Cientos de autos chocados al ser arrastrados por la corriente
El torrente de agua que bajó por las calles apiñó los vehículos en las veredas
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Pablo González salió de su casa en Parque Chacabuco a las 5.45 y encontró su auto, un Chevrolet Corsa, chocado y lleno de agua, apiñado contra otros seis autos. Uno de esos vehículos había sido estacionado la noche anterior a dos cuadras de allí, en Del Barco Centenera al 800.
"El agua llegó hasta 1,20 metros. Ahora tengo que ver cómo saco mi auto porque el seguro lo remolca, pero no lo quieren tocar por miedo a dañar a otro. Hace 12 años que vivo acá y ésta fue la peor inundación de todas", dijo Pablo.
Luis, su padre, ya está más preparado para las tormentas. Tiene un rompeolas, compuertas en su casa y sogas para cruzar la calle. Ayer, en esa zona de Parque Chacabuco los vecinos se habían quedado sin luz y se quejaban de que nunca reciben asistencia del gobierno de la ciudad.
En Palermo, el Jardín Japonés estaba anegado, y el Bajo Belgrano, a la altura de Figueroa Alcorta y Pampa, también. En Núñez, en Avenida del Libertador y Udaondo, el agua cubría toda la avenida.
En Belgrano, en Cabildo y Blanco Encalada, el agua rompió los vidrios. Una gran cantidad de puertas vidriadas aparecieron destruidas, como las del Banco Columbia y la del Citibank. Según explicaron los vecinos, la circulación de colectivos generó fuertes olas y por la presión del agua los cristales estallaron. En un local de ropa, casi en la esquina con Blanco Encalada, se cayó el cielo raso, y toda la cuadra quedó sin luz.
"Todos los años, siempre, pasa lo mismo. Hace seis que estoy acá, y esto es algo que se repite una y otra vez. Y lo peor es que no podemos hacer nada. El gobierno de la ciudad te da $ 1 por cada $ 100 que perdés, y recién después de un año. Estoy pensando en mudarme. Y creo que hoy voy a perder entre $ 15.000 y $ 20.000. Me levanté a las 5, cuando escuché la lluvia, y vine a limpiar porque ya sabía con lo que me iba a encontrar. El año pasado hicimos un corte en Cabildo y Blanco Encalada, y sigue todo igual. El aliviador no sirvió. Además, estamos sin luz", se quejó Eduardo Serra, de 60 años que es dueño de un quiosco en la esquina de Blanco Encalada.
En Villa Santa Rita el panorama era similar: la calle Argerich se convirtió en un caudaloso río y arrastró y amontonó autos estacionados. Juan Carlos había dejado su camioneta sobre esa calle, a una cuadra de Juan B. Justo, y cuando la fue a buscar, la encontró con agua hasta el techo y chocada contra otros autos.
En la esquina de César Díaz y Argerich, los autos dentro de la cochera de un edificio fueron levantados por el agua y se chocaron entre sí. El sótano del edificio acumulaba cinco metros de agua y ayer una bomba hidráulica intentaba desagotarlo.
A diez cuadras de allí, Gabriel y Marina Terra se despertaron porque dentro de su cuarto caía una catarata por el equipo de aire acondicionado. Lo mismo ocurría en las habitaciones de sus hijos. Cuando el hombre subió a la terraza del PH, comprobó que allí se había acumulado más de un metro de agua. "Me llegaba a la cintura. Me metí para ver si la rejilla estaba tapada, pero no", contó. Enseguida hicieron salir a los hijos de la casa, por miedo a que el techo se viniera abajo. Lograron abrir una bocas de desagote que daban al patio y el río se metió dentro de la casa. "Por suerte tenemos mosaicos y logramos levantar las cosas, pero estuvimos desde las 4.30 hasta las 10 sacando agua", contó Marina.
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