Pese al relevo de Máximo Kirchner, unos 30 diputados del FDT resisten el acuerdo con el FMI
Son legisladores que integran La Cámpora y otros espacios aliados que critican el entendimiento que firmó Guzmán; sin embargo, en el oficialismo afirman que no habrá fractura del bloque
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Unos 30 diputados del Frente de Todos estarían dispuestos a resistir el entendimiento con el Fondo Monetario Internacional (FMI) en línea con la postura de Máximo Kirchner, quien ayer fue relevado por el santafesino Germán Martínez tras su dimisión a la jefatura del bloque oficialista. El posicionamiento del núcleo duro que cuestiona al ministro de Economía, Martín Guzmán, se convertiría en un escollo para que Alberto Fernández consolide el acuerdo con el organismo, aunque por el momento se impone la presión interna antes que la fractura de la coalición de gobierno en el Congreso.
Así lo pudo saber LA NACION en consulta con diversos legisladores del Frente de Todos y funcionarios del Poder Ejecutivo que quedaron en vilo tras el portazo de Máximo Kirchner. “Si esperan una fractura, ni lo sueñen. Estamos lejos de eso”, advirtieron en el entorno del jefe de La Cámpora. Pese a que la gravedad de la disputa en torno al acuerdo con el FMI quedó expuesta, en la coalición oficialista buscaron desalentar la idea de que el país se encuentra a las puertas de una crisis de gobernabilidad.
En esa línea se ubicó el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, quien intentó acercar posiciones para que prime, dentro del Frente de Todos, una postura favorable al acuerdo con el FMI. No obstante, aún renunciado Máximo Kirchner cuenta con el apoyo de 16 diputados camporistas y otros tantos de espacios aliados, como el Frente Patria Grande, que se referencia en Juan Grabois, y la Corriente Clasista Combativa (CCC), que por su origen maoísta rechaza naturalmente cualquier pacto con el Fondo.
Aunque antes del rechazo liso y llano, esos diputados buscarán influir en la redacción del memorando de entendimiento con el FMI, que sigue negociando Guzmán en medio del vendaval político desatado en el oficialismo. En diálogo con este medio, el neokirchnerista Leopoldo Moreau dijo que buscarán introducir modificaciones para aliviar el impacto de lo que, a su entender, puede provocar lo firmado por el Gobierno.
El tenor de las críticas que Moreau dedicó a Guzmán fue elevado. “Es su responsabilidad, porque vino liquidando las divisas desde el inicio de su gestión innecesariamente en una negociación con el Fondo cuando todavía no había acuerdo”, remarcó el exalfonsinista, reconocido en el Congreso por mantener una sintonía fina con la vicepresidenta Cristina Kirchner.
Moreau, cuya hija Cecilia renunció anoche a la vicepresidencia del bloque de diputados, tuvo que comunicarse con Massa para aclararle que no había sugerido un boicot al acuerdo con el FMI, sino una negociación previa a la firma del memorando definitivo. “Por encima de nuestras diferencias, lo que tenemos que pensar es que está el país en juego”, dijo el presidente de la Cámara baja tras una extensa reunión que mantuvo con Fernández en Olivos. Luego, al caer la tarde, lo volvió a ver junto al santafesino Martínez en la Casa Rosada.
“No creo que esté en peligro el acuerdo”, dijo Martínez tras su designación. La falta de volumen político del bloque del Frente de Todos fue ayer uno de los inconvenientes que se le presentó a Fernández y a Massa para elegir al sucesor de Máximo Kirchner. “Es algo que le pasa a los oficialismos, porque tienen que poner mucha gente en el gobierno. En cambio, el bloque opositor es fuerte porque ya no gobiernan la Nación ni la provincia de Buenos Aires”, describió un funcionario que fatiga la Avenida de Mayo entre la Casa Rosada y también del Congreso.
Inquietud en el Senado
Aunque lejos de las tensiones que imperan en la Cámara vecina, el oficialismo en el Senado vive horas de incertidumbre entre el silencio de Cristina Kirchner y las dudas sobre cuál será el impacto que tendrá en la bancada que preside el formoseño José Mayans el portazo de Máximo Kirchner. Si bien los mensajes que emanaban ayer desde los despachos alineados en La Cámpora eran de unidad, lo cierto es que las críticas al entendimiento con el FMI generaron dudas sobre si el Frente de Todos podrá reunir los votos para aprobar el acuerdo cuando llegue al Senado.
Es que son muchos los que creen o sospechan que la jugada del líder de La Cámpora contó con el aval de su madre. En ese sentido, un senador patagónico consideró como un “escenario de fantasía” imaginar siquiera la convocatoria para discutir en comisiones el acuerdo sin el visto bueno de la vicepresidenta.
La decisión de Máximo Kirchner no hizo más que soliviantar a los sectores más radicalizados del bloque del Senado (Instituto Patria y cristinistas puros), que venían quejándose en conversaciones privadas contra la negociación con el FMI. Esta situación provoca malestar en la bancada oficialista ante la posibilidad de tener que votar dividida un tema tan sensible. “¿Por qué yo tengo que levantar la mano y sacrificarme para apoyar al Gobierno mientras estos muchachos se hacen los diferentes?”, fue la pregunta retórica que se hizo un legislador de vasta experiencia.
La misma hipótesis se aplica para la bancada de Juntos por el Cambio. Ya la planteó el líder del interbloque, Alfredo Cornejo (UCR-Mendoza), cuando reclamó conocer la postura de Cristina Kirchner antes de comprometer el apoyo del conglomerado opositor al acuerdo con el FMI. Pasado el mediodía habrá una reunión de la mesa nacional de JxC, a través de un zoom, para empezar a sentar una postura común tras el portazo de Máximo Kirchner y la necesidad del Gobierno de avanzar igualmente con el entendimiento que firmó el ministro Guzmán.
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