Juan Manuel Zorraquin es la cara visible de la rama de la familia Bemberg que administra la hostería a 45 minutos de las Cataratas del Iguazú.
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Cuando Juan Manuel Zorraquin volvió a Misiones, Puerto Bemberg llevaba veinte años abandonado y había sido saqueado. “Un ambay había crecido acá adentro y con sus ramas había roto el techo. Es que esto es selva… Y la selva crece”, señala el responsable de Posada Puerto Bemberg, el histórico hotel fundado por la familia que le da el nombre, una de las más influyentes y ricas de la Argentina. Habla en el living de la bellísima hostería de 14 habitaciones que se encuentra en el medio de la selva paranaense, a dos kilómetros y medio de Puerto Libertad y 45 minutos de las Cataratas de lguazú.
“Otto Bemberg llegó a nuestro país en 1890, cuando tenía 30 años”, adelanta sobre el inmigrante nacido en Alemania de ascendencia francesa que lo precede en su historia familiar. “Hay una cerveza que se llama así para homenajearlo”, agrega Juan Manuel sobre la bebida de Cervecería Quilmes, el primero y el más popular de los negocios que montó Bemberg en nuestro país. Entonces se sumerge en el relato que trajo empresario hasta la Mesopotamia.
“Por pedido del presidente Julio Argentino Roca, a principios del siglo pasado Otto se vino a La Candelaria, a 200 kilómetros de acá, para hacerse cargo de un ingenio azucarero. Luego se trasladó a esta zona para desarrollar un producto del que se hablaba mucho: la yerba mate, que se obtenía de un árbol endémico. Con ayuda del paisajista Carlos Thays, que lo vino a estudiar, y del ingeniero Pablo Allain, que lo desarrolló a gran escala, a Bemberg le fue muy bien en el negocio”, cuenta Zorraquin y agrega que el apellido le dio nombre al puerto y la localidad, en 1925. “Aquí no había caminos, ni Estado. Solo algunos poblados a la vera del río. La familia puso en valor ese cultivo que los guaraníes conocían desde hacía años y que los Jesuitas –antes de ser expulsados– habían adoptado. No por nada lo llamaban ‘oro verde’”, reflexiona. Detalla, además, que bautizaron Safac a la empresa que lo comercializaba.
Sobre la hostería, Zorraquin cuenta que Otto y Federico (nietos del primer Otto Bemberg) edificaron primero la casa y, en 1940, el hotel. Luego resume una historia de vaivenes económicos y políticos típicos de nuestro país. “El crecimiento del mate fue sostenido y constante hasta que en 1952 la familia sufrió una primera expropiación. Entonces, además, Puerto Bemberg pasó a llamarse Puerto Evita y, tras la Revolución Libertadora, Puerto Libertad, como hasta el día de hoy. Con el tiempo la empresa pasó a funcionar como una factoría y con una intervención del precio sobre la yerba mate, se fundió. En 1964 fue estatizada. Pero después de un juicio, tras doce años, logramos recuperar las tierras”, revela.
Pero hay más. “La historia de Posada Puerto Bemberg tiene un capítulo trágico”, anticipa Juan Manuel. “En 1980 un señor que había trabajado como director de Turismo de Corrientes ganó la concesión para administrar la hostería y las 50 hectáreas del predio. La pagó diez años por adelantado. Pero cuando estaba a punto de inaugurar, con todo hecho a nuevo, tuvo un accidente en la ruta y murió”, relata Zorraquin y agrega que, abandonada, la hostería se deterioró y sufrió saqueos porque, entre otras cosas, muchos de los acreedores del concesionario se llevaban muebles, bañaderas, puertas y ventanas.
En paralelo, Zorraquin cuenta que Safac –la empresa yerbatera del Grupo Bemberg– se liquidó, y que en 1995 lo que quedaba del predio pasó a manos de la Fundación Bemberg –que hacía acción social–, junto con las 400 hectáreas de lo que era el casco. Y que, en 2001, cuando el Grupo vendió la empresa Quilmes, la Fundación se quedó sin los activos de la cervecera, su principal financista. No les quedaba otra que vender la Posada… Sin embargo, la compra se resolvió dentro del grupo para que se la quede una rama de la familia que tiene a Juan Manuel como cara visible. “La compramos en 2003 y fue una tapera hasta 2006, cuando pudimos empezar la obra. Conservamos la fachada, pero agregamos un ala nueva, agrandamos el living comedor, hicimos habitaciones más grandes –hoy hay cinco donde había 12– y construimos la recepción”, apunta Zorraquin.
Con 43 años, Juan Manuel detalla por dónde viene su parentesco con Otto Bemberg. Cuenta que perdió a su mamá cuando era chico, y que su papá, Juan Manuel Zorraquin, ya viudo, se casó con Alix de Ganay, que es tataranieta de Otto Bemberg. “Otto tuvo a Otto Sebastián, papa de Rosita, que se casó con un señor de apellido de Ganay y tuvo a André, papá de Alix”, explica Juan Manuel, que creció en una familia ensamblada con los hijos de la esposa de su papá. Agrega que Alix fue quien le inculcó el amor por Misiones y que en la adolescencia solían pasar Semana Santa en los campos de la zona. “Íbamos hasta el arroyo Guatambú, al salto Yasí… Ando a caballo desde que tengo uso de razón y siempre me gustó el proteccionismo”, apunta Juan Manuel, que si bien hoy trabaja como hotelero y se dedica al conservacionismo, cuando terminó el colegio estudio Derecho.
“Me mudé a Puerto Bemberg en 2008, para poner en marcha el hotel. Dejé el estudio donde trabajaba y nos vinimos con mi ex mujer”, relata Zorraquin que tiene dos hijos, Timoteo, de diez años, fruto de su primer matrimonio, y Chloe, de 7 meses, de su actual pareja, Johana. “Este lugar te enamora de a poco. Tenés que darle tiempo. Lo cierto es que a mi siempre me gustó la naturaleza. Tal vez por eso me especialicé en Recursos Naturales y me vinculé a asociaciones como la Fundación Vida Silvestre y Aves Argentinas”, cuenta Juan Manuel, que tiene el hotel certificado como sustentable, y que impulsa un programa de reforestación en los terrenos de Puerto Bemberg.
Datos útiles:
Posada Puerto Bemberg. Fundadores Bemberg s/n, Puerto Libertad. T: (3757) 49-6500. Ofrece alojamiento y desayuno, con la opción de quedarse a comer en el restaurant comandado por el joven y talentoso Jonatan Benítez. Tiene 14 habitaciones en dos alas comunicadas, y una magnífica Casa Bemberg que se puede alquilar completa, para alojar a 10 personas en cinco habitaciones. Las instalaciones están decoradas por Eduardo Hoffman con, por ejemplo, respaldos de cama de materiales reciclados, como maderas de La Boca. Desde $8.800 la doble con desayuno.
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