Las fotos de la pericia: la trampa mortal que terminó con la vida de cinco personas en la casa de Villa Devoto
El hecho ocurrió en la calle Sanabria al 3700; los integrantes de la familia murieron por inhalación de monóxido de carbono y solo sobrevivió un niño de dos años
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Cinco personas murieron intoxicadas por monóxido de carbono en una casa del barrio porteño de Villa Devoto, y las fotos que pudo obtener LA NACION permiten reconstruir, paso a paso, cómo se formó la trampa mortal que dejó a una familia entera sin posibilidad de escapar.
La vivienda, ubicada en Sanabria 3768, presentaba una serie de fallas en la instalación de la calefacción, ventilación bloqueada y ductos deteriorados que, según las pericias, generaron tales niveles de monóxido de carbono que provocaron las muertes.
Una de las imágenes revela la cocina de la casa, donde estaban instalados tres artefactos clave: la caldera, encargada de abastecer radiadores y agua caliente; el calefón, conectado para el uso diario; y el anafe, utilizado en la preparación de alimentos. Los tres compartían el mismo ambiente sin la ventilación adecuada.

Los peritos que inspeccionaron la propiedad detectaron que la caldera presentaba corrosión interna, piezas sueltas y fisuras en los caños de evacuación, lo que permitía que los gases de la combustión se filtraran hacia el interior de la vivienda.

Otra de las fotos tomadas durante las pruebas periciales muestra un detector portátil de gases con una lectura de 489 partes por millón de monóxido de carbono. Especialistas explicaron a este medio que valores superiores a 35 partes por millón ya pueden provocar mareos y pérdida de conciencia si la exposición es prolongada. Los niveles registrados dentro de la casa superaban por amplio margen los parámetros de seguridad.

Las imágenes también exponen detalles que agravan la situación. En una de ellas se observa una rejilla de ventilación completamente cubierta con nailon y cinta adhesiva. Esta abertura debía permitir el recambio de aire y la evacuación de gases, algo esencial cuando se utilizan artefactos a gas. El bloqueo impidió la circulación de aire fresco y favoreció la acumulación de monóxido.

Otra fotografía muestra una de las ventanas de la vivienda sellada con varias capas de film y cinta. De acuerdo con la reconstrucción, esta práctica se habría realizado para conservar la temperatura interior durante jornadas de bajas temperaturas. Sin embargo, esa medida anuló la ventilación natural de la casa. Las filtraciones detectadas en el cielorraso y entre el piso flotante permitieron que el gas se desplazara hacia los dormitorios superiores, donde dormía la familia.
La familia
La casa pertenecía a Demetrio De Nastchokine, de 79 años, y Graciela Just, de 74. En esos días estaban de visita su hijo Andrés, de 43, y su nuera Marie, una mujer francesa de 42 años, junto a sus dos hijos pequeños. Cuatro adultos y una niña de cuatro años murieron. El único sobreviviente fue el hijo menor del matrimonio, de casi tres años.
Una de las hijas del matrimonio mayor, que vive a pocas cuadras, se acercó al domicilio al no poder comunicarse con ellos. Al abrir la puerta sintió un fuerte mareo. Caminó algunos pasos y encontró a todos inconscientes. Llamó de inmediato al 911. Personal del SAME y Bomberos de la Ciudad llegaron al lugar, ventilaron la vivienda y rescataron con vida al bebé, que fue derivado primero al Hospital Zubizarreta y luego al Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez.

Según el último parte médico, el niño sufrió una acidosis metabólica por la inhalación de monóxido, pero se encuentra estable y continúa en terapia intensiva bajo monitoreo. Los profesionales evalúan la necesidad de aplicar oxigenoterapia hiperbárica para acompañar su recuperación. De acuerdo con la hipótesis de los investigadores, el niño pudo haber estado en una habitación con una mínima corriente de aire, lo que disminuyó la concentración del gas.
Los técnicos que participaron de la inspección confirmaron que el sistema de evacuación de gases de la caldera estaba deteriorado y presentaba filtraciones. Las mediciones realizadas en todos los ambientes mostraron niveles de monóxido por encima de lo permitido por la normativa vigente. Mediante una prueba con humo se comprobó que los gases de la combustión no se dirigían hacia el exterior como debería suceder.
Los investigadores remarcan que la ventilación permanente es obligatoria en toda vivienda que utilice artefactos a gas y que resulta indispensable realizar controles periódicos. En este caso, la combinación de ductos corroídos, falta de mantenimiento y la anulación de rejillas y ventanas cerró la única vía de salida para los gases.

Demetrio y Graciela eran muy conocidos en la cuadra por colaborar con tareas comunitarias y mantener la vereda limpia. Raúl Tolosa, de la Federación Solidaria de Jubilados y Pensionados, destacó su presencia diaria en la plaza y en reuniones barriales. Delia, exdirectora de una escuela donde Demetrio enseñaba contabilidad, recordó su trato respetuoso y amable con todos.
La Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°48, a cargo de Eduardo Rosende, que investiga el caso, continúa reuniendo datos para elaborar un informe final con recomendaciones de prevención: revisiones anuales de calderas y calefones, control de ductos de evacuación, ventilación garantizada y la instalación de detectores de monóxido de carbono para advertir filtraciones a tiempo. La vivienda permanece bajo custodia judicial mientras se completan los estudios. Entre vecinos, la imagen de la reja negra y el rosario en el portón se volvió símbolo de una tragedia que podría haberse evitado.
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