En tensión con Villarruel, la relación de Milei con el Senado será a través de Patricia Bullrich
La exministra de Seguridad será la encargada del vínculo entre el Gobierno y el Senado, empoderada por el Presidente y su hermana
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El escándalo de los palcos en el Senado fue una imagen que dejó en claro que la relación entre el Gobierno y la vicepresidenta Victoria Villarruel no va a recomponerse. Cuando faltan pocos días para el inicio de las sesiones extraordinarias, se suma para este segundo tramo de gestión libertaria un aditivo: el desembarco de la exministra de Seguridad Patricia Bullrich a la jefatura de bloque oficialista en la Cámara alta y a la coordinación estratégica del espacio en ese terreno.
El período de republicanismo y apertura que mostró Milei en esta nueva etapa de su administración no llegó a la vice ni llegará. Por los pasillos de la Casa Rosada, altas fuentes del Poder Ejecutivo aseguran que el vínculo del Presidente con su excompañera de fórmula es irrecuperable. Así lo entienden también otros actores del Poder Legislativo que tienen ida y vuelta con Milei.
Los más arriesgados hasta aseguran que el mandatario tiene “confirmado” −lo dicen con esas palabras− que su vice intentó quedarse con el poder, una traición que Villarruel niega desde siempre. Hay incluso teorías que ostenta vínculos con el kirchnerismo. Al último comentario de ese tipo que le hicieron en sus redes sociales −“no veo la hora de que ya te vayas con los peronchos”−, Villarruel respondió con una chicana: “¿Lo decís por [el secretario de Turismo y Ambiente, Daniel] Scioli? ¿O por [el armador Sebastián] Pareja? Porque no tengo trato con ellos“.

Además, aseguran en el Gobierno que de ahora en adelante todos los puentes con el Senado se trazarán a través de Bullrich, quien logró una aceitada relación con el Presidente y recibió la tan importante bendición de la secretaria general, Karina Milei, cuando fueron junto al jefe de Gabinete, Manuel Adorni, a presenciar su jura. El Congreso será un lugar clave para que la Casa Rosada obtenga las reformas que impulsa para este segundo tramo, que tiene comprometidas con Estados Unidos.
Cuentan los que la tratan que, más allá de que se habló de un encuentro “positivo”, a Bullrich no le cayó bien de entrada la imparcialidad que quiso mostrarle Villarruel cuando las dos tuvieron aquella primera reunión tras las elecciones, de la que no hubo foto. Los reparos que puso la vicepresidenta respecto a su fiel defensa del reglamento no contentaron a una ministra que hizo de sus pasiones una forma política. El vínculo ya estaba mal arrancado, debido a que Bullrich se quedó con un área que, en la campaña, Milei aseguró que controlaría su número dos.
En esa jornada, Villarruel dijo a LA NACION que su idea hacia adelante era tener una “relación cooperativa” y acotó: “Tal como lo hice siempre”.

Todo lo que ocurrió en la sesión preparatoria dejó a Bullrich con un sabor más amargo del que tenía. Notó que debe prepararse para una relación difícil. Los que hablaron con la ministra saliente dicen que sintió que Villarruel le quiso marcar la cancha, sobre todo cuando no le abrió el micrófono. Creyó Bullrich que eso mostró una línea de conducta que la vice mantendrá de acá en adelante y además consideró que el trato con los libertarios fue injusto en comparación con otros bloques.
Eso sin contar las valoraciones que hizo tras las fricciones que hubo entre el subjefe de la Policía Federal Argentina (PFA) −que fue convocado por la entonces ministra al Congreso− con personal de seguridad de la Cámara alta el día de la preparatoria, por los reparos al ingreso de Karina Milei y la comitiva que venía con ella. En la Casa Rosada le echaron la culpa de todo a Villarruel. En oficinas de alto poder hubo mensajes cruzados con los funcionarios que estaban en el Senado y risas cuando, por fin, los delegados del Presidente pudieron ingresar y ubicarse en un palco para presenciar las juras, en medio de esa movida poco ingenua que montaron.

Fuentes de la Casa Rosada se quejan, además, de que supuestamente cualquier contacto con Villarruel se debe establecer a través de su secretaria. “Quiere mostrar el control y para eso se va a apoyar más en gobernadores y en el PJ que en los legisladores de LLA”, opinan en un despacho de Balcarce 50.
En tanto, aliados del Gobierno en el Senado cuentan que la vicepresidenta tuvo un período de aislamiento total y que, ahora, con las alertas encendidas ante la posibilidad de que Bullrich venga a comerle terreno, volvió a mostrarse amigable. “Está muy simpática y abierta otra vez”, comentó una voz de ese espacio, que agregó que la vice intenta mostrarse “bien con todos”. Opinan varios que su decisión de entregar un bono de fin de año de $500.000 a los trabajadores del Senado tuvo que ver con eso.

En los despachos del kirchnerismo ese día de la sesión preparatoria celebraron que Villarruel no le abriera el micrófono a la exministra de Seguridad. La oposición descuenta que desde ahora intentará hacer su propia construcción política, un fantasma que desde siempre giró en el mundillo libertario. Sumó a esta cuestión que, desde hace poco, la titular del Senado le pone “me gusta" a los comentarios que la arengan con la posibilidad de que sea presidenta en 2027.
Villarruel está fuera de LLA hace rato. Cerca suyo se cansaron de repetir que la dejaron de lado, que nunca la incluyeron en la construcción partidaria que lidera Karina Milei y que en las listas tuvo nula injerencia. Dato de color: su primer vocero pasó a ser jefe de prensa de Pareja, diputado nacional entrante y armador de la hermana presidencial.
En estos últimos días, fue sugestivo el acto por la pandemia de Covid-19 (“A cinco años de la pandemia, algunas reflexiones que nos debemos”) que la titular del Senado compartió con personajes que fueron mileístas, pero que hoy están en las antípodas del Presidente y que se consideran militantes de la “verdadera derecha”. Dentro del grupo se mostraron Emanuel Danann, su novia Elizabeth Torres y Eduardo “El Presto” Prestofelippo.

Con una agenda completamente distanciada de la del Gobierno, Villarruel estuvo el fin de semana en España, invitada a la reunión preparatoria del XII Foro Parlamentario iberoamericano. Allá exaltó los valores del nacionalismo, el catolicismo y la familia.
Desde el exterior, y como es usual, respondió comentarios en Instagram. A un usuario que le reclamó que “encuentre la forma de estar donde debe estar, acompañando al Presidente”, Villarruel le dijo: “Cuando el Presidente me llamé, estaré. Mientras tanto trabajo como corresponde en mi función constitucional”.
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