"Papá por favor no me mates", la súplica de un nene al autor de la masacre de Hurlingham

Marcelo Ochoa ya había escuchado los disparos cuando comenzaron a golpear con fuerza la puerta de su casa. Eran las 22.25 de anoche. No lo dudó y abrió. Era Uriel, su vecino de 11 años. El niño, conmovido, lo primero que dijo fue: "Ayuda, «el Chino mató a mi mamá»".

Entonces Ochoa tomó de los brazos a Uriel, lo llevó a su habitación y le convidó un vaso de jugo. Más tranquilo, contó más detalles de la masacre que había vivido segundos antes. El niño le dijo a su vecino que Diego Loscalzo, de 38 años y apodado "el Chino", pareja de su madre y al que él llama padre, le puso un arma en el pecho y él le tuvo que rogar que lo dejara con vida. "Papá por favor no me mates", le pidió.

Todavía no se sabe cómo el niño salvó su vida. Aún se desconoce si el momento en que Loscalzo le puso un arma en el pecho al niño fue antes o después de haber disparado contra su pareja, Romina Maguna, policía del Comando de Patrullas de San Isidro; su cuñada, Vanesa Maguna; su cuñado Darío Díaz, en el inmueble que compartían en Cañuelas 2056, en William Morris, en el partido bonaerense de Hurlingham.

Después de escuchar el relato del niño, Ochoa, de 42 años, no lo dudó y cruzó la calle para ir hasta la casa de los hermanos Maguna. La escena que encontró difícilmente pueda borrarla de su cabeza.

"En el porche me encontré con Darío [por Díaz] que estaba herido y me decía «la mató a Romina, la mató a Romina». Cuando entré las vi gravemente heridas a Vanesa y a Romina. Les quise tomar el pulso y en ese momento alguien me tocó el tobillo y me dijo: «Nos disparó a todos»", recordó Ochoa a LA NACION.

La persona que tomó del tobillo a Ochoa fue Cinthia López, vecina y amiga de las hermanas Maguna.

Lo primero que hizo el testigo fue llamar al 911. Eran las 22.30 y la masacre de Hurlingham todavía no había terminado. El plan criminal de Loscalzo iba a continuar. El asesino se iba a llevar la vida de otro hermano de su pareja, a su suegra. También hirió de gravedad a la cuñada de Romina, Mónica Lloret, que estaba embarazada y hoy fecha para la cesárea. El bebe murió antes de nacer.

"Lo que pasó es un desastre. Loscalzo dejó a muchas criaturas sin padres", sostuvo emocionado el inesperado testigo de la masacre.

Por Gabriel Di Nicola

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