Javier Fernández reflexionó sobre los últimos avances en el caso; Cristian Graf, excompañero del colegio de la víctima, fue citado a indagatoria; el albañil que encontró los restos declarará ante la Justicia
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En los últimos días la Justicia puso la mira sobre el primer sospechoso del asesinato de Diego Fernández Lima, el joven enterrado en una casa del barrio porteño de Coghlan, en un terreno contiguo a donde vivió el cantante Gustavo Cerati.
En el marco de la investigación, un testigo apuntó contra un excompañero de la Escuela Nacional de Educación Técnica (ENET) Nº 36 de la víctima. Se trata de Cristián Graf, de 56 años, cuya familia todavía vive en el chalet donde fueron encontrados los huesos, y este lunes se presentó en la fiscalía que lo investiga por el crimen de Fernández Lima.

En diálogo con LN+, Javier, el hermano de Diego, manifestó: “Estamos tratando de cruzar información para saber por qué Diego estaba en esa casa. Hoy me dijeron desde la Fiscalía que teóricamente ahí vivía la familia Graf de toda la vida. No lo sabíamos”, dijo la primera vez que entró en contacto con los medios y, desde entonces, realiza con frecuencia declaraciones a la prensa.
Consultado si habían entablado comunicación con ellos, contó: “Nadie. No sabemos nada”. Y agregó: “Yo conozco a sus compañeros de primaria de la Escuela N°8 en Boedo. De la secundaria, nadie. No recuerdo ningún nombre de la secundaria”.
La palabra de un testigo
Según precisaron fuentes judiciales a LA NACION, el testigo es otro antiguo compañero de ambos, que vive en Europa y se comunicó con la fiscalía tras enterarse de la noticia en el chat de egresados de Whatsapp.
El fiscal Martín López Perrando, a cargo de la investigación, ya tomó declaración testimonial al compañero de Fernández Lima y al sospechoso.

“Está claro que Fernández Lima fue asesinado. No sabemos si solo hubo un asesino. La intención, a partir de que ahora sabemos que en la casa donde fue enterrado el cuerpo vivió y aún viven integrantes de la familia Graf, es reconstruir lo que pasó hace 41 años”, dijeron las fuentes judiciales.
Sin embargo, por el tiempo transcurrido, la causa podría prescribir. Ante esto, Javier hizo un pedido especial: “Vamos por la ley. Sería buenísimo para los desaparecidos, para que la gente encuentre a su ser querido, para que se pueda hacer algo si hay algún culpable”.
“41 años de mucho dolor, angustia y tristeza”
El hombre también contó a LN+ cómo fue la última vez que Diego interactuó con su familia, antes de su desaparición en las inmediaciones de los barrios de Belgrano y Villa Urquiza.
“Fueron 41 años de mucho dolor, angustia y tristeza. Se fue a las dos de la tarde comiendo una mandarina. Le dijo a mi vieja: ‘Voy a la casa de un amigo y después al colegio’. Él estudiaba en un industrial, a 3 cuadras y nunca más apareció hasta ahora”.
Asimismo, contó que las primeras sospechas de su familia sobre la desaparición de su hermano giraron en torno a supuestas sectas que traficaban órganos.
“En ese tiempo estaba muy de moda. Yo vi recortes del diario de él. Mi viejo insistía que lo habían secuestrado por eso. Él tenía esa idea. Yo era muy chico, tenía 10 años. Después creciendo fui enterándome de a poco todo”, afirmó.

Y agregó: “Mi papá murió buscándolo. Tuvo un accidente buscándolo en bicicleta justamente en la calle Galván y Congreso. Lo atropelló una camioneta y falleció en el acto”.
Sobre el cierre del intercambio, manifestó su deseo de darle un último adiós de manera digna a su hermano: “En algún momento vamos a poder tener los restos de Diego, pobrecito, para poder despedirlo como se merece. Necesito justicia por él”.
Hallazgo inesperado
El 20 de mayo de 2024, personal de la Comisaría Vecinal 12C fue alertado sobre el hallazgo de restos óseos humanos en una obra en construcción en la calle Congreso al 3700.
Los obreros, al realizar tareas de excavación, encontraron los restos del cuerpo. La fiscalía, a cargo de Martín López Perrando, convocó al Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) para analizar los restos. A finales de junio, el EAAF entregó un informe clave al fiscal López Perrando.

Los peritos determinaron que los huesos correspondían a un hombre de entre 16 y 19 años y más tarde, con la declaración de la familia, se esclareció la identidad.
Según explicó una fuente judicial a LA NACION, “se trató de una muerte violenta”. “No se sabe si la puñalada provocó la muerte, pero sí con certeza sabemos que el muchacho fue apuñalado. La herida cortopunzante estaba a la altura de la cuarta costilla, como por detrás del brazo. También hay signos de que se intentó desmembrar el cuerpo”, precisaron.

Ventanas cerradas, timbres sin respuesta
El equipo periodístico de LA NACION recibió negativas y actitudes esquivas durante una recorrida alrededor de la casa aledaña donde vivió por un tiempo Gustavo Cerati, en la que se encontró el cadáver de Diego Fernández Lima, constituyendo un crimen que lleva 41 años de misterio.
“Soy familiar, pero no quiero hablar”, dijo la única persona que salió del chalet donde reside aún parte de la familia del principal sospechoso del crimen, Cristián Graf.
LA NACION intentó hablar con su madre que vive en Congreso 3742, pero nunca respondió a los insistentes toques de timbre. Las puertas jamás se abrieron.
Descubrimiento del cuerpo en primera persona
Daniel, licenciado en Seguridad Higiénica, encargado de garantizar un entorno laboral seguro y saludable para todos los trabajadores en la obra en construcción en la calle Congreso al 3700, relató este viernes, en diálogo con LN+, el hallazgo de los huesos humanos.
En el estudio del canal mostró el punto exacto donde se toparon con el cuerpo de Diego Fernández Lima.

“Cuando estaba paleando uno de los chicos (Chuky) se le abrió un hueco y empiezan a caer todos los restos hacia la obra. No estaban en una bolsa. Estaban a una profundidad de 40 a 50 cm aprox. Chuky se dio cuenta enseguida. Se le cayó primero el fémur creo. Alberto, mi colega, me llamó y me dijo que había unos restos óseos en la obra. Yo vi el reloj, la llave, los llaveros. Alberto es el que puso todas las estacas con las cintas de peligro. Nosotros nos dimos cuenta que habíamos encontrado un cuerpo”, relató.
Y agregó: “Después vino la policía y nos sacaron. Nos dijeron que podría ser una persona desaparecida durante la dictadura”. Asimismo, afirmó que mantuvo junto con sus compañeros breves diálogos con Cristian Graf.
“Yo había hablado con él unos días antes, habíamos roto sin querer el caño maestro del agua. Bueno, viene y nos comenta: ‘esto era una iglesia, quizá los curas enterraban ahí’, después dice de un establo y a lo ultimo dice ‘mira una vez pedimos un camión de tierra para nivelar el fondo que tenía una pileta, los huesos pudieron haber venido con el camión’. Yo nunca vi algo así. Hablando con un maquinista me dice ‘es imposible, nosotros tenemos ver todo lo que cae y no vimos nada’. Yo no lo volví a ver más”.
Pasión por las motos: el vínculo entre Lima y Graf
Según informaron a LA NACION fuentes judiciales, tras tomar declaraciones testimoniales a varios compañeros de la escuela secundaria que compartieron curso con ellos en la Escuela Nacional Técnica (ENET) N°36, Diego Fernández Lima y Norberto Cristian Graf no eran amigos, pero los unía la pasión por las motos.
Javier aseguró toda su familia desconocía esa relación. “En la libretita de mi padre no había ningún nombre, ni de Cristian, ni de Graf, nada”, remarcó este lunes a LN+.
Las fuentes consultadas dijeron: “Se determinó que Graf y Fernández Lima fueron compañeros hasta segundo año. La víctima, si bien repitió, continuó la relación con sus excompañeros. Lo extraño es que no haya contado nada de su vínculo con Graf por las motos con su familia, porque eran unidos y hablaban de todo”.
“Sospechamos que, el 26 de julio de 1984, Fernández Lima fue por su propia voluntad a la casa de la familia Graf. Pasó algo que terminó con el homicidio del joven futbolista. Se busca determinar quién fue el asesino y, además, el móvil del crimen”, explicó un detective judicial.
Bajo sospecha está el excompañero de escuela de Fernández Lima. Pero no es el único. “El asesino, obviamente, es alguien que estuvo en la casa”, agregaron los detectives del caso.
La investigación en curso
La investigación por el asesinato de Diego Fernández Lima, ocurrido hace más de cuatro décadas en el barrio de Coghlan, entra en una semana clave. Hoy están citado a declarar nuevos testigos, excompañeros de colegio de la víctima y del, por ahora, principal sospechoso.

El objetivo del fiscal Martín López Perrando es reconstruir el vínculo entre ambos y determinar si la familia Graf sabía del cuerpo enterrado en el fondo de su propiedad.
“Aunque Graf confiese, ya está prescripto”
El abogado penalista Gastón Francone visitó los estudios de LN+ para compartir su opinión. “Aunque Graf confiese y diga: ‘yo lo maté’, el caso está prescripto“, aseguró. ”A su vez, el máximo de la pena es de 25 años en la Argentina. Pero sin persecución durante 15 años ni secuela de juicio ni nueva comisión de delito, también prescribe", detalló.

“Ahora lo que debe ocurrir es que se le deben pedir los antecedentes a Cristian Graf: si cometió algún delito en el medio corta, de algún modo, la prescripción”, concluyó.
El albañil que encontró el cuerpo
Cristian, alias “Chucky”, el albañil que se topó con los huesos de Diego Fernández Lima mientras trabajaba en la obra en construcción en la calle Congreso al 3700 en Coghlan, terreno contiguo a la casa de Cristian Graf, el principal sospechoso del asesinato del joven de 16 años, reveló este martes a LN+ el lugar específico y las condiciones en la que halló los restos óseos.

“Estábamos trabajando normalmente cuando apareció el difunto. Estábamos excavando y apareció el hueso. Para saber de qué era, empezamos a excavar un poco para ver si era un hueso de un animal o no. Yo me di cuenta enseguida que se trata de huesos humanos porque estudié medicina. Empezamos a ver qué podíamos hacer porque es raro encontrar huesos ahí en el patio”.
“Su cuarto sigue intacto”
“Su cuarto sigue intacto. El otro día ingresé y está todo igual a que hace 41 años atrás”. Eso recordó Silvina Abram, amiga de la familia Fernández Lima. “Para la familia esto es tremendo, es el inicio de otro duelo”, agregó.

Sobre la cuestión judicial, remarcó: "No se puede creer que una causa así prescriba“.
El fiscal citó a indagatoria a Cristian Graf
El fiscal Martín López Perrando, a cargo de la investigación del homicidio de Diego Fernández Lima, cuyos restos óseos fueron hallados enterrados en el fondo de una casa de Coghlan a casi 41 años de su desaparición, pidió que citen a prestar declaración indagatoria a Norberto Cristian Graf, quién había sido compañero de escuela de la víctima y que aún vive en el lugar del hallazgo.
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