Del día que la quisieron matar a la vergüenza por el príncipe Andrés: los 70 años de reinado de Isabel II
Excepto un atentado en un desfile y la aparición de un intruso en Buckingham, la mayoría de los problemas que debió enfrentar se relacionan con sus hijos
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Cuando Isabel se enteró de que su padre había muerto tenía solo 25 años. Fue el 6 de febrero de 1952 durante una gira real en Kenia con el príncipe Felipe. Ese día, se convirtió en reina. Y lo es hasta hoy que se cumplen setenta años de reinado, el más largo en la historia de la monarquía británica.
Isabel II, tal como fue nombrada en su coronación al año siguiente –la primera en ser televisada-, se distinguió como una reina siempre consciente de su deber público y de la obligación de sostener a la corona en lo más alto. Durante las primeras décadas de su reinado no hubo escándalos ni sobresaltos por los que la monarca tuviera que preocuparse demasiado. Sin embargo, a partir de los ‘80 comenzó a experimentar sucesos que pusieron a prueba su valentía y sus nervios de acero.
Atentado de 1981
Si bien la reina cumple años en abril, el festejo oficial se realiza a mediados de junio con el desfile Tropping the colour en el que ella misma participó hasta 1986, y al cual asistía montada a su propio caballo.
El 13 de junio de 1981, la monarca formaba parte del desfile tal como lo hacía desde los 17 años. Junto con ella iban el duque de Edimburgo y el príncipe Carlos. Antes de su llegada habían pasado en carruaje la reina madre y la princesa Diana.
En un momento de la cabalgata, un adolescente de 17 años, Marcus Simon Sarjeant, disparó seis veces contra la reina. Fue arrestado y acusado de traición. El joven estaba oculto entre la multitud que vitoreaba a la reina y apuntó directamente con una pistola hacia ella. Rápidamente fue reducido por la Policía.
Dicen que la reina mantuvo la tranquilidad todo el tiempo y también su caballo birmano. “Estaba tan fresca como un pepino, como si nada hubiera pasado”, dijo el exguardia Alec Galloway que fue testigo de aquello. De acuerdo con lo citado por la BBC, “la monarca parecía conmocionada por el episodio, pero pronto recuperó la calma”.
“La pistola utilizada por Marcus Simon Serjeant, residente en Folkestone al sur de Inglaterra, no era ni auténtica ni tampoco un juguete. La Policía ha descrito el arma como ‘una buena réplica’ que pudo disparar seis balas de fogueo fingiendo seis disparos reales”, informó entonces la prensa.
Tres meses después de lo sucedido, Sarjeant fue acusado de traición y encarcelado durante cinco años. De acuerdo a quienes lo conocieron, era un adolescente tranquilo en las apariencias. Sus amigos lo describieron como un hombre tímido, solitario y obsesionado con los asesinatos del presidente John F. Kennedy y John Lennon. El joven había escrito en su diario: “Voy a aturdir y a desconcertar al mundo entero con nada más que un arma: me convertiré en el más adolescente famoso en el mundo”.
En 1986, cuando su caballo murió la reina no montó más en el desfile. Sarjeant fue puesto en libertad en 1984, a los veinte años, y se le dio una nueva identidad. Cuentan que le escribió en varias ocasiones a la reina para disculparse pero que nunca recibió una respuesta desde Buckingham.
El visitante inesperado
Otro asuntó que trascendió al año siguiente fue el ingreso de un hombre que logró traspasar la seguridad del palacio de Buckingham y llegar hasta el cuarto de la reina donde, cuentan, le pidió un cigarrillo. El episodio fue un antes y un después en la seguridad que se vivió en el palacio.
El intruso fue identificado como Michael Fagan, un pintor y decorador británico. Entró al palacio el 9 de julio de 1982. Ese día sucedió el encuentro con la reina, sin embargo, el hombre asegura que aquella ocasión fue la segunda vez que entró al lugar sin ser visto.
Según su relato, la primera vez tuvo acceso a través de una ventana abierta en el techo y estuvo media hora donde tuvo tiempo hasta de comer queso cheddar con galletitas. Los informes, indica la revista Tatler, aseguran que las alarmas no funcionaron. Además, el intruso agregó en su declaración que descansó en el trono y entró en una sala que estaba repleta de regalos para el príncipe William, recién nacido. Su historia va mucho más allá y detalla que hasta se sirvió media copa de vino sin ser visto por nadie de la seguridad.
Después de haber tenido éxito en su primera visita, el 9 de julio Fagan volvió a intentarlo y escaló una pared para abrirse camino hacia el cuarto de la reina. En declaraciones a The Mirror dijo que pasó junto a la cama y que le pareció demasiado pequeña como para ser de Isabel: “Fue en ese momento cuando ella se sentó y me preguntó qué hacía ahí”.
Las versiones respecto de su reacción son distintas. Mientras que algunos aseguran que la monatca se mantuvo tranquila y que conversó diez minutos en la cama con el sujeto hasta que llegaron los guardias, el mismo Fagan dice que, en realidad, al verlo corrió asustada. “Tenía puesto un camisón de estampado liberty hasta las rodillas”, aseguró a Mirror.
1992: Annus horribilis
Diez años más tarde, la reina declaró a1992 como “annus horribilis” (año terrible). Lo hizo en ocasión de la comida conmemorativa de su aniversario número cuarenta en el trono.
Ese año, que debía ser de festejo y alegría por sus cuatro décadas como reina, había sido arruinado por el divorcio de la princesa Ana y Mark Philips, la separación del duque y la duquesa de York, el distanciamiento cada vez mayor entre Carlos y Diana.
Para colmo, no solo las relaciones de pareja ardieron, sino que también hubo un incendio en el castillo de Windsor. En el banquete declaró: “1992 ya no será un año que yo recordaré con alegría sin tacha”.
La muerte de su último corgi
El 15 de abril de 2018 murió la última descendiente de su corgi original, Willow, de catorce años. Willow fue sacrificada después de sufrir cáncer, de acuerdo con los informes de los periódicos británicos. Si bien, según las fuentes, la reina todavía posee otros perros, esa mascota era la única descendiente de Susan, la perrita que le regalaron al cumplir 18 años. en 1944.
Susan fue tan querida que, incluso, acompañó a la reina en su luna de miel. Ahora le quedan los dos cachorros corgi Muick y Fergus, adoptados durante la última internación de Felipe, meses antes de morir.
A la reina le es querida la raza puesto que a su padre también le gustaba. Su perrita Susan tuvo más de treinta descendientes que desaparecieron con la muerte de Willow.
Andrés debe renunciar a sus deberes reales
En noviembre de 2019, el príncipe Andrés debió renunciar a la vida pública debido a la demanda por abuso sexual presentada en su contra por Virginia Giuffre. Según la denuncia, el hijo de Isabel abusó de ella tres veces cuando tenía 17 años.
Las fuentes del palacio de Buckingham indicaron en aquel momento que fue muy difícil esta situación para la reina debido a que se comenta que Andrés es su hijo predilecto.
Los Sussex se retiran de la familia real británica
Al poco tiempo de la renuncia de Andrés a sus deberes reales, la reina tuvo que enfrentar otro gran dolor de cabeza que, de hecho, todavía no fue resuelto. En enero de 2020 el príncipe Harry y Meghan Markle, los duques de Sussex, anunciaron su retiro de la familia real británica en lo que se llamó Megxit. La pareja renunció al dinero de la realeza y salió en búsqueda de su independencia económica.
En marzo de 2021, le dieron una polémica entrevista a Oprah Winfrey en la que contaron que un miembro de la realeza estaba preocupado por el color de piel de su primer hijo, Archie, mientras Meghan estaba embarazada. Además, la exactriz también reveló que tuvo pensamientos de suicidio durante esa época.
Para finales de 2022, se espera la publicación de las memorias de Harry y todo sugiere que nada de lo que pueda contar en su libro podrá ser positivo para la corona.
La muerte de Felipe de Edimburgo
El 9 de abril de 2021, el duque Felipe de Edimburgo, esposo de Isabel por más de siete décadas, murió a los 99 años. A pesar de que se especulaba que la reina iba a dejarse caer tras la pérdida, ella continúa con su vida normal, en la medida de sus posibilidades.
El príncipe Andrés, a juicio
En enero de 2022, el juez del tribunal Lewis Kaplan le dio lugar a la demanda presentada por Virginia Giuffre, es decir, el príncipe Andrés deberá enfrentar un juicio. A sus 95 años, Isabel II le retiró todos los cargos militares y representaciones. Ahora enfrentará el juicio en Nueva York como un ciudadano común.