Dónde hay que guardar las cebollas para que se conserven mejor
Según los especialistas, aplicar las técnicas correctas puede garantizar que este alimento mantenga su frescura y sabor por más tiempo; de qué manera se debe conservar para evitar que se deterioren
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Las cebollas, presentes en prácticamente todos los hogares argentinos, son un ingrediente esencial en la cocina diaria. Desde guisos hasta ensaladas, este vegetal aporta un sabor único a las comidas, pero conservarlas correctamente es clave para garantizar su frescura durante más tiempo. Abrir la alacena y encontrar siempre los ingredientes en perfecto estado, listos para cualquier receta, es posible si se presta atención a pequeños detalles que marcan una gran diferencia en la conservación de los alimentos.
El error más común es pensar que el cajón frutero de la heladera es el lugar adecuado para almacenar las cebollas. Sin embargo, esta opción no es la más apropiada. Estudios realizados por la Universidad de California advierten que los cambios bruscos de temperatura y la exposición directa a la humedad aceleran el deterioro de la cebolla. Este fenómeno ocurre porque, al refrigerarlas, el exceso de humedad hace que el bulbo, que es la parte comestible de la cebolla, se vuelva blando y poco apetecible, ya que pierde sus características organolépticas, es decir, su sabor, aroma, textura y aspecto.
Para conservar las cebollas de forma adecuada, es necesario guardarlas en un ambiente fresco y seco, como una despensa o un armario de cocina bien ventilado, donde no reciban luz directa. Según el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), el almacenamiento en lugares oscuros y con ventilación evita la aparición de moho y retrasa el proceso de brotación. Además, se debe mantener la cáscara intacta hasta el momento de utilizarlas, ya que esta protección natural contribuye a su longevidad.
El proceso de almacenamiento puede marcar una gran diferencia. En espacios óptimos, las cebollas pueden durar varias semanas, e incluso meses, y aun así mantienen su sabor y textura originales. Lo ideal es utilizar bolsas de malla, que son aquellas con pequeños orificios que permiten la ventilación, o cajas de cartón para almacenarlas, ya que esto asegura una adecuada circulación de aire. Al igual que sucede con las papas, se debe evitar el contacto entre las cebollas y otros productos perecederos, ya que algunas frutas liberan etileno, un gas que acelera la descomposición de las verduras cercanas.
Ahora bien, qué se debe hacer con las cebollas en el caso de que ya hayan sido cortadas. Muchos optan por guardarla en la heladera, aunque esto es correcto solo si se emplean recipientes herméticos, preferentemente de vidrio, para evitar que la humedad afecte el resto del alimento. Un estudio publicado en Comprehensive Reviews in Food Science and Food Safety respalda esta recomendación, e indica que el almacenamiento en este tipo de contenedores minimiza la pérdida de nutrientes y prolonga la frescura. Sin embargo, si la cebolla se deja expuesta al aire en el refrigerador, puede adquirir un sabor amargo y desagradable.
Aunque muchas personas no reparan en las diferencias entre las variedades de cebolla, existen tres variedades comunes de cebolla: blanca, amarilla y morada, y cada una tiene características particulares que pueden influir en la manera de almacenarlas. La cebolla amarilla es la más versátil y resistente, con una piel gruesa que la protege, lo que facilita su conservación durante semanas en un lugar fresco y seco. La cebolla blanca tiene un sabor más fuerte y contiene un poco más de agua que la amarilla, por lo que puede deteriorarse más rápido si no se almacena adecuadamente; requiere ventilación y oscuridad para evitar que se vuelva blanda.
Por su parte, la cebolla morada, conocida por su color y sabor suave, también necesita ser almacenada en un lugar fresco y ventilado. Aunque tiende a ser un poco más delicada que la amarilla, si se mantienen alejadas de la humedad y se garantiza la circulación de aire, estas cebollas pueden conservarse en buen estado por varias semanas.
Cuál es el aporte nutricional de la cebolla
Por otro parte, la cebolla no solo destaca en la cocina por su capacidad para realzar sabores, sino que también es un alimento con importantes beneficios para la salud. Sus propiedades nutricionales van más allá de lo que muchos conocen, ya que aporta una variedad de nutrientes esenciales que favorecen el bienestar general, según un sitio especializado en nutrición.
- Rica en vitamina C, esencial para fortalecer el sistema inmunológico y combatir infecciones.
- Contiene quercetina, un antioxidante que ayuda a reducir la inflamación y protege contra enfermedades cardiovasculares.
- Aporta fibra dietética, favorece la salud digestiva y ayuda a regular los niveles de azúcar en sangre.
- Elevado contenido de potasio, clave para mantener una presión arterial equilibrada y un correcto funcionamiento muscular.
- Fuente de compuestos organosulfurados, conocidos por sus propiedades anticancerígenas y beneficios para la salud del corazón.
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