El poder narco sigue activo en el barrio que buscan transformar las Madres contra el Paco
El relato de Luisina Etchart es crudo. Hace unos diez años, esta joven que hoy tiene 27 años encontró la ayuda de la Asociación Madres contra el Paco y por la Vida y pudo salir de su adicción. Su madre se acercó a esa organización y Luisina se recuperó con un tratamiento, después de episodios de sobredosis y un marcado deterioro en su cuerpo. Ahora trabaja en los talleres que ese grupo que le brindó una mano en su época difícil tiene en Villa Lamadrid, un barrio flanqueado por las aguas del río Matanza, que se mezclan con las del Riachuelo, y en el que la feria La Salada tiene protagonismo.
En este barrio ubicado en la localidad de Ingeniero Budge, partido de Lomas de Zamora , los narcos siguen pisando fuerte y la calle es un lugar peligroso. Abundan las alternativas para conseguir droga; también hay mensajes amenazantes para quienes tratan de combatir el negocio mafioso de la venta de estupefacientes. Lo saben las integrantes de la Asociación Madres contra el Paco y por la Vida, que trabajan en la prevención de adicciones en el lugar y que han vivido, y viven, en carne propia el peligro del poder narco , que no quiere ceder posiciones ganadas a lo largo de años de presencia ininterrumpida y busca alternativas constantes para mantenerse en pie.
La definición de Luisina es corta y contundente: "La calle en Villa Lamadrid es terrible". Lo sabe por experiencia propia, pasada y presente. Se recuperó de su adicción al paco, y hoy sigue viendo un escenario complejo para los chicos y jóvenes. Trabaja en el barrio, con las Madres contra el Paco. Sentada en el bar de una estación de servicio a la vera del transitado Camino Negro, cuenta a LA NACION que conseguir droga en las calles de la zona sigue siendo una tarea fácil. "Lamentablemente, no cambió mucho. Cada vez está más fácil, ves pibes más metidos", señala.
"Antes era el puntero político, ahora son ellos [por los narcos] los que mandan en el barrio. Saben muy bien quién es la mamá que tiene muchos chicos. Festejan el Día del Niño, los Carnavales", grafica Isabel Vázquez, una de las líderes de la Asociación Madres contra el Paco. "Tenés zonas liberadas, también. Nunca caen los grandes, siempre caen los perejiles. Hay muy buenos policías, pero otros tienen mucha complicidad. El tema de las pastillas está entrando acá también", completa.
Las formas de vender droga van mutando, los narcos se aggiornan para mantener su dominio, a pesar de la lucha de la asociación barrial y de los operativos antidrogas. "Van cambiando las modalidades. Tenés los celulares, las llamadas, los puntos de encuentro. Tenés pibes, los soldaditos siguen existiendo y son los que llevan y traen. ¿Quién fracciona 2000 dosis de paco? Mujeres, pibes. La Justicia tiene que llegar más arriba del vendedor de poca monta y del consumidor", afirma Alicia Romero, otra referente de la asociación de lucha contra el paco, una organización que nació hacia el año 2005 como una iniciativa de un grupo que originalmente administraba un comedor, que hoy sigue funcionando.
La violencia dejó su marca en las Madres contra el Paco. Hace casi diez años fue asesinado Emanuel, hijo de Vázquez. El hecho ocurrió el 24 de febrero de 2009. El joven que era buscado acusado de ser su asesino, Sergio Germán López, alias "Checho", cayó acribillado meses después, el 26 de octubre. Lo hallaron muerto con un balazo en la cabeza dentro de un auto que estaba estacionado en Ribera Sur y Virgilio. El crimen de Emanuel marcó profundamente la historia de este grupo de lucha contra el paco. Un mural recuerda al joven, apodado "Emo". Está pintado en una de las paredes de la casa de la calle Orán al 500, donde vive Isabel y funcionan el comedor y una panadería llamada Las Madres.
"Nos marcaron las amenazas y la muerte del hijo de Isabel. Creemos que matar a Emanuel fue un mensaje para que nos callemos. Pero Isabel decidió seguir", cuenta Romero. "Me tirotearon dos veces la casa desde la muerte de Emanuel. Eran pibes del barrio, nos conocemos todos. Acá hay 172 manzanas en el barrio y nos conocemos todos", agrega Vázquez. Las amenazas narco muestran que el poder mafioso de la venta de drogas sigue vigente en el barrio. A pocos metros de la casa de la calle Orán hay una plaza. Vázquez y Romero cuentan que la armaron y que, en un ataque, les "quemaron todos los juegos".
Las dos mujeres son las caras visibles de esta asociación. Vázquez tiene 64 años y Romero, 57. Arrancaron su actividad barrial con un comedor llamado Manos Solidarias, desde el que se fueron desprendiendo nuevas iniciativas, entre las cuales la lucha contra el paco en la zona ganó protagonismo. El comedor entrega 1200 viandas diarias a vecinos de la zona, indica Vázquez a LA NACION.
"Las mismas mamás que estaban acá [por el comedor] empezaron a decirnos que un chico se había ido dos días; otras decían que los chicos se habían ido con ropa nueva y volvían con la ropa rota", dice Vázquez, al recordar cómo empezaron a ocuparse del tema paco en Villa Lamadrid. En su memoria resuena todavía una escena de esos años de inicios: "Una noche que llovía, escuché gritos y salí a mirar. Vi a uno arriba de otro, lo estaba ahogando. Los separamos. Uno dijo: ‘Lo mandé a comprar y se lo consumió todo, le di 20 pesos y se lo fumó todo’". Cuenta que empezaron a vincularse, que lo hicieron con el comedor Los Pibes, de La Boca, que estaban al tanto de la problemática. "Fuimos las primeras madres en la provincia de Buenos Aires, y pudimos poner el tema en la agenda política", concluye.
Romero también recuerda con claridad los comienzos de la preocupación por el avance del paco en la zona, algo que las llevó a armar la organización contra ese flagelo presente en este barrio de Lomas de Zamora. "Nuestras compañeras tenían hijos que consumían y no sabían qué consumían. Hace 24 años que estamos [con el comedor] y pasaron todos los chicos por acá. Nos decían: ‘¿Ustedes no saben que están fumando pasta base?’. Nunca habíamos escuchado hablar de eso, esto era en 2005, 2006. Hablábamos de la cocaína adulterada que estaba en los barrios. Se empezó a vender muy por abajo, muy escondido, papelitos. La pasta base es un negocio de algunos vivos. Los chicos pasaban por acá con el secador de limpiar vidrios de autos. Veíamos cómo pasaban, como muertos vivos. Después empezaron a venir las madres, porque cuando la escuela cerraba, lo único que quedaba éramos nosotros, que estábamos hasta las ocho. Nos empezaron a decir quiénes eran los que vendían", resume.
Las Madres contra el Paco trabajan con la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación Argentina (Sedronar). Desde 2015 hay, a pocas cuadras del comedor, un Dispositivo Integral de Abordaje Territorial (DIAT), que lo dirige Romero. "En el dispositivo tenemos prevención, asistencia y seguimiento de casos. Y un montón de actividades que son terapéuticas: música, canto, baile, taekwondo, hockey, computación, boxeo. Hacemos una entrevista, tenemos una hoja de primer contacto de Sedronar y un convenio con el Ministerio de Trabajo para empleabilidad. Hemos conseguido trabajo real para los pibes", comenta Romero, quien pide que un obrador lindero al predio del DIAT quede para ser utilizado por el dispositivo, una vez que una empresa que realizó una tarea de entubado en la zona lo deje desocupado.
La zona de Villa Lamadrid tiene el complejo de ferias conocido como La Salada como otro punto central del paisaje. "El cambio de horario de la feria nos favoreció. Muchos años fue tierra de nadie. Sigue habiendo robos, pero está más a la vista ahora porque es de día [el horario]", señala Romero. Enrique "Quique" Antequera y Jorge Castillo, dos líderes de La Salada, están detenidos desde el año pasado, ambos acusados de asociación ilícita.
Las cifras demuestran cómo el poder narco golpea en Ingeniero Budge, un lugar en el que los operativos se multiplican. Según información del Ministerio de Seguridad bonaerense a la que accedió LA NACION, unas 4200 dosis de paco se secuestraron en tres operativos en esa localidad, desarrollados entre enero y julio. El primer día de 2018, cayeron detenidos en Budge dos narcotraficantes de nacionalidad paraguaya acusados de encargar los crímenes de dos líderes de una banda rival. Les encontraron 574 dosis de paco. El 19 de julio, las detenciones fueron cuatro. Se trató de un operativo liderado por efectivos de la comisaría 10a., de Budge, en el que se incautaron 1600 dosis de la sustancia. Pocos días después, el 24 de julio, en esta localidad de Lomas de Zamora detuvieron a un hombre que estaba prófugo, acusado de vender paco, con 2026 dosis en su poder.
Las detenciones de narcos en Budge fueron más durante este año y se incautaron también otros tipos de estupefacientes. Dos narcos que vendían droga en un búnker ubicado a metros de la feria La Salada cayeron el 16 de agosto. Tenían 1500 dosis de cocaína. Cuatro personas que usaban de pantalla una carnicería de la calle Campoamor para guardar droga fueron detenidas el 12 de septiembre. Les secuestraron 54 kilos de marihuana. El 14 de septiembre, tras un tiroteo, fueron apresados cinco integrantes de una banda de narcotraficantes. Intentaron refugiarse en un búnker de venta que tenían en Budge.
Un caso de superación
Luisina Etchart dejó atrás su adicción al paco a partir de un tratamiento al que accedió por intermedio de Vázquez y Romero, que asesoraron a su madre cuando fue a buscar ayuda. "En 2009, yo consumía paco. Mi mamá dio con ellas después de pasar por un tratamiento ambulatorio en el Hospital Gandulfo, que no dio resultado porque seguí drogándome. Dio con ellas para que pudieran darme una beca para internarme", recuerda Etchart.
"Estaba muy mal, pesaba 42 kilos, no tenía dedos, todo por el paco. No tenía conciencia, mi cabeza estaba puesta en levantarme y consumir, escaparme del mundo. Un día, después de salir del hospital tras una sobredosis, me escapé a drogarme. Me salieron a buscar en patrullero y cuando me trajeron, le dije a mi mamá que me quería internar. Fue muy difícil, la abstinencia es horrible. Yo tenía 17 y había criaturas de 12 años en consumo", amplía.
Villa Lamadrid es un barrio humilde, con carencias que están a flor de piel. "Hay mucha necesidad. Los de arriba te dan una mano cuando necesitan el voto, después en el barrio quedamos nosotros", dice Etchart. Ella sabe de los peligros de la calle en Villa Lamadrid y remarca que es muy fácil conseguir droga en el lugar. Trabaja en los talleres que organiza la asociación que encabezan Vázquez y Romero para contener a los jóvenes en riesgo que viven en la zona. "Ahora estoy de operadora en un taller de ensamble musical y en el programa Envión. Estoy trabajando para los pibes, porque no es para ellas. La gente del barrio a veces dice que Alicia e Isabel se llenaron de guita, y vos las ves que sacan de su sueldo para poner para la comida del comedor, ahora que está recomplicado", destaca.
Apoyo para jóvenes en riesgo
Comedor. El origen de la Asociación Madres contra el Paco es un comedor que Isabel Vázquez y Alicia Romero tienen desde hace 24 años en Villa Lamadrid, un barrio de Ingeniero Budge. Muchas de las madres que llevaban a sus hijos a ese espacio de ayuda social comenzaron a comentarles su preocupación por la conducta de los menores. Casos de jóvenes que desaparecían durante días o que volvían a sus casas con sus ropas rotas encendieron alarmas. Un mural recuerda a Emanuel, hijo de Vázquez, que fue asesinado hace casi diez años.
- Isabel Vázquez - Madres contra el paco: Es una de las referentes de la Asociación Madres contra el Paco y por la Vida. Su casa de la calle Orán, en Villa Lamadrid, es sede del comedor que fue inicio de la organización de lucha contra las adicciones. También funciona allí una panadería, llamada Las Madres. En febrero de 2009, su hijo Emanuel fue asesinado, un hecho que interpretaron como un amedrentamiento ante su lucha contra la venta de estupefacientes en la zona. "Un logro nuestro es el tema de los DIAT, que eran los antiguos Cepla. Nosotros presentamos el proyecto y peleamos mucho", afirma Vázquez
- Luisina Etchart - Taller de ensamble musical: Trabaja en los talleres que se ofrecen en el DIAT (Dispositivo Integral de Abordaje Territorial) de la zona, un espacio para contención y prevención de adicciones. Superó su adicción al paco gracias a una internación que su madre le consiguió con la ayuda de la Asociación Madres contra el Paco y por la Vida. Cuando terminó su tratamiento, siguió vinculada a la asociación, comentó que hacía batucada y empezó a trabajar. "Nuestra lucha es por concientizar a la comunidad de que esto no es solo la ayuda de la institución, sino que la mano de un vecino también es fundamental", señala Etchart
- Alicia Romero - Madres contra el paco: Es, con Isabel Vázquez, otra líder de la Asociación Madres contra el Paco y por la Vida. Dirige el DIAT que está ubicado a metros del comedor. Cuenta que las formas de venta de droga en la zona han ido cambiando, y que los mensajes amenazantes contra ellas persisten, como el incendio de los juegos que estaban en una plaza que habían armado a pocas cuadras del comedor. "No es solamente el pibe que consume, porque el pibe que consume también roba y lastima a los que no consumen. Entonces, el problema ya es de todos", indica Romero, en diálogo con LA NACION
Más leídas de Política
“Es tirar un balde de mierda para que algo quede”. Belocopitt respondió a las acusaciones del Gobierno y rechazó una "cartelización"
Depende de Karina Milei. Adorni fue ascendido de rango y tendrá un mayor sueldo: "Creo que hay una diferencia"
"No me importa nada que sea el Presidente". Con críticas a Milei, Lanata y Longobardi volvieron a encontrarse en vivo