Renovada, pero no tanto, volvió La peluquería de Don Mateo
Con Marley, Florencia Peña y Jey Mammon, regresó el clásico ciclo de humor creado por Gerardo Sofovich
La promo era inequívoca: tres personas que se conocen y se ríen de (y entre) ellos. Esa fórmula que tanto les ha funcionado a Marley , Jey Mammon y a Florencia Peña, juntos y separados, prometía ser, quizá, el ingrediente especial de esta nueva versión de un clásico. ¿Fue así?
A las 21:31 Telefé ponía en el aire La Peluquería de Don Mateo, y en las primeras escenas quedó en claro que no. Básicamente, no habría mucho espacio para la improvisación y se respetaría el formato de siempre, ese que marcaba un gag tras otro y un eterno desfile de personajes. ¿Aggiornado? Sí. Pero no tanto. ¿Descotracturado? Sí, pero previsible.
Si el personaje del peluquero fue clave en las demás versiones –y en las carreras de cómicos de la talla de Fidel Pintos y Jorge Porcel-, en esta remake comparte protagonismo con sus dos compañeros. De todos modos, Jey Mammon aportó, cuando pudo, frescura y gracia. Peña, en la piel de la manicura Alelí (el rol que inmortalizó Carmen Morales) volvió al esquema que mejor le luce: el de los chistes rápidos y la composición cercana a la caricatura. A diferencia de la clásica, su Alelí habla. Y mucho. Tanto, que es la que marca el ritmo del programa. Marley, en el rol que antes personificaron Rolo Puente y Berugo Carámbula, demostró que tiene timing para la comedia.
Como era de esperarse, y como ocurrió en todas las versiones anteriores (y en casi todas las creaciones de Gerardo Sofovich), las mujeres exuberantes tuvieron también su protagonismo. Si en los 80 desfilaron por la peluquería Adriana Brodsky, Noemí Alan y Yuyito González; y a principios de esta década fueron parte del elenco Silvina Luna, Ximena Capristo, y Pamela David; ahora, en esta adaptación del hijo del autor, Gustavo Sofovich, les llegó el turno a Karina Jelinek , Jésica Cirio y Luly Drozdek.
La primera en entrar en escena fue Drozdek. Y su aparición dará, tal vez, para reavivar una vieja polémica: ¡Otra vez, una "bebota" vestida con jumper! Y aquí se vio el primer problema de adaptación: la "nena" que entró al local para pedirle el celular a Don Mateo, terminó hablando con su madre –con el clásico "Hola, Mami", que popularizó Luisa Albinoni incluido- por un antiguo ¡teléfono público!
Jelinek fue la segunda en llegar. Personificando a la licenciada Olga, una imposible profesora de filosofía a domicilio que intentó en vano ilustrar a Alelí. Este fue el primer momento en el que los actores se permitieron salir del libreto (y no pudieron contener sus risas), dándole, como se esperaba, una bocanada de frescura al formato.
También pasó por esta peluquería perdida en el tiempo Tony, (Alejandro Müller), un señor de turbias intenciones y peor reputación, que busca (y buscará) sacarle a Marley todo lo que pueda. Los otros dos, el peluquero y la manicura, son, también, partícipes de esta y otras estafas. Y quizá esa sea la novedad: aquí Don Mateo y Alelí son dos estafadores sin escrúpulos ni matices y el cliente, una simple víctima.
¿Los otros personajes? Chan (Chan Sung Kim), el propietario del mercado de la esquina igual de estafador que los demás; Matías Aletí ( Matías Alé en su regreso a la tele después de un verano tormentoso), un muchacho de otros tiempos, miope y bienintencionado, enamorado de la manicura; y Jesy (Jesica Cirio), una profesora de zumba regenteada por Don Mateo que ofrece clases a Marley.
La sorpresa de este envío fue la presencia de Valeria Lynch, como una alumna de la academia de canto de Don Mateo; a esta altura, más que un peluquero, todo un empresario multirubro.
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