La hierba que se volvió una aliada para curar cálculos renales e infecciones urinarias, también es usada en tratamientos de cáncer
Han sido aprovechadas durante siglos en la medicina tradicional para tratar diversas afecciones gracias a sus compuestos antioxidantes y anticancerígenos
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El galio, una planta nativa de Eurasia, ha sido utilizada en la medicina tradicional durante generaciones debido a su amplia gama de propiedades terapéuticas. También conocida como galio amarillo, esta planta crece en diversos hábitats, desde bosques hasta prados húmedos, independientemente del tipo de suelo. Su morfología es característica: posee tallos erguidos y ascendentes, rizomas muy ramificados y flores amarillas agrupadas en panículas que exhalan un ligero aroma a miel.
A pesar de su sabor amargo, más notable en las flores que en el resto de la planta, esta hierba medicinal ha demostrado ser una herramienta valiosa en el tratamiento de múltiples dolencias. Tradicionalmente, se ha utilizado para tratar problemas relacionados con las vías urinarias, espasmos gastrointestinales, infecciones y lesiones cutáneas, así como también en tratamientos para el cáncer. A pesar de que se conoce hace siglos, esta planta sigue siendo objeto de estudio, especialmente en el campo de la oncología, debido a sus potentes propiedades antioxidantes y anticancerígenas.
¿Cuáles son las propiedades medicinales del galio?
El galio contiene una serie de compuestos químicos que lo dotan de propiedades beneficiosas. Entre ellos destacan las antraquinonas, flavonoides, taninos y pequeñas cantidades de cumarinas. Estos componentes actúan principalmente como diuréticos, antiespasmódicos y desinfectantes. No obstante, son otros compuestos menos conocidos los que le confieren su potencial terapéutico en áreas más específicas, como el tratamiento del cáncer.
Diversos estudios han identificado en esta planta la presencia de polifenoles, iridoides, glicósidos y derivados del antraceno, todos ellos con propiedades antioxidantes y anticancerígenas. Estas sustancias han demostrado una capacidad notable para contrarrestar el daño celular y ralentizar el crecimiento de células cancerosas en estudios preclínicos. Aunque las investigaciones al respecto aún continúan, los hallazgos preliminares sugieren que el conocido técnicamente como Galium verum podría jugar un papel importante en futuros tratamientos contra el cáncer.
Uso tradicional y aplicaciones de la planta galio
Históricamente, el galio ha sido utilizado principalmente por sus propiedades diuréticas. En particular, se ha empleado para estimular la secreción renal, lo que ayuda a eliminar cálculos y arenillas del sistema urinario. Además, su acción desinfectante y antiespasmódica lo convierte en una opción natural para tratar infecciones urinarias, aliviar los calambres y mejorar la función general del sistema urinario.
Su uso no se limita a los problemas urinarios. En la medicina tradicional, y de acuerdo con algunos estudios publicados por los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés), también se ha aprovechado su capacidad astringente y cicatrizante para tratar heridas difíciles de sanar, úlceras y erupciones cutáneas. Esto ha convertido a la planta en un recurso valioso para el tratamiento de afecciones dérmicas, especialmente en áreas donde la medicina moderna aún no ha logrado llegar.
Potencial anticancerígeno y cardioprotector de la planta galio
Uno de los aspectos más interesantes del Galium verum es su reciente investigación en el campo de la oncología. Los estudios realizados han demostrado que los compuestos presentes en esta planta pueden tener un efecto positivo en la prevención y tratamiento del cáncer. Esto se debe en gran medida a sus propiedades antioxidantes, que ayudan a neutralizar los radicales libres, protegiendo así a las células del daño oxidativo.
Un ejemplo claro de su aplicación se encuentra en el ámbito de la cardiotoxicidad inducida por la doxorrubicina, un agente quimioterapéutico ampliamente utilizado en el tratamiento de varios tipos de cáncer, como el de mama, pulmón y tiroides. En las investigaciones publicadas por NIH, se ha descubierto que los antioxidantes presentes en el galio pueden mitigar algunos de los efectos secundarios más severos de la doxorrubicina, mejorando la calidad de vida de los pacientes sometidos a quimioterapia.
Asimismo, han revelado que el extracto de Galium verum tiene efectos positivos sobre el sistema nervioso central, antimicrobianos, endocrinos y antiinflamatorios. Aunque todavía se necesita más investigación clínica para confirmar todos estos beneficios, los estudios preclínicos sugieren que esta planta tiene un amplio espectro de aplicaciones terapéuticas, algunas de las cuales aún no se comprenden completamente.
El papel del galio en la medicina moderna
El renacimiento del interés por las plantas medicinales ha llevado a los científicos a reevaluar especies como el Galium verum. Si bien su uso en la medicina tradicional era limitado a tratamientos sintomáticos, los avances en la investigación farmacológica han permitido una mejor comprensión de los compuestos que la componen y de su potencial terapéutico.
Actualmente, se utiliza como complemento en terapias naturales para prevenir y tratar infecciones urinarias, cálculos renales, espasmos gastrointestinales y ciertas afecciones dermatológicas. Sin embargo, el mayor interés en esta planta reside en su potencial anticancerígeno. Expertos en la materia continúan investigando su uso como agente complementario en tratamientos oncológicos, debido a sus efectos citotóxicos sobre células cancerígenas.
LA NACION