El Gobierno reivindica a un edecán de Perón, que fue un activo militante y víctima de la dictadura
El mayor Bernardo Alberte había sido dado de baja, reincorporado en 1973 y fue ultimado en la noche del golpe del 24 de marzo; Taiana encabezará el lunes un acto de reparación
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LA NACIONMariano De Vedia
Luego de sacar a la luz documentos y reglamentaciones de las Fuerzas Armadas que en 1976 instaban a luchar “contra elementos subversivos”, el ministro de Defensa, Jorge Taiana, encabezará el lunes un acto de “reparación histórica” de un oficial del Ejército y militante peronista que fue edecán de Juan Domingo Perón y una de las primeras víctimas de la dictadura militar, en la madrugada del 24 de marzo de ese año.
Marchas y contramarchas tuvo la foja de servicios del mayor Bernardo Alberte en las Fuerzas Armadas. Egresado en 1939 del Colegio Militar con “las mejores calificaciones”, en 1945 cumplió un arresto en Campo de Mayo por haber intentado sublevar la Escuela de Infantería para defender a Perón en los días previos al 17 de octubre, y años después lo acompañó como edecán en su segunda presidencia.
Fue dado de baja del Ejército por el general Pedro Eugenio Aramburu en 1957, reincorporado al año siguiente, sancionado más tarde por un tribunal militar y beneficiado por la ley de amnistía en 1973, por lo que fue reincorporado con el grado de teniente coronel, en un tiempo político convulsionado.
Sus días terminaron en la noche del golpe de 1976, cuando militares de uniforme irrumpieron en su domicilio, en Avenida del Libertador y Callao, frente al hoy inexistente Ital Park, y lo arrojaron desde una ventana del sexto piso, lo que quedó acreditado en la Justicia. Según testimonios recogidos por el periodista Marcelo Larraquy, tenía redactada una carta que pensaba enviar al teniente general Jorge Rafael Videla para advertirle sobre el error que cometerían las Fuerzas Armadas si avanzaban en la decisión de tomar el poder.
La trágica muerte ocurrió a las dos de la mañana, muy poco después de que la presidenta María Estela Martínez de Perón dejara la Casa Rosada en helicóptero y fuera detenida por fuerzas militares al llegar a Aeroparque, por lo que varios dirigentes peronistas consideran a Alberte como “la primera víctima de la dictadura militar”.
Pero esa condición no tiene reconocimiento unánime. “Nosotros oficialmente no podemos reconocer eso”, confiaron en el Ministerio de Defensa a LA NACION.
Reparación y legajo
Taiana firmó una resolución que dispone la adecuación del legajo y la documentación del militar. El ministro de Defensa conoció personalmente a Alberte, especialmente porque su padre, Jorge Alberto Taiana, fue médico y ministro de Educación de Perón. Acompañará al ministro en el acto de reivindicación el director de Derechos Humanos del ministerio, Eduardo Jozami.
Alberte, perteneciente al arma de Infantería, tuvo ya una reivindicación, en 2006, cuando Néstor Kirchner le concedió el ascenso post-mórtem al grado de coronel y le entregó las insignias a su hijo, que lleva su mismo nombre.
Tras la reivindicación dispuesta por Kirchner se reabrió y avanzó la causa judicial por el delito de homicidio, dentro de una investigación más amplia por crímenes perpetrados por personal del Primer Cuerpo del Ejército. En 2012, el juez federal Daniel Rafecas procesó y dictó la prisión preventiva del general de división Carlos Alberto Martínez, que había dirigido el área de Inteligencia en el Ejército.
Nacido en Avellaneda, en 1918, al militar se lo conocía como “el Yorma”, por el grado de mayor que tenía cuando acompañaba a Perón como edecán. Con los años, a partir de la década del 60 fue afianzando su alineamiento con organizaciones de la izquierda peronista lo que lo enfrentó a sus antiguos camaradas. Con Perón en el exilio, operó en favor de su retorno al país.
La sanción que en 1956 le aplicó el Tribunal Superior de Honor fue una “descalificación por falta gravísima”, a raíz de manifestaciones que denotaban una preeminencia de sus ideas políticas sobre la lealtad debida a la institución y por existir un repudio a la tradición de nuestro país”. Así lo recuerda la resolución firmada por Taiana, quien destaca, desde otro punto de vista, la “coherencia y la ética” del militar.
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