
Violencia de género
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Darío Badaracco que se encontraba detenido en el penal de Sierra Chica acusado de ser el femicida de Araceli Fulles, la joven estrangulada en 2017 en José León Suárez, murió luego de haber sido atacado a golpes y quemado con agua hirviendo por dos compañeros de celda. Según uno de estos compañeros de encierro, el hecho se produjo por "problemas de presos" y que lo tenían que "arreglar de esta manera".
Todo comenzó el 8 de abril último, alrededor de las 17, en la celda 766 del Pabellón 10 de la Unidad 2 de Sierra Chica, donde el presunto asesino, de 31 años, estaba alojado con otros dos presos.
Según las fuentes, los guardias penitenciarios escucharon gritos y al observar por el pasaplatos de ese calabozo pudieron ver que Baradacco era agredido por los otros compañeros, por lo que ingresaron y detuvieron el ataque.
El recluso agredido presentaba heridas por goles y varias quemaduras en diversas partes del cuerpo producidas por agua caliente. Fue hospitalizado en la ciudad de Olavarría, donde murió ayer, según dijeron los informantes a la agencia Telam.
El Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) identificó a los dos dos internos involucrados, compañeros de celda de Badaracco. Uno de ellos, dijo: "Son problemas de presos y lo teníamos que arreglar de esta manera."
Los mismos voceros indicaron que uno de estos sospechosos estaba por "lesiones leves y violación de domicilio" y el otro por "homicidio", aunque no detallaron cuál de estos delitos pesaba sobre quien confesó el ataque a Badaracco.
Por su parte, el presunto asesino de Araceli se encontraba a disposición del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 3 de San Martín, procesado con prisión preventiva por el delito de "homicidio doblemente calificado".
Araceli Fulles, de 22 años, fue vista con vida por última vez la madrugada del 2 de abril de 2017, en una plaza próxima a su casa. Su cuerpo fue hallado, luego de 25 días de búsqueda desesperada, bajo unos escombros en el patio de la casa de Badaracco, en Alfonsina Storni 4477 de José León Suárez, partido de San Martín.
La autopsia determinó luego que la joven había muerto por "asfixia mecánica" a causa de un "estrangulamiento a lazo", con un elemento compatible con precintos plásticos.
Badaracco declaró tres veces como testigo antes de ser imputado y se mantuvo prófugo un día, hasta que la noche del 28 de abril fue detenido detrás de la villa 1-11-14 del Bajo Flores porteño gracias a una vecina que lo reconoció por la calle.
Claudia Guzmán, la mujer de Badaracco, admitió ante la Justicia que había mentido en su primera declaración para favorecer a su marido y para que él pudiera tener una coartada.
Guzmán confesó que la verdad era que la madrugada en la que se cree ocurrió el crimen ella no estuvo con Badaracco y que un día antes del descubrimiento del cuerpo su esposo le había pedido que consiguiera un albañil para hacer una losa en el sitio donde los perros de la policía finalmente encontraron enterrado el cadáver de Araceli.
Por el crimen también había sido detenido un hermano de Darío Badaracco, su patrón y otros dos empleados del corralón de materiales en el que el primero trabajaba, pero estos cuatro sospechosos fueron liberados en septiembre de 2017 por la Sala I de la Cámara de Apelaciones de San Martín por considerar que hubo fallas en las investigación.
La prisión preventiva de los cinco acusados había sido dictada el 5 de junio de aquel año por el juez de Garantías Martín Porto, a pedido de la fiscal Graciela López Pereyra; fallo que posteriormente fue apelado.
En su momento, el magistrado les había imputado los agravantes del "femicidio" y "la participación de dos o más personas", castigados con la prisión perpetua.




