Biden impone nuevas sanciones al sector energético ruso; Trump decidirá si las mantiene
LA NACION
WASHINGTON (AP) — El gobierno del presidente Joe Biden anunció el viernes que ampliará las sanciones contra el sector energético de Rusia, que es de vital importancia para ese país, revelando un nuevo esfuerzo para castigar a Moscú por su guerra en Ucrania, que ya casi cumple 3 años, mientras el presidente electo, Donald Trump, se prepara para asumir el cargo con la promesa terminar rápidamente el conflicto.
El gobierno demócrata saliente describió las nuevas sanciones como las más importantes hasta la fecha contra los sectores del petróleo y el gas natural licuado de Moscú, motores de la economía rusa. Las autoridades dijeron que las sanciones, que castigan a las entidades que hacen negocios con los rusos, podrían costarle a la economía rusa miles de millones de dólares por mes.
Más de 180 buques petroleros que, según sospechas, forman parte de una flota oculta utilizada por el Kremlin para evadir las sanciones petroleras, así como comerciantes, empresas de servicios de campos petroleros y funcionarios de energía rusos también son el objetivo de las nuevas sanciones. También se sospecha que varios de los buques señalados transportan petróleo iraní sancionado, según el Departamento del Tesoro.
“Estados Unidos toma medidas contundentes contra la principal fuente de ingresos de Rusia para financiar su guerra brutal e ilegal contra Ucrania”, dijo en un comunicado la secretaria del Tesoro, Janet Yellen. “Con las acciones de hoy, aumentamos el riesgo de sanciones relacionado con el comercio petrolero de Rusia, incluido el envío y la facilitación financiera en apoyo de las exportaciones petroleras de Rusia”.
En una acción coordinada con Washington, Reino Unido también impuso sanciones a empresas energéticas rusas. Washington y Londres apuntan a dos de los principales productores de petróleo de Rusia, Gazprom Neft y Surgutneftegas, así como a docenas de filiales de estas empresas.
El Ministerio de Relaciones Exteriores dijo que, en conjunto, ambas compañías producen más de un millón de barriles de petróleo al día, valorados en 23.000 millones de dólares al año. El secretario de Relaciones Exteriores británico, David Lammy, dijo que “los ingresos petroleros son el sustento de la economía de guerra de Putin”.
“Enfrentar a las compañías petroleras rusas drenará el presupuesto de guerra de Rusia, y cada rublo que le arrebatamos a Putin ayuda a salvar vidas ucranianas”, afirmó.
Reino Unido ya ha sancionado a casi 100 buques de la “flota oculta” de transporte de petróleo de Rusia, mientras los aliados occidentales de Ucrania buscan aumentar la presión económica sobre Moscú antes de cualquier negociación para terminar la guerra.
El portavoz de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Kirby, dijo que el gobierno de Biden eligió este momento, justo 10 días antes de que el presidente demócrata deje el cargo, para ejercer medidas más duras sobre el petróleo porque las preocupaciones sobre los mercados petroleros mundiales han disminuido.
“Esto se basó realmente en las condiciones del mercado”, dijo Kirby. “Y por eso fue el momento propicio para esta decisión, y por eso el presidente la tomó”.
El Departamento de Estado también anunció que impondría prohibiciones de viaje a 14 altos funcionarios y ejecutivos de Rosatom, las cuales también afectan a sus familiares inmediatos.
Funcionarios del gobierno de Biden dijeron que, en última instancia, dependerá del gobierno de Trump si mantiene o desecha las nuevas sanciones.
Hasta el momento, el equipo de transición de Trump no ha respondido a una solicitud de comentarios sobre las sanciones.
Cuando se le preguntó si el equipo de gobierno de Biden consultó con el equipo entrante de Trump, Kirby respondió: “Hemos mantenido informado al equipo de transición sobre nuestras decisiones en cada paso y en cada tema importante, qué es lo que hacemos y por qué lo hacemos”.
El próximo asesor de seguridad nacional de Trump, Mike Waltz, escribió en un artículo de opinión para The Economist, publicado poco antes del día de las elecciones, que Estados Unidos debería “usar el apalancamiento económico” para “atacar las ventas ilícitas de petróleo de Rusia” y llevar al presidente ruso Vladímir Putin a la mesa de negociaciones.
Mientras tanto, Trump dijo a los periodistas el jueves que Putin “quiere reunirse, y estamos organizándolo”.
La cálida relación de Trump con Putin a lo largo de los años ha sido objeto de un intenso escrutinio. El presidente electo republicano también ha rechazado el costo de la ayuda a Kiev y ha prometido actuar rápidamente para terminar el conflicto al asumir el cargo el 20 de enero.
Trump añadió una nueva capa de duda sobre el futuro apoyo estadounidense a principios de esta semana, cuando pareció simpatizar con la posición de Putin de que Ucrania no debería ser parte de la OTAN. El presidente electo ha criticado al gobierno de Biden por expresar su apoyo a la posible incorporación de Kiev a la alianza militar transatlántica.
El viernes, antes del anuncio, el Kremlin desestimó las nuevas sanciones.
“Sabemos que el gobierno intentará dejar un legado tan difícil como sea posible en las relaciones bilaterales para Trump y su equipo”, dijo el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov.
La designación se realiza de acuerdo con una autoridad de sanciones aprobada durante la invasión y anexión de la península ucraniana de Crimea por parte de Rusia en 2014, según funcionarios gubernamentales que informaron a los periodistas bajo condición de anonimato, según las reglas establecidas por la Casa Blanca.
Si el gobierno de Trump decide revertir las sanciones, primero tendría que notificar al Congreso, que tendría la capacidad de desaprobar la medida, añadieron los funcionarios.
La flota oculta está compuesta por viejos buques petroleros comprados de segunda mano, a menudo por entidades no transparentes con direcciones en países que no imponen sanciones, como los Emiratos Árabes Unidos o las Islas Marshall, y registrados en lugares como Gabón o las islas Cook. Algunos de los buques son propiedad de la compañía naviera estatal rusa Sovcomflot. Su función es ayudar a los exportadores de petróleo de Rusia a eludir el límite de precio de 60 dólares por barril impuesto por los aliados de Ucrania.
Las autoridades finlandesas sospechan que un buque de la flota oculta, vinculado a Rusia, estuvo involucrado en un posible sabotaje, cortando importantes cables de energía y comunicaciones bajo el mar Báltico. entre Finlandia y Estonia. el 25 de diciembre.
El gobierno de Biden presentó el jueves un nuevo paquete de ayuda militar por 500 millones de dólares mientras el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, se reunía con el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin.
Zelenskyy tenía programado reunirse con Biden en Italia el viernes, pero el mandatario estadounidense canceló sus planes de viajar al extranjero para permanecer en Washington y ayudar a supervisar la respuesta federal a los incendios forestales que azotan Los Ángeles.
A principios de esta semana, Trump expresó su preocupación por la pérdida de vidas durante el conflicto, al tiempo que argumentaba que “esta guerra nunca habría ocurrido” si él fuera presidente.
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David McHugh en Frankfurt, Alemania, Jill Lawless en Londres y Matthew Lee contribuyeron a este despacho.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.
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