Manzana 66: cómo es la plaza pedida por los vecinos que se inaugura hoy en Balvanera
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El barrio de Once es sinónimo de prisa, de vértigo, de ruido, de comercios, de poco espacio verde y menos para descansar. Sin embargo, en medio de esa intensidad está naciendo un oasis. Se trata de la famosa Manzana 66, delimitada por las avenidas Belgrano y Jujuy y las calles Moreno y Catamarca. Allí, donde hubo edificios, más tarde canchas de fútbol 5 y hasta sobrevoló el fantasma de la construcción de un microestadio para shows musicales, se levantó una plaza, diseñada por el reconocido artista Pablo Siquier, que será inaugurada hoy.

Los vecinos están contentos con el proyecto, pero coinciden en pedir más seguridad. No quieren que el predio se convierta en refugio de delincuentes. "Me parece muy bien, creo que va a mejorar el barrio. Fui a algunas reuniones y creo que la voy a usar. Esperemos que no haya problemas con el tema de la droga, la plaza 1º de Mayo (ubicada a pocas cuadras, en Hipólito Yrigoyen y Pasco) tiene problemas de seguridad", comenta Lía, una economista jubilada vecina de la zona.

El proyecto transforma completamente una zona central de Once, al convertir una manzana en un parque abierto con una amplia área de juegos infantiles, áreas de descanso y una escuela de nivel inicial (jardín y preescolar) con un diseño de vanguardia. La manzana estaba en manos de un privado que deseaba construir un microestadio. Pero la negativa de los vecinos fue rotunda. Ante esta situación el gobierno de la Ciudad negoció con el dueño del predio y logró cambiarle el terreno por otro ubicado entre la avenida San Isidro Labrador y las calles Vedia, Pico y Vidal, del barrio de Saavedra.

Se realizaron varias reuniones con los vecinos, que reclamaban la creación de un espacio verde, aunque, obviamente, no estaban de acuerdo entre sí con el uso que querían darle. Así fueron discutiendo hasta que se llegó a un acuerdo. La plaza tendrá una escuela, juegos infantiles, mesas de ping pong, bicicletas fijas y un circuito atlético.

Además, habrá bancos para que puedan descansar los más grandes, una pista exterior para caminar y correr y un perímetro arbolado para proyectar sombra. La plaza tendrá su propia estación de Ecobici y contará con Wi Fi gratuito. También habrá bancos y mesitas para picnic. Para beneficiar la movilidad peatonal, se reubicarán las paradas de colectivos y se ensancharán las veredas. También se plantarán 88 árboles nuevos que le darán más verde a todo el barrio, que hoy se parece mucho a una jungla de cemento. La Comuna 3, a la que pertenece Once, cuenta ahora con tan solo 0,38 metros cuadrados de espacio verde por habitante, cuando la OMS recomienda que debe haber al menos 10.

"La verdad que la gente lo necesitaba -dice Micaela Maltés, una ama de casa que espera el 103 con su hijos pequeños hijos, Jazmín y David-. Me sorprendí porque ayer pasé y vi que habían tirado las canchas abajo. Voy a venir con los nenes si hacen un parque hermoso", aseguró.

Sin embargo, el tema de la inseguridad vuelve una y otra vez, como un mantra, para los vecinos. Celeste Cruz, una estudiante secundaria de un colegio privado de la zona, dice que se siente insegura cuando camina por el barrio. "Se van a juntar muchos vagos, hay mucho peligro por esta calle (Catamarca)", asegura, y se va caminando rapidito, pese a que es de día.

Incluso, hay quienes se oponen abiertamente a la plaza por temor a la inseguridad. Es el caso de Graciela Fernández, que pasea por Belgrano con su perrito Flopy. "Yo sugerí que hicieran una universidad, no estoy de acuerdo con la plaza. En una plaza se junta mucha gente, que no son agradables para el barrio. En la plaza 1º de Mayo orinan, hacen de todo. Los que tienen mascota tampoco son muy higiénicos, no lo veo", afirma con convicción.

Franco Moccia, ministro de Ministro de Desarrollo Urbano y Transporte porteño responde a la inquietud: "El tema de la seguridad es muy importante, pero el espacio público no genera inseguridad. La renovación que hacemos en todos los espacios públicos incluye más iluminación. Además, el uso mismo del espacio público reduce la inseguridad: un lugar donde la gente no va es más inseguro que un lugar donde la gente va".

De todas formas, Moccia rescata que el ministro Justicia y Seguridad de la Ciudad, Martín Ocampo, está trabajando para poner más policías y patrulleros en la calle y que "los vecinos lo están viendo". La plaza no tendrá rejas perimetrales, pero sí cámaras de seguridad e iluminación LED.

Carlos Arancibia, empleado bancario, vecino desde hace 20 años, va por el mismo lugar: "Estaría muy bueno, ojalá que no tenga los problemas que tiene Plaza Once con el tema de la droga, de los paqueros. Pero estaría muy bueno, cambiaría mucho el barrio. Me gustaría ir a tomar al sol y llevaría a mis nietos, Sebastián, Ciro y Malena. Ojalá que la cuiden, que haya seguridad...", apunta.
Un diseño artístico
La plaza tendrá un cordón perimetral arbolado, con bancos para sentarse y lugares para compartir. Hacia el interior estará el espacio verde propiamente dicho, diseñado por Siquier.
"Vimos mil plazas -recuerda el artista, que ya realizó murales en el subte y en Puerto Madero- Los arquitectos me bombardearon. Pero yo vivo de caminar ciudades y ya tenía mil imágenes. Francia, por ejemplo, tiene un muy buen equipamiento para niños y recordaba parques más ornamentales, otros que son más silvestres, como los ingleses. El paisajismo inglés es aparentemente más descuidado, había muchos puntos de partida posibles", señala Siquier, que tuvo durante muchos años un atelier en Deán Funes y Moreno, a una cuadra del predio.
"Todo el tiempo pensábamos 'qué pasa si una persona camina por acá, si viene un muchacho con su novia, si viene alguien en una silla de ruedas', había un montón de requerimientos de los vecinos y algunos eran contradictorios. Algunos querían una pista de skate y otros que no hubiera niños", afirma el artista, que donó su trabajo y se siente orgulloso de dejar una marca tan importante en el barrio. Sorprendentemente, al centro de la manzana no llegan los ruidos de los colectivos y los autos, lo que facilita el diálogo y hace pensar que cuando haya más árboles, será un lugar tranquilo.

Siquier dice que el tránsito peatonal por la plaza tendrá dos ritmos. La manzana está a dos cuadras de plaza Once y hay mucha gente que va apurada de un lado para otro para hacer combinaciones de colectivos. Entonces, los arquitectos diseñaron una parte que contempla esa velocidad y otra que es más lenta, creada por el artista. "Hicimos una serie de canteros que no te llevan a ningún lado y la elevación te aleja un poco de la calle", describe.
El suelo de la plaza va a mantener el metro y medio de diferencia que tiene actualmente con la vereda. El tablero verde diseñado por Siquier y los senderos tendrán suelo absorbente, ya que una de las principales funciones de la plaza será filtrar el agua de lluvia. La obra costará 48.185.419 pesos y estará finalizada para fin de año. Según los funcionarios, la escuela deberá estar lista para el comienzo de clases del año que viene.
"Además de los usos que quieren los vecinos, la plaza tendrá un enorme valor cultural", afirma el arquitecto Alvaro García Resta, subsecretario de Proyectos del ministerio y responsable directo de las obras. "Las plazas porteñas tienen la cultura insertada con un objeto, como puede ser una escultura o un mural. Lo interesante de esta plaza es que es una obra de arte en sí misma, viva, que se completa con la gente", asegura.
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