La Voz Argentina: la contundente respuesta de un joven folclorista al que Mau y Ricky le aconsejaron cambiar de género
En la tercera noche de audiciones a ciegas, siete postulantes mostraron su talento para conseguir un lugar dentro del programa
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Este martes, los coaches de La Voz Argentina escucharon a ciegas a una nueva tanda de postulantes y otra vez se sacaron chispas para lograr ser elegidos. En este tercer programa, las chicanas, las anécdotas, el amor de locales y visitantes por las raíces y costumbres argentinas y la lucha por la paz fueron los grandes protagonistas.
El primero de los postulantes en mostrar su talento fue Lucas Bongiovani, un sanjuanino de 29 años que actualmente vive junto a su abuela Lina, de 83 años. “Empecé con la música hace aproximadamente 15 años, como oficio, y después se fue transformando en algo más profesional”, contó en su presentación. Y agregó: “Mi abuela siempre me da su bendición antes de salir a cantar”.
Al momento de presentarse ante Ricardo Montaner, Soledad Pastorutti, Lali Espósito y Mau y Ricky, el concursante eligió brindar una versión de “Plush”, de Stone Temple Pilots.
Apenas comenzó a cantar, Lali y Soledad giraron sus butacas, dejando en claro que estaban interesadas en contar con su presencia en sus respectivos teams. Como suele ocurrir con los participantes más rockeros, ninguno de los miembros de la familia Montaner se mostró interesado.
A la hora de convencerlo, como siempre, las dos coaches apelaron a toda su artillería. “Esto es muy simple: a mí me gustó lo que transmitiste y muero por tener una voz como la tuya en mi equipo. Amo tu repertorio”, expresó Lali, y le pidió que entonara otra canción.
Lucas, entonces, brindó una versión muy personal de “Te para tres” de Soda Stereo. “¡Tenés mucha profundidad en la voz! No es novedad, yo llevo cuatro temporadas en el programa, y cada vez que hay una voz como la tuya yo me doy vuelta, porque me gustan. Tengo experiencia con voces como la tuya y me ha ido muy bien. Banco mucho este estilo”, señaló Soledad.
Y Montaner padre intentó “chicanearla”: “Muy parecido al tuyo”. Sin embargo, “el tifón de Arequito” le contestó con una poderosa anécdota: “Cada vez que me encontraba, Pappo me decía: ‘Piba, ¿sabés cuánto rock tenés vos?’ Y yo tengo mucha conexión con el rock, porque es un género que me encanta”.
A la hora de tomar su decisión, Lucas explicó: “Cuando voy a la casa de mi madre me pongo a ver videos de música y un día, casualmente, en los recomendados de inicio de YouTube encuentro un video que era el origen del new metal acá en la Argentina. Y aparece el señor Andrés Jiménez, el cantante de A.N.I.M.A.L contando la anécdota de una señora que apareció en el estudio y le pidió un saludo para su hija. Y resulta que esa chica era Lali”.
El segundo candidato fue Manuel Alonso, un joven platense de 18 años. “A los 14 años decidí levantar la guitarra de mi hermano por primera vez y me animé a empezar a mirar videos en YouTube para sacar acordes básicos”, contó.
Para su presentación a ciegas optó por una canción de Benjamín Amadeo, “Volaré”. A pesar de que Soledad hizo algunos gestos que daban a entender que le gustaba lo que estaba escuchando, ninguno de los coaches giró su butaca.
Lali, expareja de Amadeo, expresó en su devolución: “Elegiste un tema de Benja, que lo adoramos, que es un gran músico y un gran compositor. Es un tema precioso y creo que fue muy atinada la elección, porque elegiste un tema de rock pop que claramente refleja qué clase de voz tenés. Tenés una voz muy preciosa. Creo que los nervios hicieron que hubiera algunas imperfecciones, que nos hicieron dudar”.
Llegó entonces la oportunidad de Polina Piskova, de Rusia. “Me mudé con mi familia a Canadá a la edad de 13 años. Mis papás eligieron ese país para darnos a mí y a mi hermana un futuro con más educación. Hoy en día, hablo cuatro idiomas. Fue muy formativo, pero no era tan cálido como había sido mi infancia”, relató la participante en el clip de presentación.
Y continuó: “Durante la pandemia, fui a México de vacaciones, pero me terminé quedando porque estaba muy cansada del clima frío y de la gente fría. En México encontré ese futuro maravilloso de Argentina y sobre todo encontré a mi mejor amiga, Juli, que es de Córdoba. ¡Ya en México tomaba mate! ¡Se los robaba a mis amigos argentinos, que me enseñaron que el mate se comparte! Tomé muchos riesgos en mi vida y en algunos momentos tuve mucho miedo, pero los superé. Ahora estoy acá y quiero ser algo inspirador para la gente, para que sepan que todo se puede lograr”.
La canción elegida por Polina para su presentación fue “Seven Nation Army”, de The White Stripes. Al escucharla, los primeros en girar sus butacas fueron Mau y Ricky, seguidos por su padre. Y para sorpresa de todos, en el segundo final, se sumó Lali.
A pedido de la autora de “Laligera”, Polina cantó una estrofa de una canción en ruso. “Valoro tu valentía. Eres una extraordinaria cantante y tienes una luz muy especial”, comenzó su devolución el intérprete de “Cachita”. Y continúo: “Tu país está pasando un momento que está dividiendo la historia. Siento que eres una persona genuina y la música te da el derecho a poder levantar la mano en señal de libertad”.
La concursante le respondió: “Me tocan mucho esas palabras. Sobre todo, siendo una persona del mundo que quiere esa paz. Por eso aprendí idiomas, para entender mejor a la gente de otros países y para transmitir amor. Es muy doloroso lo que pasa en aquel lado del mundo, pero quiero enfocarme en lo bueno que yo puedo entregar”. A la hora de elegir, Polina se inclinó por Mau y Ricky.
Ignacio Vivaldo, un joven de 24 años de la localidad bonaerense de Ezeiza fue el siguiente candidato en probar suerte ante los coaches, pero antes de que pisara el escenario, Marley dio cuenta de que es el hijo del futbolista Jorge “Flaco” Vivaldo. “El rock and roll siempre formó parte de mi vida, así que es mi legado”, indicó el exarquero y actual director técnico del Club Atlético Acassuso.
“La primera vez que di un show en vivo no había mucha gente, pero para mí fue una experiencia inolvidable. Fue un punto de quiebre”, recordó Ignacio.
La canción elegida para su presentación a ciegas fue “Maldito duende”, de Los Héroes del Silencio, pero no logró que ninguno de los coaches giraran su butaca.
El próximo postulante de la noche fue el santiagueño Octavio Muratore, de 21 años, que trabaja como voluntario en la Reserva Ecológica Mayu Maman. Su tarea es conservar el monte de Santo Domingo, pero además se dedica a la música. “Viene de familia, pero ninguno es profesional ni ha estudiado. Siempre nos juntamos a tocar con mis amigos y con mis viejos”, contó.
“La invitación”, de Manu Estrada, fue el tema elegido para su audición. Y apenas comenzó a cantar, Soledad y Montaner giraron sus butacas. En el último acorde, los siguieron los demás. El hijo mayor del cantante de “Déjame llorar” quiso convencerlo de que asumiera riesgos y ampliara su repertorio, pero Soledad contraatacó: “Realmente estás apostando fuerte, y lo estás haciendo por lo tuyo. Y me encantó, porque no reconocí a ningún artista del folclore en vos”.
Montaner, luego le pidió que cantara “un pedacito” de otra canción, y Octavio le dio el gusto con una canción de su repertorio: “Un hombre común”. A la hora de elegir, el joven explicó: “Les voy a explicar a los chicos, a Mau y Ricky... Toda la vida he cantado folclore; me he criado en la tierra, disfrutando del amor que mi padre y mi abuelo han sembrado en mí. Ese amor ha entrado gracias a las chacareras, a la zamba. Así que, yo les doy las gracias, changos, por darme la oportunidad de formar parte de su equipo, pero yo soy folclore. Gracias a todos, pero me gusta la Sole”.
Después, llegó el turno de Priscila Lamas, de Caleta Olivia, Santa Cruz. La joven de 24 años reveló en su presentación: “Arranqué con la música a los seis años. Mi mamá me escuchó cantar, de la nada. Y una vez, mientras ella cantaba, yo le hice señas como que algo me hacía ruido, como diciéndole que no me estaba sonando muy agradable. Ahí empecé con las clases de canto”, relató.
Nicolás, su pareja, explicó luego que tenían todo listo para viajar a Alemania e instalarse allí, pero la abuela de Priscila les contó que estaban por comenzar las audiciones para participar en esta cuarta temporada del programa y decidieron quedarse.
Ante los coaches, Priscila cantó “Don’t Know Why”, de Norah Jones, pero no consiguió llamar la atención de ninguno.
Para el final, quedó la bonaerense María Soledad Cabrera, una músico-terapeuta de 39 años que se dedica a atender pacientes con discapacidad y chicos con autismo. “Arranqué a cantar a los seis años; escribía canciones sobre bicicletas y juguetes. Hay cosas que uno las quiere decir hablando y no puede, le da vergüenza o se te hace un nudo en la garganta... Y cuando las cantás, hay una musicalidad y le podés decir a alguien: ‘te odio’, ‘no te quiero tanto’... Lo podés decir de manera artística y eso convierte un montón de cosas tuyas, personales en arte, en música; ahí está lo terapéutico”, explicó.
Su canción elegida para presentarse ante los coaches fue “Sweet Dreams”, de Eurythmics, y lo hizo acompañándose con su bajo. Los primeros en darse vuelta fueron Mau y Ricky, y al final del tema se les sumó su padre. A pedido de Montaner, Sol cantó un par de estrofas de otro tema: “Mi último blues”, de Celeste Carballo. Al momento de elegir, la participante eligió al autor de “Será”.
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