Se separó, renunció a su trabajo y abandonó EE.UU. para recorrer el mundo, pero se arrepintió: “No es tan bueno”
Con la idea de olvidar a su expareja, partió a Europa con una amiga; tras visitar varios países, quiso quedarse a vivir en Tailandia, pero no lo pudo sostener
5 minutos de lectura'

Christina Fang comenzó su viaje como una aventura. Tras una dolorosa ruptura amorosa, decidió renunciar a su empleo y dejar Estados Unidos para recorrer el mundo. Sin embargo, lo que parecía un plan perfecto se convirtió poco a poco en una experiencia llena de altibajos. “Vivir en el extranjero no es tan bueno como parece”, consideró la mujer, que finalmente regresó a su país natal.
La ruptura amorosa que la impulsó a dejar EE.UU. y viajar por el mundo: “Estaba destrozada”
A finales de 2022, Christina Fang enfrentó un quiebre personal decisivo. “Después de un año de convivencia, mi novio rompió conmigo. Había construido mi vida en torno a él, incluso aceptando un trabajo de marketing en Colorado para vivir juntos. Estaba destrozada”, contó a Business Insider.

En medio de la tristeza, sintió que su vida no avanzaba y que su trabajo no la motivaba. Se notaba “estancada” y necesitaba un cambio, según recordó.
La oportunidad llegó a través de su mejor amiga, Megan, que es profesora de inglés en Madrid, España. Juntas habían soñado con viajar como mochileras, pero nunca lo concretaron.
Su ruptura amorosa abrió la posibilidad. “Ella tenía el verano libre y yo, de repente, me quedé sin ataduras. Así que ahorré hasta el último céntimo, dejé mi trabajo y me fui a Madrid en junio de 2023”, relató.
Su nueva vida lejos de EE.UU.: una fantasía “hecha realidad”
El comienzo de su aventura resultó tal como lo había imaginado. “Los primeros meses fueron mágicos”, comentó. La joven sintió que su fantasía inspirada en la película Comer, rezar, amar, protagonizada por Julia Roberts, se “hizo realidad”.
Junto a Megan recorrió ciudades europeas y disfrutó al máximo de la experiencia. “Pasamos nuestros días saboreando tapas en Madrid, paseando en bicicleta por Copenhague y recorriendo el Sendero de los Dioses en la Costa Amalfitana”, describió.

Ese itinerario continuó en Asia. Allí, Christina y su amiga buscaron nuevas aventuras: “Meditamos con monjes en Tailandia, recorrimos en ciclomotores las montañas de Vietnam y bailamos con desconocidos en clubes nocturnos japoneses”.
El dolor de su separación parecía quedar atrás. “Rara vez pensé en la ruptura, pero cuando lo hice, el dolor quedó enterrado bajo la siguiente vista impresionante o el siguiente plato de paella”, explicó.
Su estadía en Taiwán, para cuidar a su abuela enferma: “Atención constante”
Después de meses en movimiento, Christina se instaló un tiempo en Taiwán para acompañar a su familia. “Terminé quedándome seis meses más para cuidar a mi abuela enferma. Necesitaba atención constante y yo estaba decidida a disfrutar de lo que podrían ser nuestros últimos momentos juntas”, señaló.
Si bien valoró esa etapa, admitió que resultó difícil. “Aunque agradecía poder ayudar, cuidar a alguien era emocionalmente agotador. Era evidente que ya no estaba de vacaciones, sino que estaba ahogada en pañales y desesperación”, lamentó.
El sueño de vivir en Tailandia que no pudo sostener
En 2024, Christina retomó su viaje y llegó a Koh Phangan, una isla en Tailandia que la cautivó. “Todos los días me encontraba con mochileros en la playa, nadaba en el mar y escribía en cafeterías. Por primera vez en mucho tiempo, me sentí libre, segura y feliz”, afirmó.
Se sintió tan conectada con el lugar que decidió mudarse allí. “Las actividades diarias incluían cantar con amigos, saborear arroz glutinoso con mango y bailar en la selva. Terminé enamorándome del estilo de vida", dijo la joven.

Decida a instalarse en ese país, viajó a su casa y empacó sus cosas. Sin embargo, poco después de instalarse, comenzó a tener problemas económicos. “Acepté trabajos esporádicos: verificaba votos para Associated Press e incluso fui extra en la serie The White Lotus”, contó. También intentó convertirse en escritora de viajes, aunque sin éxito. “Pronto me sentí agotada y pasaba más tiempo en Netflix que en la playa”, continuó.
El entusiasmo inicial comenzó a apagarse: “A medida que mis ingresos menguaban, también lo hacía mi salud mental. Me sentía un fracaso, incapaz de cumplir mi gran sueño de vivir en el extranjero”.
El regreso a EE.UU. y un nuevo comienzo: “Reconexión familiar”
La depresión se hizo más intensa a fines del año pasado. Christina aceptó que su aventura debía concluir. “La Nochebuena de 2024, aterricé en el Aeropuerto Internacional O’Hare, Chicago, donde mis padres me recogieron para disfrutar de una agradable noche de juegos de mesa y karaoke”, relató.
Volver a Estados Unidos resultó una experiencia sanadora. Allí pudo recuperar su estabilidad económica y anímica. “Cuando regresé a casa, mis padres fueron un gran apoyo”, resaltó.
Con el tiempo, encontró un nuevo equilibrio. “Reconecté con mi familia, hice amigos de todo el mundo y descubrí una nueva sensación de independencia”, señaló.
Christina aseguró que no renunció a los planes de visitar otros países, pero que ahora aprendió a encararlos de otra manera. “Nunca dejaré de viajar, pero en lugar de mudarme constantemente, ahora hago viajes más cortos”.
Otras noticias de Viajes
1Ola de frío en Texas: cuánta nieve se espera y a cuánto bajarán las temperaturas esta semana
2Immigration news in USA: últimas actualizaciones del ICE y la CBP en diciembre 2025
3Firmada por Greg Abbott: qué cambia la nueva “ley de baños” de Texas que entra en vigor hoy, jueves 4 de diciembre 2025
4Dallas y Houston vs. Abbott: las grandes ciudades de Texas se resisten a cooperar con el ICE con acuerdos 287(g)









