Con solo 24 años, combina su puesto en J.P. Morgan con su gran pasión: hacer bailar a cientos de personas en la icónica disco de la Costanera
7 minutos de lectura'

“Las dos cosas me están exigiendo mucho; quizás sea el momento de elegir un camino”, plantea Matías Galli a sus 24 años, aunque en el fondo parece decidido a tirar de la cuerda lo más que pueda. De un lado de la balanza, tiene un trabajo seguro en J.P. Morgan, en el área de Tesorería del banco; del otro, su gran pasión: es DJ de alma desde el día en que le regalaron una consola a los 12 años y actualmente comanda la cabina de Tequila -los jueves y sábados-, el icónico boliche de Costanera. ¿Banquero o DJ? Suena a dilema existencial, versión centennial y con final abierto.
El padre de Matías tenía un negocio de aparatos electrónicos y ahí mismo -en el showroom- estaba la consola marca Pioneer Ddj Wego, lista para ser adorada.
Ese aparato fue el regalo de cumpleaños número 12, pero durante un tiempo no sirvió de mucho porque Matías no sabía descargar música ni bajar los programas elementales; además, pasaba 40 minutos cada vez que trataba de conectar el dispositivo a su computadora. Fueron dos años de experimentar, pero la consola seguía siendo un misterio.
Por suerte, en todas las familias siempre hay pariente que se da maña. “En este caso fue un primo de mi viejo que trabajaba en Oracle”, cuenta Matías. “La tenía muy clara para conectar la consola a la compu, fue como un profesor para mí”.
Así, Matías volvía del colegio y pasaba horas probando, viendo tutoriales de YouTube, buscando la forma de bajar temas en plataformas. Nunca hizo un curso ni tomó clases (solo un DJ amigo de sus padres le dio un par de tips).
Bastante antes de terminar el secundario apareció la oportunidad de salir a la cancha: la hermana de un amigo organizaba una fiesta para recaudar fondos para su viaje de egresados. Fue el estreno oficial de la consola. “Pasamos un house en el estilo de las fiestas Ultra y Tomorrowland, con mucho sinte, para que la gente bailara. En esa fiesta sonó “Animals” de Martín Garrix y “Tremor”, de Dimitri Vegas, pero también Nene Malo y El Polaco”, se acuerda.
Hacerse un nombre
“No tengo lo que se dice un ‘gran pasado musical’ ni una herencia de músicos en la familia. Solo sabía que me gustaba lo que hacía bailar a la gente y por eso buscaba todo el tiempo conocer nuevos artistas y escuchar sus álbumes”, explica. Después de esa primera fiesta -Matías tenía 15 años- vinieron muchas más en colegios, galas y eventos para recaudar fondos de giras de rugby y viajes de estudios.
-¿Pensaste entonces dedicarte a ser DJ?
-Terminé el secundario y es cierto que me encantaba ser DJ. Me iba relativamente bien y ganaba mi plata, pero ni loco me daba para tirarme a la pileta en ese momento. Quería estudiar una carrera sí o sí.
-¿Qué estudiaste?
-Me metí en Economía Empresarial en la Universidad Di Tella. Arranqué en 2019 y al mismo tiempo me iba muy bien como DJ, con fiestas cada vez más grandes. Pero justo vino la pandemia y se cortó todo. El 2020 fue un año muy creativo porque me permitió nutrirme de mucha música en casa. Y después fue una explosión: en el 2021 era tal la euforia por volver a salir que la gente era capaz de subirse a una combi y viajar una hora para ir a una fiesta y volver al día siguiente. Volví a las cabinas y me empecé a ganar un nombre, encontré un lugar.
-¿Cómo hacías para estudiar y tocar en fiestas todo el tiempo?
-Me organizaba para estudiar en función de las fechas de examen y tenía un grupo de amigos que me ayudaba un montón. Si nos juntábamos un sábado a la mañana y había tenido una fiesta el viernes a la noche, me tiraba un par de horas, me hacía un mate y estudiaba con ellos.
En ascenso
Matías terminó la facultad en 2022 y en mayo de 2023 arrancó en el banco JP Morgan. “Ahora trabajo con clientes de empresas basadas en Estados Unidos, en temas de soluciones de pago, estructuras de liquidez y distintas plataformas para generar pagos de clientes y proveedores”, explica.
Mientras tanto, su carrera de DJ nunca dejó de ir en ascenso: ya en el verano 2021-2022, una productora (Praga) lo había llevado a tocar a Mar del Plata. Luego, entre 2023 y 2024 tocó en las fiestas Aura del Palacio Alsina, en boliches como Mata Club, Palma, JET y Moby Dick”, detalla.

“El año pasado el dueño de la productora Spot People, que manejaba los jueves a la noche en Tequila, me dijo que les faltaba un DJ. Me fui a probar y no solo le gustó a la productora sino también a la gente de Tequila”, se enorgullece.
-¿Cómo es ser DJ de Tequila?
-Tequila tiene un DJ histórico, que es Jorgito Cesani, y también está Mecha Fernández. Es un boliche en donde tenés que convivir con gente de todas las edades y hacer bailar a todo el mundo. Es fiesta y siempre arriba. No existe el momento de “plancha” o de descanso. Lo desafiante para mí es mezclar géneros internacionales con un rock o una cumbia de acá, quizás saltar de un instrumental de Turf a un tema de Pink Floyd.
-A Tequila van muchos famosos, ¿cómo es ser testigo de tantas situaciones que se desarrollan puertas adentro del boliche?
-Mirá, nuestro lema es “lo que pasa en Tequila queda en Tequila”, así que no puedo decir mucho. Sólo te cuento una: eran las cinco de la mañana y estábamos encarando el cierre con una onda más house. Ya estaba sacando el pen drive de la consola para ir a casa, pero me avisaron que estaban llegando Luck Ra, Thiago PZK y varios streamers que querían bailar cumbia. Al día siguiente yo tenía que ir a la oficina para un evento del banco y caí con la cara dibujada. También toqué para el cumple privado de Tini y a las cuatro de la mañana cayeron De Paul, Enzo Fernández, Nicki Nicole y Emilia Mernes. Me puse muy nervioso.

- ¿Cómo hacés para sostener una reunión con un cliente un viernes a las nueve de la mañana si estuviste el jueves en la cabina hasta cualquier hora?
-Por suerte los viernes puedo trabajar desde casa y si me tengo que reunir en el banco duermo un par de horas y no tengo problema. Y con respecto a hacer las dos cosas, cuando terminé la Facultad no tenía tan claro si quería ser DJ toda mi vida; al día de hoy me lo sigo preguntando, aunque me apasiona. Aprendí mucho en mi trabajo en la oficina, pero mi cabeza siempre estuvo más en la música que en el banco. Quizás sea el momento de tomar un camino...
-¿Y qué vas a hacer?
-Es que también tengo el dilema de que me encanta hacer las dos cosas, aunque ambas me estén exigiendo mucho. Hace poco me junté con Tommy Muñoz (histórico DJ de la noche porteña) y me aconsejó que nunca abandone la pasión por la música. Pero que, en paralelo, no deje de hacer el trabajo que tenga y lo lleve al límite, que recién ahí el instinto me iba a marcar el camino.












