Top Five: los momentos más bizarros de Cincuenta sombras de Grey
La película de Sam Taylor-Johnson nos pide que no la tomemos muy en serio; repasamos algunas escenas para comprobarlo
PARA LA NACION
Si hay algo que hace que Cincuenta sombras de Grey no sea un completo desastre - a pesar de su alto número de fallas - es el trabajo de la trifecta femenina detrás de la adaptación: Dakota Johnson en el protagónico, Sam Taylor-Johnson en la dirección y Kelly Marcel en el guión. Las tres mujeres son perfectamente conscientes del ridículo material de base (la novela de E.L. James) y en varios momentos se divierten con el mencionado delirio. Repasemos algunas secuencias que denotan una plena autoconsciencia de lo absurdo de la historia. ¡ATENCIÓN: ESTA NOTA TIENE SPOILERS!
*1. CHRISTIAN GREY SE VA DE COMPRAS
- Hay que darle un poco de crédito a Dakota Johnson por lo que hace en esta escena, especialmente teniendo en cuenta la forma unidimensional y tosca con la que E.L. James concibió el personaje "literario" de Anastasia Steele. Johnson, como haría en varias secuencias posteriores, le acierta en el tono poniéndole una cuota de ironía a la situación. ¿Qué situación? La aparición sorpresiva de Christian Grey - ese magnate a quien ella tuvo que entrevistar - en su ámbito de trabajo. Al tratarse de un momento con cero matices (Christian compra una variedad de elementos que bien podrían ser parte de su habitación sadomasoquista, así de sutil es la narración), Sam Taylor-Johnson lo dirige como si fuera un paso de comedia, desde el instante en el que Anastasia pronuncia el "what the fuck?" hasta cuando compara a Christian con un asesino serial. Asimismo, la escena es todo un presagio de lo que pasaría luego: la supuesta sumisa es la encargada de dar vuelta el panorama y estar siempre un paso por delante del hombre dominante.
*2. ANASTASIA STEELE, DAMISELA... ¿EN DESGRACIA?
- Con solo ver la imagen superior se pone aún más en evidencia la génesis de Cincuenta sombras de Grey: la inspiración que le llegó con Crepúsculo y su particular trío protagónico. Como es de público conocimiento, E.L. James le dio forma a sus tres novelas mediante una necesidad de escribir fanfiction sobre la saga de Stephenie Meyer. En consecuencia, el personaje de Anastasia indudablemente comparte algunos rasgos con el de Bella Swan, la inocente joven virgen que es rescatada por el atribulado hombre en cuestión (sale vampiro, entra millonario con fetiches). En la escena que nos ocupa, Anastasia se va de fiesta y toma unas copas de más y en un arrebato decide llamar a Christian para devolverle los libros que le regaló (nada menos que una primera edición de Tess of the d'Urbervilles de Thomas Hardy), sin mencionarle su locación en ningún momento. Minutos más tarde, cuando su amigo José (¿o deberíamos llamarlo Jacob?) confunde las señales e intenta besarla, aparece Grey para ponerle punto final al impulso y llevarse a Anastasia al hotel. Si esto no es señal de que el muchacho tiene unos serios problemas de invasión del espacio ajeno, entonces no sabemos qué es. Sin embargo, a Anastasia le gusta, porque ésa es la visión chata que E.L. James tiene del género femenino. Gracias por eso.
*3. LA REVISIÓN DEL CONTRATO
- Es importante recordar que cuando hablamos de la historia que narra Cincuenta sombras de Grey (al menos en su primera entrega), estamos hablando de una en la que el hombre hace comprometer a la mujer con un contrato de sumisión con un sinfín de cláusulas, contrato que será firmado por "la sumisa" y "el dominante" (literalmente). El problema es que el libro se toma demasiado en serio esa subtrama y, por ende, traspolarla al cine podría haber desembocado en una de las escenas más hilarantes del cine erótico. Nuevamente hay que celebrar a las tres mujeres involucradas en el proyecto. Así como Sam Taylor-Johnson filma con una cierta sofisticación - apuntalada por la dirección de fotografía de Seamus McGarvey, el mismo de Expiación y Anna Karenina -, Dakota repasa con irreverencia todas esas salvedades del contrato, tales como "¿es apropiado el uso de juguetes para la sumisa?", y así la secuencia termina funcionando al ser abordada por la guionista Kelly Marcel como una negociación entre dos personas adultas que están midiendo sus límites. En síntesis: podría haber sido peor; y hablando de eso...
*4. "MOSTRÁME LO PEOR"
- No hay que hacer un estudio de mercado demasiado exhaustivo para delimitar la clave del éxito de la trilogía de E.L. James. La razón es evidente: sexo, sexo y más sexo. Por lo tanto, era crucial que la película contara con dos protagonistas cuya química fuera notoria. Lamentablemente no lo consiguieron. Si bien Johnson salva al film del completo ridículo, a Jamie Dornan se lo nota siempre incómodo, en un solo registro, recordándonos su pasado de modelo más que su presente como actor. Por lo tanto, cuando llegan los instantes explícitos de intimidad entre Christian y Anastasia - que son esporádicos y tardan en suscitarse -, los mismos son sorpresivamente tibios, sobre todo en comparación con otras películas que ni siquiera se venden como eróticas. Pero acaso el momento más irrisorio sea aquel en el que Anastasia le solicita a Christian, luego de muchas vueltas y escenas reiterativas, que le muestre lo peor que tiene para ofrecerle a nivel sexual (y como figura dominante). Luego de inspeccionar varios elementos intimidantes de su habitación (la ya famosa Red Room), él elige un látigo común y corriente de un centenar de objetos para el placer de "la sumisa". Esto sintetiza la esencia del film: siempre se queda a mitad de camino entre la provocación y la subversión y termina resultando decepcionante (si es que se esperaba mucho).
*5. CHRISTIAN, STALKER NÚMERO UNO
- Hay un patrón en Christian Grey. En primer lugar, se le aparece a Anastasia en su trabajo para comprar elementos de dudoso uso. En segundo lugar, rastrea su paradero nocturno y se la lleva de un bar a su hotel como si ella corriera peligro de vida por tomar unos tragos junto a sus amigos. En tercer lugar (y como podemos ver en el video que les dejo), le asegura a Anastasia que es "incapaz de dejarla sola". Será atractivo e intrigante pero no hay dudas: Christian tiene todas las cualidades de un stalker obsesivo. Para más pruebas, la escena en la que Anastasia le cuenta que irá a visitar a su madre unos días a Georgia y Christian le hace un escándalo porque no quiere tenerla lejos. Reitero: Anastasia se va unos días. Su reacción desproporcionada es consecuente con lo que haría después. En lugar de permitirle a su "pareja" que pase un tiempo con su mamá a solas, viaja hasta Georgia sin avisar luego de una escena de celos por mensaje de texto, y la encuentra a Anastasia en un restaurante (¿cómo? no lo sabemos) para luego llevársela a volar por ahí. Como la propia Steele le rebate, Christian no está acostumbrado a que le digan que no y la película lo vende como un rasgo romántico cuando, en realidad, es bastante alarmante.
PARTICIPACIÓN. ¿Vieron Cincuenta sombras de Grey? ¿Qué otras escenas irrisorias sumarían al conteo?
Conforme a los criterios de
Conocé The Trust ProjectMás leídas de Espectáculos
Polémica en la casa. Quiénes son los participantes nominados esta semana en Gran Hermano
Operativo. Dónde llevaron a Furia tras su salida de la casa y cómo lograron que respete el aislamiento
El maestro del terror. Odiaba las máscaras, tuvo que exiliarse y llevaba un arma por miedo a un ataque de la Alianza Libertadora