Una propiedad derruida en Belgrano R fue el primero de los hallazgos de Elisa, una buscadora ingeniosa y creativa, que comandó esta reforma a pulmón.
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“Cuando era chiquita, iba con mi mamá al puesto de diarios a comprar Living. Se ponía a trabajar y yo leía. Mi gusto se formó así, con ella y su colección de revistas”. Elisa evoca imágenes para hablar de su hogar: un bosque en la cocina, un recital de rock en un calcáreo, Río de Janeiro y la casa chorizo donde nació... Todo está en este PH que vio en internet una madrugada, tras horas y meses de buscar. Las fotos de la publicación mostraban tanto deterioro que casi se arrepiente de ir a verlo. Fernando, su pareja, la convenció de concretar la visita y, efectivamente, encontraron una propiedad en ruinas.

Una reforma artesanal
Había potencial, pero sacarlo a la luz no sería tarea fácil porque el presupuesto era poco para el volumen de la reforma que tenían por delante. Pusieron manos a la obra y encararon juntos 15 meses de buscar, lijar, limpiar, buscar más, pelear precios, comprar remanentes, aprovechar lo que había, confiar y ser muy creativos. “En marzo, cuando terminamos la obra, mi mamá falleció, así que salir en Living me da mucha alegría, porque esto lo hice con todo lo que me enseñó ella”, explica Elisa con una sonrisa llena de esa ternura que le imprimió a cada rincón de su casa.
Con el miedo a cansarse soy al revés: a mí me aburren el ocre y el caqui; prefiero los colores gráficos y los estampados alegres. Eso sí: las paredes, blancas. Siempre busco la compensación porque también quiero que mi lugar me relaje”
— Elisa, DJ y dueña de casa

Los vidrios del ventanal del comedor tienen un esmerilado que no se fabrica más. Elisa fue recuperando piezas de las aberturas que sacaron en obra para reemplazar los faltantes.

Aprender haciendo
Los muebles de cocina llegaron temprano y necesitaron retoques por el trajín de la obra. El consejo: encargarlos cuando termina la parte gruesa de la reforma para proteger uno de sus elementos más caros.
El mármol fue el único desacuerdo que tuvimos con Fer. Mi visión era una cocina-bosque y me la jugué con una alzada muy alta. Por suerte salió bien: los primeros meses desayunábamos mirando el dibujo de la piedra”
— Elisa, DJ y dueña de casa

Desde el principio
El uso de mosaicos calcáreos se planteó desde el principio para darle protagonismo al patio. Revestida con un patrón marroquí, la pileta está acompañada por un largo cantero que completa el conjunto que da vista a la planta baja.
Espacio con música

Qué se hizo: plano detallado
- Se abrió una puerta que conecta el patio de ingreso con el dormitorio. Ahí, como en el estudio contiguo, se recuperó el piso de pino tea.
- El baño, remodelado por completo, suprimió una división y una de las dos entradas originales.
- Se demolieron tabiques en living, comedor y cocina para unificar con un piso de cemento alisado.
- Nueva, la cocina luce la bovedilla original y se abre al patio por una abertura recuperada en obra.
- El actual living cambió un techo de chapa por viguetas de cemento y sumó el ventanal que integra el exterior.
- Sin la cubierta rebatible que tenía, el patio se renovó con calcáreos, pileta y cantero.
- En la parte de arriba, que no era transitable, hoy hay una terraza y un quincho con baño y lavadero.
Aunque no lo parece, fue una reforma de bajo presupuesto hecha con remanentes y materiales de demolición, poniendo en valor cada elemento con paciencia artesana y, sobre todo, mucho ingenio.

Buenos reflejos
Sin expectativas y casi sin referencias: así se encaró el armado de los ambientes. En cada caso, la guía fue elegir “una vedette”, como el tapiz del cuarto principal o el calcáreo en el piso del baño, que hace soñar con las veredas de Copacabana.

Grande y con un aire art déco, el espejo del baño le sube el voltaje a un entorno sobrio, con vanitory y accesorios simples.
El departamentito de arriba
La terraza era un espacio intransitable que se acondicionó para generar un quincho cerrado que complementa el uso del exterior. Los dueños también lo pensaron como un departamentito independiente para recibir amigos y familiares que llegan de visita. Siempre aprovechando muebles y objetos existentes, este sector reúne piezas de impronta vintage .

El desafío de darle interés a la amplísima terraza se resolvió, una vez más, con creatividad. “Le hice un escenario”, dice Elisa sobre la galería elevada donde aplicó uno de sus hallazgos favoritos: un escueto remanente de calcáreos de inspiración rockera.
Al triunfo de conseguir las puertas de pino tea a precio de ganga, se suma uno más prodigioso: acondicionarlas para que se abran como acordeón para una conexión fluida con el exterior.
Creo que compré esta casa por los árboles. La primera vez que subí y vi las palmeras con el sol, me conquistó esa onda californiana en el medio de la ciudad. Las paredes se pueden tirar, pero esto no lo conseguís en cualquier lado”
— Elisa, DJ y dueña de casa

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