Los pros y los contras de consumir ambos alimentos y la alternativa más saludable para reemplazarlas
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Están presentes en la primera comida del día, en las meriendas y en la preparación de algunos platos clásicos de la cocina. Por un lado la manteca, una opción de color amarillo fuerte, que generalmente se presenta en un envase transparente o en cubitos; y por otro, la margarina, con un tono amarillo más apagado y dentro de un paquete pequeño. Pero al fin y al cabo ¿cuál es la opción más saludable? Según los expertos en la materia, la respuesta no es tan sencilla.
¿Cuáles son las diferencias entre ellos?
Según Annete Marum, nutricionista y doctora en Nutrición Genética por la Universidad Federal de São Paulo (Unifesp), ambas tienen sus pros y sus contras. La percepción de cuál es más saludable depende de la cantidad que se consume y de la recomendación profesional de la dieta aconsejada para cada persona.
“Esta controversia se debe principalmente a que la gente no comprende que tienen diferentes composiciones en las que hay que pensar antes de consumirlas”, afirma la experta.
Pero primero hay que entender cuáles son esos puntos positivos y negativos en función de su composición. Por un lado, la manteca es un producto de origen animal, elaborado a partir de crema de leche batida. Contrariamente, la margarina tiene origen vegetal y es producida a partir del proceso de hidrogenación de aceites, como el de girasol o el de maíz. Las dos tienen diferentes tipos de grasas, lo que ayuda a definir cuándo se debe utilizar a cada una en los alimentos.
La grasa presente en la manteca es saturada, fácilmente digerida por el organismo y utilizada para aportar energía y producir hormonas, lo que tiene un aspecto positivo. Pero, en grandes cantidades, puede presentar riesgos para la salud, como lo demuestra un estudio publicado en la revista JAMA Internal Medicine.
La margarina, en la que las grasas presentes son insaturadas, puede provocar un aumento del colesterol considerado “bueno” (HDL) y disminuir el considerado “malo” (LDL). Sin embargo, la presencia de grasas trans en alimentos de origen vegetal se considera un punto negativo.
Como es alterada químicamente, el cuerpo no lo digiere fácilmente y, por lo tanto, puede acumularse tanto en la sangre como en órganos importantes. Ahora se pueden encontrar en el mercado versiones actualizadas de margarina sin grasas trans, que a nivel profesional se las considera como mejores.
Por eso, según el experto, las personas que intentan controlar el colesterol “malo” deberían evitar el consumo de manteca, pero deben tener cuidado ya que la margarina que contiene grasas trans no es la mejor alternativa.
Entonces ¿cuál elegir?
El debate científico, basado en la publicación de estudios y análisis de pares, aún no ha llegado a una conclusión ampliamente aceptada sobre cuál de las dos es “más saludable”. Por tanto, se pueden consumir según las necesidades individuales, siempre con moderación.
Como se muestra en un artículo de Harvard Health Publishing, el sitio web de la Escuela de Medicina de Harvard, un competidor potencial que puede reemplazarlas en función de sus beneficios es el aceite de oliva. Es rico en grasas mono y poliinsaturadas, asociadas a la reducción de los niveles de LDL (colesterol malo), sin otros factores negativos.
“La próxima vez que cortes y comas un pan caliente, considera sumergirlo en aceite de oliva en lugar de untarlo con manteca“, indica la institución.
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