordás el nombre de los protagonistas como pasa con Roxy y Panigazzi”. Defensora acérrima de las telenovelas, Aguirre sostiene que el formato no caducó y dispara con ejemplos: “Cuando mirás lo más visto de las plataformas figuran Betty La Fea, Café con aroma de mujer, la reversión de Pasión de gavilanes, Rebelde Way y hasta La Reina del Flow. Son todas tiras de televisión”. La autora completa: “Existe un prejuicio con la televisión, que es vista como algo viejo y obsoleto, pero la realidad es que televisión y plataforma deben aprender una de la otra”.
En la misma línea, asegura que la tendecia va hacia el contenido extenso, similar a las novelas pero espaciado en temporadas. Y agrega que las alianzas entre plataformas y canales tradicionales “son el futuro”. Un ejemplo de esto fue lo que sucedió el año pasado con El primero de nosotros, en sociedad entre Telefe y Paramount. La autora enumera dos ejemplos exitosos en este tipo de acuerdos: “La serie de Luis Miguel era tan cara que se asociaron Televisa y Netflix, lo mismo sucedió con The Last Dance, la docuserie de Michael Jordan que en los Estados Unidos transmitió ESPN y en el mundo Netflix”.
Mientras tanto, eltrece y Polka jugaron, tal vez, la única carta que tenían al cambiar el horario de ATAV en la segunda semana. Buscan que el rating de la ficción se acerque a los dos dígitos. Saben que es la única manera de que la gran vuelta de la ficción a la TV abierta sobreviva. Y saben, también, que no hay margen de maniobra.
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