Personas que alejan a su pareja de su entorno, manipulan su realidad y los hacen co-dependientes; pautas para reconocerlo y pedir ayuda
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Característico de las personas con rasgos narcisistas y manipuladores, la luz de gas o gaslighting es un tipo de abuso psicológico en el que se hace a alguien cuestionar su propia realidad. Según el entendimiento popular, este término consiste en negar la realidad, dar por sucedido algo que nunca ocurrió o presentar información falsa con el fin de hacer dudar a la víctima de su memoria, de su percepción. Como consecuencia, la persona se siente ansiosa, confundida o incluso desarrolla problemas psicológicos.
¿Cuál es el origen del término? Viene de una película clásica de Hollywood titulada “Gaslight”, en ella un hombre (interpretado por Charles Boyer) manipula a su mujer (caracterizada por Ingrid Bergman) para que crea que está loca y así robar su fortuna escondida. Durante el largometraje, él esconde objetos como cuadros y joyas haciéndole creer a su esposa que ella ha sido la responsable, aunque no se acuerde. También atenúa la luz de gas (no había electricidad) y le hace creer que el fuego sigue brillando en la misma intensidad que antes.
De hecho, en el 2018, el Oxford Dictionary nombró a Gaslighting como una de las palabras más populares del año, esto después de un artículo que se viralizó porque alegaba que el entonces presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, logró ganar la carrera presidencial haciendo justo eso a los habitantes de su país.
¿Cómo detectar si tu pareja te hace gaslighting?
“Quien ejerce este tipo de maltrato suele ser alguien importante en la vida de la víctima y justamente, el miedo a perder a esta figura amada conlleva a soportar este tipo de abuso psicológico donde la verdad propia queda sepultada bajo la verdad absoluta del otro, que resulta imposible de cuestionar o quebrantar”, sostiene la licenciada en Psicología, Ailin Gómez Mari.
En estos casos, la voz de la víctima es siempre puesta en duda, quedando silenciada y no dejando otro camino que acomodarse a esta nueva realidad impuesta aunque angustie o lastime. Añade Gómez Mari que el gaslighting suele darse más en relaciones co-dependientes, donde quien ejerce este abuso reduce al otro a un objeto posible de manipular, descalificándolo sistemáticamente. “No basta con que suceda una vez, es la constante repetición de estas escenas donde la persona comienza a dudar de sí misma por la insistencia del otro”.
Es importante que la persona que sufre el gaslighting pueda reconocer ciertos indicadores que se le presenten en su relación. Para la especialista estos son:
- La víctima se siente degradada y se culpa a sí misma o se ubica como causa del problema
- El maltrato suele ser sutil, sucede en la intimidad del vínculo y no suele quedar expuesto al entorno de la víctima
- Generalmente cuando alguien del entorno de la víctima reconoce las señales y busca intervenir, la víctima justifica las acciones del agresor
- Quien ejerce el maltrato desprecia o invalida las emociones del otro con frases y palabras fuertes
- Ponen en duda los recuerdos de la víctima, niegan hechos sucedidos y muchas veces piden disculpas poco sinceras
Respecto de si estas actitudes pueden ser revertidas y la persona cambiar su manera de ser, Gómez Mari dice que no es algo imposible. “Implica un proceso de trabajo terapéutico donde la persona pueda rever sus formas de vincularse y de ubicar al otro en situación de igualdad y no de inferioridad. De todas maneras, es más difícil para el agresor acceder a estos espacios ya que implican tener que correrse de una posición conocida, que tiene sus beneficios”, añade.
Según un estudio hecho en conjunto por la Universidad de West Florida y North Florida, como resultado del constante maltrato, la víctima comienza a tener síntomas como: baja autoestima, mayor confusión sobre su realidad y se torna extremadamente vulnerable y dependiente de los otros.
Para los profesionales, si se detectan estos problemas es necesario que la persona pueda consultar con un psicólogo o profesional de salud mental, para permitir otro tipo de escucha objetiva que la ayude a diferenciarse del discurso del abusador y reconstruir el propio.
Además, para la psicóloga Gómez Mari, los efectos del gaslighting también impactan en los vínculos, dejando a la persona que lo sufre, aislada en una realidad paralela a la que a familiares y amigos se les vuelve muy difícil de acceder. “Esto es beneficioso para el abusador, ya que cuanto más aislada se encuentre la persona de sus seres queridos, mayor control podrá ejercer. Es por esto que es importante que la víctima pueda contar con una red de apoyo”, concluye.
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