Sospechan que una banda paraguaya está detrás del robo de tres meteoritos en Chaco
Alberto Korovaichuk, intendente de Gancedo, Chaco, tiene una sospecha sobre quiénes robaron el domingo a la noche tres meteoritos, dos de 25 kilos y uno de 18, valuados en al menos tres millones de pesos, de la Reserva Natural Cultural Pingüen N'onaxa, conocida como Campo del Cielo.
"Creemos que podría haber sido una organización asentada en Paraguay que contrató gente de la zona para venir a dar un golpe comando y robarse los meteoritos. Es posible que después estos meteoritos se vendan en la subasta anual que se hace en Japón", asegura Korovaichuk en diálogo con LA NACIÓN, quien desde hace 16 años conduce ese pueblo donde hace 4000 años cayó una lluvia de meteoritos, producto de la explosión en la atmósfera de un asteroide de 840 toneladas, y cuyos restos convirtieron a este campo astroarqueológico en su principal atractivo turístico y cultural.
"Vamos a tener que instalar un sistema vigilancia y cámaras, porque los meteoritos son muy valiosos. Cuestan mucho dinero en el mercado negro, donde se venden a 1000 dólares el kilo", apuntó el jefe comunal de Gancedo, que tiene 15.000 habitantes. Es una zona despoblada, donde la población más cercana está a 70 kilómetros de ese lugar donde la gente vive, en su mayoría, de la producción de algodón y soja.
El domingo pasado a la noche tres hombres armados llegaron al parque temático Campo del Cielo, en el suroeste de Chaco. Irrumpieron en medio de la oscuridad de ese lugar, que está a 13 kilómetros del pueblo. La única persona que estaba a esa hora era una guardiaparque, Mariela Tessano, que se preparaba para ir a descansar.
Los tres hombres la redujeron, la ataron con precintos y le sustrajeron su celular para que no le avisara a nadie. Luego la encerraron en una habitación y fueron a buscar primero un meteorito de 18 kilos que aún no había sido inventariado y que estaba en la vivienda de guardia. Luego se alzaron con otros dos de 25 kilos, que se encontraban en el subsuelo del museo.
La guardiaparque, minutos después de consumado el saqueo del patrimonio astroarqueológico protegido, logró cortar los precintos, desatarse y salir del cuarto por una ventana; corrió unos 1500 metros hasta una vivienda cercana, en la que vive Lucía Aguirre, y pidió ayuda. A la 1.15, la hija del intendente, Zulma Korovaichuk, llamó a la policía y dijo que aquella vecina la había alertado sobre el robo.
La policía constató la rotura del vallado del perímetro de la rampa que conduce al subsuelo. Sin embargo, no se encontraron signos de violencia en la puerta de acceso al museo, que se abre de adentro hacia afuera.
Los saqueados robaron, además de los tres meteoritos, una motocicleta Honda Biz de 105 cc., un celular de la empleada del parque provincial y las llaves de la guardia. La moto fue hallada abandonada entre la maleza, al costado del camino que conduce al portón de acceso al predio.
El volumen de las piezas, a pesar del peso, no es grande. Korovaichuk explicó que probablemente se los llevaron en un bolso. "Estos meteoritos tienen un 92 por ciento de hierro. Es el hierro más puro del planeta", sostuvo.
En Gancedo creen que los ejecutores del robo no son quienes comercializarán las piezas de origen espacial. Es probable, según el intendente, que haya una organización paraguaya detrás del golpe. "En Paraguay, sobre todo en la triple frontera, hay un mercado ilegal que se encarga de colocarlo en el extranjero", afirmó.
En enero de 1990 se produjo un intento de robo del que ahora es el tercer meteorito más grande del mundo, el llamado Chaco, que pesa 28.840 kilos. En ese caso estuvo involucrado el estadounidense Robert Hagg, que fue quien compró el objeto por 200.000 dólares.
El norteamericano, oriundo de Arizona, habría sido estafado, ya que no sabía que ese objeto tan valioso se podía comprar. Un hombre oriundo de Santiago del Estero, al que conoció en la subasta de Tokio, habría sido quien entonces tejió el ardid para estafarlo en su buena fe. El argentino le dijo que podía comprar el meteorito con el aval del dueño del campo donde había caído.
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