En su reaparición, el presidente Alberto Fernández criticó a la oposición y evitó hablar de Venezuela y Boudou

Luego decuatro días sin agenda oficial, el presidente Alberto Fernández volvió hoy a la Casa de Gobierno. Demorado por sus clases virtuales, como todos los miércoles, en su cátedra de Teoría General del Delito en la UBA, el Presidente encabezó un acto en el Museo de la Casa Rosada con uno de los temas de gestión en los que encuentra respiro y buenas noticias: anunció la finalización de 30 obras públicas en 12 provincias junto con el jefe de gabinete Santiago Cafiero, y los ministros Gabriel Katopodis (Obra Pública) y Eduardo de Pedro (Interior), más una treintena de mandatarios provinciales e intendentes invitados.

En el cierre del acto, en el que congregó a cinco gobernadores entre presentes y vía remota, el Presidente aprovechó para fustigar a la oposición y sus críticas por sus "promesas incumplidas", un año después de asumir el cargo. "Hablan de promesas incumplidas, nos tratan de mentirosos, pero nunca cambiamos el cálculo de la inflación, ni modificamos el Presupuesto una semana después de presentado", dijo Fernández, molesto por el documento opositor conocido ayer. "Ellos se olvidan, espero que el pueblo argentino no", dijo, ya con tono electoral. "No hablamos de brotes verdes, regamos la Patria todos los días", reforzó en su crítica al gobierno de Cambiemos, un argumento que había usado Katopodis durante la presentación de los distintos oradores.

De ese modo, el Presidente puso fin a cuatro días sin actividades formales, en los que se manifestó por temas puntuales vía redes sociales (los fallecimientos del ex presidente uruguayo Tabaré Vázquez y el exentrenador de fútbol Alejandro Sabella) mientras mantuvo el silencio sobre las elecciones en Venezuela y la posibilidad de que el exvicepresidente Amado Boudou pueda volver a la cárcel, una alternativa que fue criticada por Cafiero en sintonía con el kirchnerismo duro.

Venezuela

En relación a las elecciones legislativas en Venezuela, desde la Casa Rosada reiteraron que no habrá posicionamiento público. "Cuando tuvimos que condenar las violaciones a los derechos humanos en Venezuela lo hicimos", se atajaron cerca del Presidente, y relativizaron la necesidad del Presidente de no generar un nuevo conflicto con el sector del Frente de Todos que tiene como emblema a la vicepresidenta Cristina Kirchner. "Estamos sin hablar, y vamos a seguir así", afirmaron dos voceros del Gobierno.

Mientras rechazaron la existencia de un presunto borrador de postura común con Bolivia y México sobre Venezuela, que finalmente no se concretó, desde la Casa Rosada dieron muestras del malestar del Presidente con el canciller Felipe Solá como coletazo dela presunta parte de la conversación presidencial con el electo mandatario norteamericano Joe Biden, divulgada por el canciller y desmentida por el Presidente. "Esta relación esta intermediada", contaron lacónicos, desde un despacho importante, y señalaron al jefe de gabinete, Santiago Cafiero, como el interlocutor actual de Solá.

El caso Boudou

El silencio sobre Venezuela tuvo su correlato en una idéntica postura sobre Boudou, defendido por distintos ministros, entre ellos De Pedro, con quien compartió el acto de anuncios de obra. "Compartimos que el fallo de la Corte fue apresurado, pero Alberto no cree en los indultos", dijeron cerca del Presidente en relación a la decisión de la Corte de declarar "inadmisible" los planteos de la defensa de Boudou en el caso Ciccone y la continuidad del juicio en su contra, por el que ya estuvo detenido. "Nadie de nuestro espacio pide una Navidad sin presos políticos, tampoco lo piden Máximo (Kirchner), ni Wado ni (Andrés) Larroque", se atajaron desde la Casa Rosada para justificar que Fernández no tocara el tema hasta el momento.

"Estamos trabajando para reconstruir un país que otros destruyeron", expresó el Presidente durante el acto que marcó su reaparición pública. Ya había intercambiado elogios con distintos gobernadores, en especial con el cordobés Juan Schiaretti, con quien sostiene una relación oscilante que parece haber mejorado en las últimas semanas, con la adhesión de Córdoba al Consenso Fiscal y el voto de sus diputados en favor del recorte a la administración porteña de Horacio Rodríguez Larreta.