Es latino, trabajaba en Nueva York con una visa J-1 y cuenta cómo consiguió la green card: “Tuve que arriesgarme”

El creador digital peruano Leonardo Richarte recibió una notificación que cambió su vida. En medio de los preparativos para participar en el programa Work and Travel con un permiso migratorio J-1, recibió un correo de la embajada de Estados Unidos que lo citaba a una entrevista consular para el Programa de Diversidad de Visas, el sistema que cada año otorga residencias permanentes en el país norteamericano.

Cómo un estudiante con visa J-1 consiguió la residencia permanente

En un video publicado en su cuenta de TikTok, Richarte recordó que se inscribió al sorteo de la green card en octubre de 2023. “Diez millones de personas postulan y solo unas 50.000 obtienen la residencia”, explicó para poner en perspectiva la dificultad de quedar seleccionado.

Los datos oficiales del Departamento de Estado de los Estados Unidos indican que en el programa, ese año, hubo 19.927.656 inscripciones válidas y 131.060 personas preseleccionadas (entre solicitantes principales, cónyuges e hijos). De ese total, el número efectivo de visas de residencia permanente entregadas fue de aproximadamente 51.350.

A mediados de mayo de 2024, como confirmó en un correo electrónico enviado a LA NACION, Richarte supo que había obtenido el “visto bueno” para continuar con el proceso de la visa de diversidad. Meses después, en noviembre, recibió un correo de la embajada de Estados Unidos que lo citaba a una entrevista consular en Perú en enero de 2025.

Para entonces, él ya tenía previsto estar en esa fecha en el país norteamericano con una visa J-1, dentro del programa Work and Travel, por lo que debió comunicarse con su agencia para informar que debía viajar a mitad del programa.

Esto derivó en un momento de tensión. “Mi sponsor no quiso permitirme regresar”, explicó. Según relató, le propusieron una alternativa: “Lo que ellos me ofrecieron en un comienzo fue hablar con mi empleador para que pudieran reducir mi tiempo de trabajo y, bajo su aprobación, cambiar mi programa para poder ir en diciembre a Estados Unidos con la visa J1”. “Finalmente, el empleador aceptó las condiciones que le puse, hablé con ellos directamente”, añadió.

El 30 de enero de 2025, el joven voló desde Nueva York a Lima para asistir a su entrevista consular. “Tuve que arriesgarme por una visa que no sabía si iba a pasar, pero afortunadamente me la dieron”, relató.

Tras obtener la aprobación, volvió a Estados Unidos el 14 de febrero de 2025, día de San Valentín. “Volé directo a Nueva York, luego llegué a Lake Placid en plena nevada. Estaban todos en la cocina. Me sentí en casa nuevamente”, continuó.

Qué es y cómo funciona el sorteo de la green card

En otro video, el joven explicó los requisitos del Programa de Diversidad de Visas. “El proceso es simple y puede hacerse sin intermediarios. Solo hay que haber nacido en un país elegible y tener secundaria completa o un empleo con al menos dos años de experiencia formativa”, detalló.

Desde 2025, la inscripción incluye un pago simbólico de US$1. “Antes era gratis, pero sigue siendo una opción muy económica”, señaló. Además, recomendó conservar el número de confirmación para revisar los resultados en mayo de 2026.

Richarte aclaró que el trámite no afecta otros visados. “Yo completé el formulario DS-260 y aun así pude obtener mi visa J-1 sin inconvenientes. Si tienes una visa con restricción de dos años, no puedes participar hasta cumplir el plazo en tu país”, explicó.

Dejar Nueva York, llegar a California y empezar de cero

En videos posteriores, Richarte narró cómo fue su vida después de obtener la residencia. “Tras un mes aguantando en mi trabajo en la cocina de Whiteface, el 29 de abril salí de Lake Placid. No había nadie para despedirme. Llegué a Fresno, California, no por un sueño, sino por necesidad”, recordó.

En esa etapa, atravesó momentos difíciles: “Fresno era calor seco, calles eternas, buses lejanos y el recuerdo constante de que todo había cambiado para mí”.

Menos de un mes más tarde, el 18 de mayo, decidió mudarse a San Francisco. “Era mi última ficha, todo o nada. Si no funcionaba, tendría que volver a Lima con las manos vacías, con una deuda encima y con sueños pendientes. Pero funcionó”, comentó

Apenas unos días le bastaron para darse cuenta de que era el lugar correcto. “Me enamoré de la ciudad: las colinas, el transporte, los parques y la brisa templada. Vivo en un departamento compartido, camino al trabajo, estudio y paseo”, agregó.

En otro clip, reflexionó sobre el proceso de cambio: “No soy el mismo que se fue de Lima en diciembre. Aprendí a vivir solo, a caer y volver a levantarme”. Con 20 años, trabaja en un restaurante y estudia mientras comparte su experiencia migratoria en redes sociales. “A veces no sé qué es lo que estoy haciendo, pero sé que lo hago por mí”, concluyó.

* Esta nota fue actualizada el 13 de octubre de 2025 con detalles aportados por Leonardo Richarte.

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