Quién era Oscar Hermelo, el exfiscal que apareció muerto en su auto en Costanera Norte
Oscar Hermelo, el exfiscal de ejecución penal que apareció muerto anoche dentro de un auto, en la Costanera Norte, con un tiro en la cabeza y un arma de fuego en su regazo, tuvo una larga serie de intervenciones en la Justicia que en su tiempo fueron reflejadas por los medios de comunicación.
También, el exfiscal, que según todos los indicios encontrados hasta el momento se habría suicidado, tenía acusaciones en su contra, realizadas por organismos de Derechos Humanos, por su presunta participación en tormentos y apremios ilegales a personas detenidas en el centro clandestino que funcionaba en la ESMA durante la última dictadura militar.
Hermelo, de 60 años, había sido nombrado fiscal de ejecución penal en octubre de 1994, en el final del primer gobierno de Carlos Menem, cuando Rodolfo Barra era el ministro de Justicia.
No fue el primer miembro de su familia que trabajó en la Justicia: su padre, Oscar Hermelo -conocido como "el Cosaco", ya fallecido-, fue camarista penal y estuvo a cargo de la investigación de la llamada "Tragedia de la Puerta 12", hecho en el que murieron unos 71 hinchas en la cancha de River luego de un superclásico, en junio de 1968.
Casos
El fiscal de ejecución penal es el que se encarga de controlar que las sentencias impuestas a los reos condenados se cumplan tal como manda la ley.
En este sentido, fue resonante la participación de Hermelo al exigir, en diciembre de 2003, que Arquímedes Puccio regresara a la prisión luego de haber violado en reiteradas ocasiones la prisión domiciliaria que le había sido concedida.
Puccio cumplía una condena a prisión perpetua desde 1995 por una serie de secuestros extorsivos seguidos de muerte en los que participó gran parte de su familia, en los años 80. La autoría de esta serie de crímenes fue adjudicada al llamado "Clan Puccio".
El jerarca de la familia había recibido el beneficio de la prisión domiciliaria luego de haber cumplido 73 años, en 2002. Hermelo solicitó que se le quitara ese beneficio y que fuera enviado otra vez a una cárcel común luego de que los vecinos del criminal denunciaran que había salido de su domicilio unas siete veces y después de que el mismo Puccio asumiera, grabado con una cámara oculta, que él había violado la prohibición de abandonar su domicilio.
En abril de 2004, Hermelo volvió a salir a la luz pública al mantener un altisonante enfrentamiento con el Juez de Ejecución Penal Sergio Delgado. En este caso, Hermelo, apoyado por informes y por la estructura del Sistema Penitenciario Federal (SPF), acusó a Delgado de otorgar salidas transitorias y libertades condicionales a determinados reclusos en aparente violación a los límites legales.
Esta causa recayó en la Cámara de Reclusión Penal, donde Delgado tuvo que ir a explicar la liberación de más de 300 presos que, según Hermelo, eran "irregulares" y no tenían en cuenta "la peligrosidad de los delincuentes".
Acusaciones por sus tareas en la ESMA
Hermelo registraba en los archivos de la Procuración un pedido de juicio político archivado por su paso por la ESMA durante la dictadura militar, entre los años '76 y '77.
En los archivos de la Conadep y del CELS figura un abogado de apellido Hermelo como "encargado de la compra y venta de casas y bienes robados a los secuestrados". Además, Hermelo aparentemente trabajaba bajo las órdenes del marino Adolfo Scilingo, conocido por haber admitido su participación en los llamados "vuelos de la muerte" durante la dictadura militar.
Ante la consulta de LA NACIÓN, en tiempos de las primeras acusaciones en su contra, el exfiscal admitió que había trabajado en la ESMA, aunque afirmó que no sabía que hubiera desapariciones de personas allí pues él solo se encargaba de tareas administrativas.
"Mi participación en delitos en la ESMA es un invento. Es falso. Solo liquidaba sueldos en el área de talleres de la escuela", señaló Hermelo en 2004.
A pesar de estas declaraciones negando su participación en la represión ilegal, en diciembre de 2009, el juez federal Sergio Torres lo procesó por la supuesta aplicación de tormentos y el secuestro de 432 personas que estuvieron privadas ilegalmente de su libertad en la ESMA. Torres lo acusó de haber colaborado con el Grupo de Tareas 3.3.2, donde participaban, entre otros, Jorge "Tigre" Acosa y Alfredo Astiz.
Finalmente, la Cámara Federal benefició a Oscar Hermelo con la falta de mérito en esta causa.
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