Sigue la toma en la casa de gobierno fueguina
Desde hace cuatro días, los docentes exigen un aumento salarial; tienen el apoyo de Camioneros
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El reclamo de aumento de salarios motorizado por los docentes en distintas partes del país tomó en Tierra del Fuego un cariz inesperado y violento. Desde hace cuatro días, los docentes fueguinos agrupados en el Sindicato Único de Trabajadores de Educación Fueguino (Sutef) mantienen tomada la casa de gobierno provincial, en reclamo de un 50% de aumento en sus sueldos, con apoyo del gremio de Camioneros.
La gobernadora Fabiana Ríos, que ofreció hasta el momento un 33,6 por ciento de aumento, dejó en claro ayer que no dialogará con los gremios docentes hasta que no desalojen el edificio gubernamental.
"La única condición que puso el gobierno para dialogar fue el desalojo de la casa de Gobierno", afirmó Ríos, en declaraciones a distintas emisoras radiales durante la jornada. Cerca de la mandataria, que llegó al poder en 2007 en las listas de ARI y obtuvo su reelección en 2011, se mostraron preocupados por el desarrollo del conflicto. "Esto es una especie de golpe institucional, con gente que no quiere negociar", afirmó a LA NACION un estrecho colaborador de la mandataria provincial.
Ríos, que conversó anteayer con el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, recibió ayer el respaldo del ministro de Educación, Alberto Sileoni, quien calificó de "sensata" la oferta de Ríos. Desde el gobierno fueguino, y por lo bajo, también hacían una autocrítica: la posición equidistante de Ríos con respecto al gobierno nacional y la oposición los dejó "sin red de contención" frente a conflictos gremiales y sociales como los que se viven en estos días. Después de varios días de silencio, la asociación de terminales de electrónica emitió su respaldo al gobierno.
"Tampoco los medios de la provincia nos perdonan que les hayamos sacado la pauta a todos", se quejaron desde la gobernación.
Los docentes, en tanto, afirmaron que su reclamo "es total y absolutamente salarial" y que "no se quiere vulnerar la institucionalidad" como aduce el gobierno fueguino. Se quejaron del dinero "que se va en dietas de funcionarios y legisladores", y reiteraron el pedido de aumento, que llevaría a $ 6832 el salario mínimo docente en la provincia más austral del país.
Los docentes negaron, además, toda conexión con el intendente de Ushuaia, Federico Sciurano, a quien Ríos ve como el hombre detrás del reclamo, que el jueves incluyó rotura de vidrios de la gobernación y varios policías heridos.







