Padre e hijo, expolicías, detenidos por matar a golpes a su vecina, que se quejaba de ruidos molestos

CÓRDOBA. Roque y Leonel Bonaldi, de 50 y 26 años, respectivamente, padre e hijo y expolicías ambos, fueron detenidos esta madrugada, acusados de haber asesinado a golpes a una mujer que, aparentemente, se quejaba de ruidos molestos que provenían de la casa de los imputados.

El homicidio ocurrió en el barrio Yofre Sud, de esta ciudad. Vecinos llamaron al número de emergencias 101 y cuando el personal policial llegó al lugar se encontró con Lidia del Valle Cabrera, de 65 años, tirada en el piso, con sangre en la cabeza y signos vitales bajos. La mujer murió poco después.

Según el relato de los vecinos de la víctima y de los agresores, existía un problema de larga data, centrado en los reclamos por los ruidos molestos que hacían los Bonaldi a distintas horas del día.

"No hubo ninguna pelea", sostuvo Yanina Moreno, hija de la víctima. Contó que los Bonaldi golpearon a su madre con una baldosa.

Moreno y Cabrera dormían cuando, a las 5, escucharon golpes y forcejeos en la puerta de su casa. Eran los Bonaldi, que habían entrado tras romper la cerradura.

"Mi mamá se levantó y llamó por teléfono a la policía. Alcanza a comunicarse y a relatar lo que pasaba. En ese momento, los agresores rompieron la puerta, la destrozaron de tal manera que le sacaron la cerradura y entraron", describió.

Según la hija de la víctima, el primero en ingresar fue el mayor de los Bonaldi. "Le sacó el teléfono a mi mamá, la arrastró y la llevó afuera", afirmó.

Moreno sostuvo que mientras a su madre la sacaron a la calle, ella forcejeó con Leonel Bonaldi. Él quería quitarle el teléfono celular, con el cual había empezado a filmar lo sucedido.

"Forcejeé con él porque quería mi celular. Yo no peleaba por un teléfono, por un aparato, yo peleaba porque con el celular estaba grabando toda la agresión", dijo Moreno a la radio Cadena 3. Sus sobrinos se sumaron a la pelea y ella dejó de ver a su madre.

"Mamá estaba en el piso", relató la mujer, al recordar el momento en que salió a buscarla. Dijo que uno de los agresores estaba sobre su madre y la golpeaba. "Ahí es cuando apareció un vecino, que no sé quién era, y me salvó la vida, porque los tipos tenían una baldosa en la mano que me la iban a tirar en la cabeza", explicó.

Los agresores viven al frente de la casa de la víctima. Ambos son expolicías. Tras el homicidio, los vecinos reaccionaron y apedrearon la casa de los acusados. Según sostuvo Moreno, desde 2016 su familia hizo denuncias por amenazas de muerte contra ellos.