En la pista suenan desde Los Enanitos Verdes y Los Piojos, a los hits del Eurodance que dominaron la década, además de pop como Ace of Base, ritmos latinos como Shakira o Chayanne y la cumbia de Grupo Sombras o Gilda
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Quienes desean volver, aunque sea por unas horas, a la década que definió su adolescencia ya tienen un espacio donde reconectar con las ganas de divertirse. La movida nocturna porteña sumó en los últimos años una propuesta que creció sin hacer ruido y hoy llena salas y boliches de un público que ronda los 35, pero convoca a todas las edades. Es que la invitación es a divertirse como antes aunque ya no seamos los mismos, y también, un poco, a darnos el gusto de evangelizar —por qué no— a las nuevas generaciones criadas a fuerza de reggaeton, perreo y autotune.

“Música era la de antes”, “Lo viejo funciona” y otra frases por el estilo que a veces se piensan, pero no se dicen en voz alta, en esta movida están permitidas. Se trata de las Fiestas Forever 90s, que empiezan a medianoche y terminan al amanecer. Son itinerantes, es decir que van rotando de ubicación por distintos espacios de la ciudad y sus convocatorias se anuncian por las redes sociales.
En la pista suenan desde Los Enanitos Verdes y Los Piojos, a los hits del Eurodance que dominaron la década, además de pop como Ace of Base, ritmos latinos como Shakira o Chayanne y la cumbia de Grupo Sombras o Gilda. Este abanico funciona como puerta de entrada a un clima que la creadora, Sabrina Di Claudio, define como “una experiencia noventosa en todos los frentes”.
Entre amigos y recuerdos
Di Claudio, licenciada en Ciencias de la Comunicación, es la fundadora, productora y host de la fiesta. Tiene una historia marcada por la radio, la música y el impulso por recuperar la vitalidad de aquellos años.

El equipo organizador es un grupo de amigos que se conocen desde hace más de una década y a pulmón fueron dando vida a un proyecto que se convirtió en una cita mensual para quienes quieren una noche distinta, guiada por canciones, espectáculos en vivo, videos y un ambiente que recicla lo mejor de aquellas noches.
A ella se suman DJs, ambientadores, VJs, fotógrafos, productores de video y un grupo de bailarinas y cosplayers que completan un equipo de unas 15 personas. Según explica, el lazo principal que los une es la relación que construyeron a lo largo del tiempo: “Además de ser equipo, somos amigos. Y amigos que aman los 90. La gran mayoría nos conocemos hace por lo menos diez años, cuando empezamos a crecer en la producción de eventos”.
Cada integrante de la producción aporta una mirada distinta y, con las ediciones, se fueron sumando profesionales que se integraron rápido al proyecto: “Son personas que se ponen la camiseta. La energía que traen se nota en cada edición”, dice Sabrina.
Una historia singular en una década icónica
La historia del evento está directamente vinculada a la infancia de su fundadora. Sabrina formó parte del staff de Radio Panda, la primera emisora de América Latina para chicos conducida por chicos. Pasó allí de los 9 a los 17 años, una etapa decisiva: “Viví la música y la cultura de los 90 muy intensamente. Quedaron marcados como parte de una infancia feliz”.
En la adultez buscó regresar a ese universo desde la producción. Tras una primera experiencia con fiestas temáticas entre 2015 y 2020 y un período difícil durante la pandemia, encontró un refugio creativo en su cuenta de Instagram dedicada a aquellos años. Desde allí se formó una comunidad de más de 600.000 seguidores. En 2024 decidió volver al ruedo: “Quería volver a producir. Me comuniqué con amigos con quienes había trabajado y les conté lo que tenía en mente. Así surgió la Fiesta Forever 90s”.
La primera edición en el Centro Cultural Matienzo agotó entradas y marcó un punto de partida: “Confirmamos que la gente necesitaba tanto como nosotros ese espacio de alegría. Todas las ediciones fueron sold out”. En su última sedes, Vorterix, ya llevan más de seis funciones agotadas entre abril y diciembre.
Un tema distinto en cada ocasión
Cada edición tiene una temática distinta —Primavera, Halloween, Egresados, Y2K— y eso se refleja en el vestuario, las visuales y la escenografía. El trabajo arranca más de un mes antes. “Las ideas generales las planteo yo y las desarrollamos con cada área. Buscamos que el público viva una experiencia inmersiva desde que entra al venue”, explica Sabrina.
La fiesta incluye música en vivo a cargo de los DJs residentes, momentos coreográficos, un segmento de karaoke y dinámicas que remiten a programas de televisión o rituales de aquellos años. En la edición de noviembre recrearon una entrada de egresados con bandera, bombistas y juegos inspirados en Feliz Domingo: “Queríamos que sintieran que todos éramos un gran grupo de amigos que se egresaba”.
El público, que va de los 30 a los 55 años, se acerca con ganas de reencontrarse con una parte de su historia. También llegan personas más jóvenes que conocen los hits por familia o por redes: “Antes que nada, queremos que entren a los 90 con la energía a full y que están entre amigos”.
La vuelta a los boliches después de los 35 y la búsqueda de una comunidad
El clima emocional es un componente clave. En cada edición se repiten escenas de alegría, euforia y también lágrimas. “Muchos nos dicen que no salían a bailar hacía un montón de años y que vuelven con la Forever 90s”, señala Sabrina.

La propuesta tienta a gente de todas las edades, si bien fue concebida para un segmento que va desde los 35 a los 55 años, que son quienes vivenciaron efectivamente la década, el espíritu de celebración también empezó a atraer a gente un poco más joven, que está muy conectada con la época por su música o su familia. Algunos asistentes llegan incluso con sus hijos, que ya pasaron los 25.
La fiesta creó una comunidad impensada: grupos de amigos que se organizan para ir todos juntos, personas que van de a una o de a dos y que vuelven con frecuencia, desconocidos que se terminan conociendo en los grupos de WhatsApp que algunos arman para no ir solos.

En Vorterix, donde se realizan las fiestas, se ambienta el local generando un universo propio para que la experiencia sea real e inmersiva: los aspectos visuales, las propuestas de dress-code, la escenografía y por supuesto, la música.
También participaron en las Fiestas Forever 90s algunos de grandes íconos musicales argentinos de los 90s, como Machito Ponce, Los Chakales y Roberto Edgar del grupo Volcán.
La edición que se hizo en noviembre y estuvo inspirada en los Egresados de los 90, revivió la mística de aquellos finales felices y un tanto más naives que los de ahora. Desde el momento de entrar al boliche, el público firmaba una bandera con sus nombres como si fueran compañeros de la misma escuela y la misma división que egresaban del secundario. Después se organizó una entrada a los saltos, cantitos y bailes al ritmo de “El Murguero”, canción de Los Auténticos Decadentes. “Queríamos que fuéramos todos un gran grupo de amigos que se egresaba”, cuenta.
¿Qué diferencia tiene este evento de una salida nocturna tradicional en un boliche o de una fiesta privada? Sabrina responde: “Desde que el público llega lo recibimos como en un verdadero viaje en el tiempo con amigos: queremos que todos se sientan parte de la experiencia y disfruten de una noche diferente donde puedan revivir lo que quizás tenían un poco olvidado. Ellos son el foco. Disfrutamos verlos cantar y bailar como lo hacían en los años noventa. Nosotros también estamos en ese mood durante toda la noche, desde el escenario y desde abajo también. Es el momento de dejar del otro lado de la puerta la vida adulta, con sus cuestiones estresantes, para volver a la esencia y recargar energías“.










