PASO: crece el malestar de los gobernadores por las promesas incumplidas de Alberto Fernández
CÓRDOBA.– El presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, les prometió que en las sesiones extraordinarias de enero se tratará el proyecto impulsado por los gobernadores para suspender por única vez las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO). Sin embargo, los mandatarios desconfían. Para que ingrese a la agenda de extraordinarias, el proyecto tiene que ser incluido por el Poder Ejecutivo. Y allí vuelven a surgir las dudas: es creciente el malestar de los mandatarios y no solo por este tema. Se vienen acumulando diferentes puntos.
Fuentes de distintos distritos consultadas por LA NACION coincidieron en que el impulso inicial para suspender las PASO "se perdió" y que el futuro de la iniciativa es "incierto". El avance con el proyecto –después de que el sanjuanino Sergio Uñac lo planteara en las redes sociales– fue "coordinado" y "consensuado" con la Casa Rosada, apuntan. El presidente Alberto Fernández dijo que sometería la decisión al Congreso. Desde las provincias insisten en que la decisión se "motorizó" con su visto bueno.
"No está definido, todavía hay tiempo para que se trate", dijo a este diario un ministro del norte del país. De todos modos, reconoció que los dirigentes ligados a La Cámpora, encabezados por Máximo Kirchner, quieren las PASO. "Es una forma de condicionar a intendentes del conurbano, aunque no necesariamente para oxigenar la política", apunta.
Si el proyecto finalmente no prospera, los gobernadores peronistas –a los que esta vez se sumaron los radicales de Jujuy, Gerardo Morales, y Corrientes, Gustavo Valdés– sumarían un fracaso más en su relación con el Presidente. Aunque Fernández prometió que gestionaría con ellos, hasta ahora su incidencia en las decisiones claves no siempre se percibe, postulan.
"El Presidente pidió que lográramos un respaldo mayoritario, pero será imposible si él no hace su parte", menciona un legislador que participó de las negociaciones para la redacción del proyecto. "La Cámpora debe tener, a esta altura, alguna explicación más que nosotros", se despacha un diputado cuyano.
"Todo fue coordinado y motorizado con el Presidente y algunos de sus ministros –describe una fuente–. A los legisladores del interior nos preocupa mucho que con el paso de los días el tema haya ido perdiendo espacio. No se puede dejar pagando a los gobernadores, incluso a los de la oposición que se sumaron. Va a traer mucho ruido si no se logra un acuerdo".
Una seguidilla de "decepciones"
Desde los círculos de los mandatarios con vínculo menos cercanos con la Rosada, señalan que para el tucumano Juan Manzur, si no hay avances con el proyecto sería el segundo "golpe". El primero fue cuando se daba por hecho que un hombre suyo ocuparía el Ministerio de Salud y quedó relegado: el diputado Pablo Yedlin, presidente de la Comisión de Salud y quien presentó el proyecto de ley para suspender las PASO.
La conformación del gabinete no solo no sumó al hombre de Manzur: los gobernadores no tuvieron incidencia en la elección de los funcionarios que acompañan a Fernández. Sí la tuvieron Cristina Kirchner, La Cámpora y Massa.
Para elegir al sucesor del histórico Juan José Ciácera después de su muerte en el Consejo Federal de Inversiones (CFI), el debate entre los gobernadores fue nulo. Por un lado, porque hay varios que entienden que no tiene lógica seguir manteniendo ese organismo con fondos de la coparticipación, ya que sus funciones se pueden cumplir igual con otros recursos y, por el otro, porque la propuesta del ministro del Interior, Eduardo "Wado" De Pedro, vino casi cerrada: Ignacio Lamothe. Un hombre formado con Juan Carlos Massón e interlocutor, en su momento, de Néstor Kirchner y después de Cristina.
Hace unas semanas los gobernadores del norte armaron una liga con la que buscan presionar a Fernández –los votos de sus legisladores cuentan en proyectos claves– para conseguir más asistencia económica (la apuesta de máxima es reeditar la promoción industrial) y más juego político. El punto de comparación es Buenos Aires que, entienden, recibe más atención que sus jurisdicciones, que aportaron votos claves para la elección del Presidente. El grupo está liderado por el chaqueño Jorge Capitanich y también participan Morales y Valdés.
El bonaerense Axel Kicillof es, por lejos, el gobernador más favorecido por el reparto de los fondos por fuera de la coparticipación. En promedio, de ese segmento, le correspondieron a Buenos Aires casi 6,5 pesos de cada diez pesos que se repartieron. También la primera parte de lo que se le quitó a Ciudad de Buenos Aires (CABA) fue para ese distrito y no directo a la caja de Nación.
Oscar Herrera Ahuad, gobernador misionero, fue otro que sumó una "desilusión". El anhelo de concretar una zona franca –alimentado en las visitas de Massa y de Fernández– terminó vetado por el Presidente en el presupuesto. Como mínimo, provocó desconcierto.
Los mandatarios de la región centro –menos dependientes de los giros nacionales– esperaban, al inicio del mandato, que el Presidente se recostara más sobre ellos para que actuaran como contrapeso del kirchnerismo duro. "Nunca pasó y eso le genera una debilidad estructural más allá de cómo se quiera presentar. Se hablan determinados temas, se avanza en un consenso y a los días no queda nada", grafica un diputado de una de las provincias del centro.
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