Luana, la primera nena trans que logró la rectificación del nombre en su DNI

Luana (conocida como Lulú en los medios), es una nena trans de seis años que se convirtió en "el primer caso en el mundo" en tener un nuevo documento de identidad a través de un trámite administrativo, es decir, sin recurrir a la Justicia. La medida está prevista en la Ley de Identidad de género y, para concretarse el proceso contó con el apoyo legal y psicológico de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA) y la autorización del gobierno de la provincia de Buenos Aires.

Luana nació con genitales masculinos y según relata su madre, Gabriela, se identificó como "una nena trans" al comenzar a hablar. Esto fue antes de los dos años.

La autorización por parte del gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, se enmarca en la ley de identidad de género sancionada el año pasado, que permite que las personas trans (travestis, transexuales y transgéneros) sean inscriptas con el nombre y el sexo de elección. También, ordena que los tratamientos médicos necesarios para la adecuación a la expresión de género sean garantizados por el Estado Nacional.

"El gobierno de la provincia de Buenos Aires ha tomado la decisión de dar una solución a este caso particular planteado por la familia", había expresado ayer jefe de gabinete bonaerense, Alberto Pérez, al dar el anuncio de la modificación de la partida de nacimiento y del documento de identidad de Luana, que tiene un hermano mellizo.

La decisión se tomó luego de que el caso fuera público después de que la madre enviara a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y al gobernador Daniel Scioli una carta pidiendo el cambio de identidad.

Antes, la mujer había recurrido a un tribunal de Morón, periferia de Buenos Aires, y al Registro de las Personas. Pero en ambas instancias le negaron a la madre de la nena la rectificación del documento, aun cuando presentaron los requisitos exigidos.

El argumento fue que "el niño (sic) reviste la calidad de menor impúber, toda vez que no ha cumplido la edad de 14 años" y, en consecuencia, "tiene incapacidad absoluta, presumiendo que los actos practicados por ellos son realizados sin discernimiento".

Un caso histórico

Ahora, la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia, en un extenso dictamen jurídico, rebatió esa argumentación y apeló a tratados internacionales de derechos humanos y niñez: los niños y niñas, consideró el fallo, tienen una "capacidad progresiva" para dar su consentimiento, tal como lo establece la Convención sobre Derechos del Niño, que tiene jerarquía constitucional.

Para César Cigliutti, titular de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA), entidad que acompañó el reclamo de la familia, se trata de un caso "histórico".

Su madre, quien hoy se reunía con el gobierno de la Provincia de Buenos Aires, expresó su emoción con la noticia. "Vamos a hacer una fiesta", dijo. Y contó el momento en que le contó a su pequeña: "Ganamos, ganaste. Vas a tener tu nuevo documento", le dijo mientras la abrazaba.

Cigliutti recordó a LA NACION que hay miles y miles de Lulú de 30, 40, 50 años a quienes sus padres no les permitieron ser, vivir acorde a su identidad. "Tuvieron una vida tremenda, de usurpación de uno mismo", definió el presidente de la CHA. Esto, empieza a cambiar.

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