Un dique de contención a la aventura autoritaria

Nuestro máximo tribunal ha declarado la inconstitucionalidad de los aspectos sustanciales de la reforma del Consejo de la Magistratura por medio de una sentencia que constituye una clase magistral sobre el funcionamiento de una república democrática. Así, con notable claridad, recorre los aspectos más destacados que jalonan la construcción de un Estado de Derecho de resultas de las enseñanzas del constitucionalismo.

Gobierno limitado, separación de poderes, garantías de los gobernados, papel de la Justicia son entre otras las cuestiones que expone la Corte Suprema para desembocar en la decisión que anula los artículos medulares que regulan la composición, el quórum, el régimen de mayorías, la integración de las comisiones y por último declarar la nulidad del decreto que convoca a elecciones para la designación de consejeros. La situación se retrotrae y, entonces, vuelven a regir las disposiciones preexistentes, correspondientes a las cuestiones cuya nueva modalidad se declara inconstitucional. La decisión deja expresamente a salvo la elección de senadores y de diputados nacionales.

En suma, la Corte ha demostrado estar a la altura de las circunstancias, al impedir que se pusiera en marcha una reforma que llevaba irremediablemente a la destrucción del sistema democrático. Ello, en tanto, ponía a la Justicia en manos del oficialismo de turno y pulverizaba los controles entre los órganos de gobierno que hacen a la esencia del principio de separación de poderes. He acá el valor del control de constitucionalidad como instrumento excepcional, pero firme dique de contención contra toda aventura autoritaria susceptible de reformar la Constitución de manera irregular, en contra de nuestro régimen democrático de gobierno.