El emotivo abrazo entre los hijos de una víctima y el motociclista que mató a su madre
Mario Juliano tiene una experiencia de 21 años como juez penal en Necochea. Ayer vivió algo inédito para su carrera como magistrado. Debía estar al frente de un debate donde un motociclista de 31 años, Gonzalo Márquez, debía ser juzgado por haber atropellado y matado, cuatro años y ocho meses atrás, a Elvira Kruzich, de 80. Cuando ingresó en la sala de audiencias y le preguntó los datos personales, el acusado se largó a llorar desconsoladamente. Estaba conmovido
Los hijos de la Kruzich querían una pena de cumplimiento efectivo. Entonces, Juliano citó a su despacho a los abogados de cada una de las partes y preguntó si no existía la posibilidad de que el acusado y los hijos de la víctima, Daniel y Sergio Díaz, tuviesen una conversación. Todo dieron el sí.
Estoy a cargo del Juzgado Correccional. El secretario me avisa que tengo un debate por un homicidio culposo en un accidente de tránsito. Me dicen que los familiares de la víctima quieren una pena de efectivo cumplimiento, que están muy enojados, que no quieren ningún acuerdo pic.twitter.com/Jv5ZdGbi2l&— Mario Juliano (@MarioJuliano) September 30, 2019
Cuando todos estaban en la sala de audiencias, Márquez, entre llantos, tomó la palabra y les pidió perdón a los hermanos Díaz, que habían viajado desde Rosario para el juicio. El acusado estaba conmovido. Les dijo a los hijos de Kruzich que los tres días que su madre estuvo internada luchando por su vida la acompañó en el hospital.
"Márquez les dijo a los hermanos Díaz que los tres días de sobrevida de Kruzich estuvo en el hospital. Le fue a hacer compañía junto con su madre. Afirmó que había vivido una situación traumática. Estaba muy conmovido", sostuvo a LA NACION Juliano, un día después de la audiencia.
Después tomó la palabra Sergio, uno de los hermanos Díaz y recordó a su madre y lo amorosa que era como abuela. Dijo que uno días después de su muerte viajó desde Rosario a Necochea para estar en la esquina donde fue atropellada Elvira y pensar cómo habían sido los hechos.
Sergio dijo que perdonaba a Márquez. Lo mismo afirmó Daniel. Juliano dictó un cuarto intermedio.
"Dispongo un cuarto intermedio para que los abogados conversen. Salgo de la sala y me entero que uno de los muchachos se acercó al imputado, que seguía llorando y lo abrazó para consolarlo. Aprovecho para mirar el expediente: cuatro años y ocho meses de trámite", escribió en Twitter el magistrado.
Cuando terminó el cuarto intermedio, el fiscal Eduardo Núñez, el abogado de los hermanos Díaz, Hernán Aued y el defensor de Márquez, Juan Pablo Roselló, le comunicaron al juez que habían llegado a un acuerdo de juicio abreviado: una pena de tres años de prisión de en suspenso e inhabilitación para conducir por idéntico período de tiempo para el acusado.
"Tomo la palabra para cerrar. Pido disculpas en nombre del Poder Judicial por el inexplicable tiempo que demandó tramitar una causa sencilla. Anticipo que voy a hacer lugar al acuerdo y agradezco las enseñanzas que nos dejaron, que nos hacen mejores personas y mejor sociedad", explicó Juliano en Twitter y en una conversación telefónica desde Necochea con LA NACION.
La historia entre Márquez y los hermanos Díaz continuó en los pasillos. "Salgo y me encuentro a los hermanos conversando con el imputado. Me les acerco. Les estrecho la mano y les deseo suerte. Para mi sorpresa un periodista de mucha trayectoria con lágrimas en los ojos me agradece. Dice que es la primera vez que ve a un juez pidiendo disculpas", agregó el magistrado en su perfil de Twitter.
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