Cómo es la fórmula de Olga para convertirse en el canal de streaming más visto de la Argentina
Bernarda y Luis Cella cuentan los secretos de una idea de la que muchos descreían y que hoy los lleva a liderar un canal con 1,7 millones de suscriptores en YouTube y más de 239 millones de vistas totales en lo que va del año. Las ideas y la figura clave de Migue Granados como signo distintivo y el ADN de su padre Luis Cella. El desembarco en México y España ya confirmado en el plan

Nada fue improvisado. Desde que tienen memoria Bernarda y Luis Cella sabían que su destino iba a ser un proyecto compartido. De chicos acompañaban a su padre, que produjo a Susana Giménez durante más de tres décadas, a Telefe; luego trabajaron allí hasta que renunciaron cuando sintieron que era el momento justo. Sus vidas están cruzadas por la frase “insistir, persistir y resistir” que su padre les inculcó desde chiquitos a través de tres piedras que tenía en su oficina. Si bien él murió cuando ellos tenían 16 y 18 años, lo tienen más que presente. Al punto de que sus cábalas siguen vivas en el set del que hoy es su buque insignia: Olga.
Para gestar Olga escucharon mucho y avanzaron en sentido contrario del que la mayoría les recomendaba. Buscaron como plan A a Migue Granados, a quien no conocían y a quien tuvieron que convencer del nuevo emprendimiento. Los resultados demuestran que no se equivocaron: fueron el canal de streaming más visto del mundo en YouTube dos veces en el año con las entrevistas y los shows de Milo J y María Becerra en el programa Tapados de laburo. Acumulan 1,7 millones de suscriptores en la plataforma y más de 239 millones de vistas totales en lo que va de 2025. Las próximas escalas serán México y España, donde Olga desembarcará con códigos locales, además de festivales de música, producciones on demand y hasta el lanzamiento de El Hormiguero, un formato exitoso en España que ahora, por primera vez, se vendió a una señal de streaming. Hermanos y socios, amigos y confidentes, trazan la estrategia de cara a lo que viene. En el primer capítulo de la cuarta temporada de Hacedores que inspiran -el ciclo de LA NACION y EY-, anticipan sus próximos pasos y cuentan los secretos de su estilo de gestión.
-¿Qué tan difícil es ser hermanos y manejar juntos una empresa?
-Bernarda Cella (BC): Al principio fue muy difícil. Muy difícil. Y te digo que todos los días yo decía “no”, “esto no va” ,”no para mí”.
-Luis Cella (LC): Todos los días audios, mensajes de voz, peleas. Que esto, que lo otro..
-Estamos hablando de la previa al lanzamiento, en el momento en el cual se gestaba todo, antes del estreno…
-BC: Los dos trabajamos antes en Telefe, pero separados, y nunca habíamos compartido un proyecto. Y bueno. Salimos de ahí y fue terrible hasta que conocimos a nuestro coach.
-Cuándo fue el punto de inflexión en el que dijeron… es ahora. Es el momento de hacer la nuestra…
-LC: Fue un plan que tuvimos eventualmente de toda la vida, la idea siempre fue dejar nuestros trabajos en dependencia y tener nuestro proyecto. En ese momento pensábamos en nuestra productora y, más atrás, en nuestra productora de televisión, porque no existía otra cosa. Cuando éramos chiquitos decíamos en algún momento vamos a hacerlo. Y después tomamos la decisión a la distancia. Yo estaba estudiando en Nueva York y ella trabajando acá en un canal de noticias. Y me llama un día y me dice “te acordás de nuestra productora…Me está pasando algo. Todas mis amigas están viendo Últimos cartuchos”, que era un programa que hacía Migue (Granados) en Vorterix, en YouTube, que fue el primero del streaming al que le empezó a ir bien. Esto pasó hace mucho. Te hablo de 2020. Ahí cuando volví de mi viaje nos pusimos a investigar, investigar e investigar y dijimos: “renunciamos y vamos por ese lado”.
-Ustedes se criaron en estudios de TV con Luis Cella, que es el papá de ustedes, y uno de los mejores productores de la historia. Alguien que trabajó con Susana Giménez durante tres décadas, con Mariano Grondona…¿Sienten que la producción ya corría por sus venas?
-LC: Desde que nací sé que quiero trabajar de esto. Cuando me preguntaban que quería ser cuando sea grande siempre decía: “quiero ser productor “. Y mi plan favorito de toda la semana era el viernes cuando podía ir al trabajo de mi papá. Mis viejos estaban separados, entonces me tocaba el fin de semana con él y nos íbamos al canal. De más chico si faltaba al colegio o algo así, también. No era un ratito. Llegaba a la una de la tarde con él, lo acompañaba todo el día de trabajo y nos volvíamos a las diez de la noche.
-El camino sigue en un momento que vos Bernarda te acercás a Federico Levrino, ejecutivo de Telefe, y le decís voy a renunciar…
-BC: A Fede lo adoro, es como mi hermano. Y le digo voy a renunciar, me voy de Telefé. Y él me quería matar. Había costado mucho entrar al canal, y desde el amor me dijo “sabé que nunca más volvés”. En ese momento me dio miedo y le dije a Luis que no iba a avanzar. Luis ya había renunciado y el me dice… “no es opción”. Venite. (Se ríen).
-LC: Lo que me pasaba es que yo estuve un montón de años trabajando en el canal y en el último tiempo sentía que no estaba ni aprendiendo ni creciendo. Me sentía un poco estancado y es un poco también jugártela. Nos la jugamos, con la idea de que si nos iba mal, volvíamos a pedir por favor que nos contraten.
-BC: Y en ese momento, yo tenía 25 años y no existía lo que hoy es la industria del streaming. Era tirarse a una pileta bastante vacía. No es que nos fuimos y ya estaba todo más o menos planeado. Fue 100% jugársela.
-Ya renunciados…¿cómo se gestó el plan Olga?
-LC: Lo que nos pasó en ese momento es que vino mucha gente, bastante más grande que nosotros, y todos nos planteaban más o menos la misma película que veían de cara al proyecto.
-BC: La idea era juntar a cuatro tiktokers o influencers con muchos seguidores en una mesa y hablar de la vida. Y todos veían lo mismo, que lo único que nos interesaba a los jóvenes era eso.
-LC: Y también con un estándar de calidad técnico y estético, que para ellos no importaba. La idea era que cuanto menos producido, mejor lo recibía la gente.
-BC: Hasta ese momento el streaming era eso, era desprolijo, se veía bastante mal. Cámaras de mala calidad, no importaba el plano, no importaba mucho todo eso.
-LC: Entonces ahí nos juntamos, dijimos che, hablamos con diez personas, están todos pensando lo mismo, tenemos que hacer lo contrario y ver qué pasa. Esto que hoy te puede parecer una obviedad era todo lo contrario por entonces.
BC: De todos los canales de streaming, Olga fue el último en salir y sabíamos que debíamos tener un diferencial porque si no, no nos iban a elegir. Entonces pensamos a partir de eso la estética, el estudio, las cámaras, la calidad que queríamos, la prolijidad que queríamos, el contenido que queríamos, la figura que queríamos tener como la cara del canal que era Migue o Migue (Granados). Y así nace Olga.
-¿Cuánto les costó convencerlo? A veces uno pega onda desde el minuto cero y otras no. ¿Cómo fue lo de ustedes?
-BC: Cero onda. El chabón no nos contestaba el teléfono. Pero no de malo. No nos conocía. Él trabajaba bastante poco y tenía una vida muy linda porque grababa La Cruda cuando quería y hacía ESPN Playroom también cuando él quería. Y nosotros le veníamos a plantear que tenía que trabajar todos los días tres horas y no sabía ni quiénes éramos.
-¿Cómo fue el inicio?
-LC:Éramos mucho menos. Unas 20 personas que para nosotros eran un montón, con sueldos a pagar todos los meses y dependiendo de un proyecto que les habíamos propuesto. Hoy somos más de 100. En nuestro living hablábamos con gente de la idea, les decíamos se iba a llamar Olga y todos nos miraban con cara rara pero decían “dale, renuncio”.
-El día de lanzamiento ya con Migue en el barco…¿qué sintieron?
-BC: Que teníamos al mejor equipo. Trabajamos y trabajamos muchos meses antes. Pensamos cada idea, cada video. Presentamos cada programa con un video que también era algo nuevo en ese momento. Todavía no lo había hecho nadie y le pusimos calidad de cine. Nosotros dos, Miguel, Lucas Friedman -que además de conductor es el director artístico del canal- y con Isa que es la jefa de redes. Éramos nosotros cinco. Teníamos todo calendarizado. De hecho, tenemos un pizarrón de que es cábala, en el que estaba ese calendario escrito por Isa. Era un cuentito pensado para cada red.
-¿Por qué Olga?
-BC: Porque se lo ocurrió a Miguel como un nombre que nadie le pondría a un medio de comunicación. Y él quería ese nombre. De hecho, yo le dije “no, no, no, es horrible” y él dijo “bueno, trae uno mejor”.
-LC: Nosotros lo fuimos a buscar por eso a Migue, porque es un distinto y porque esa era la identidad que le queríamos dar al canal. Y ya desde el nombre se la dimos. Hoy parece normal, se normalizó porque es una marca, Pero en ese momento a nosotros nos chocó y se lo contábamos a nuestros amigos, a mamá y todos decían que no. Pero Migue tenía razón.
-Hablan mucho de este coach que los ayuda…
-BC: Al principio directamente éramos nosotros dos peleándonos y él nos decía “bueno ya pasó la hora chicos, no hicieron nada, no mejoraron nada”. Nosotros dos lo hacemos juntos. A veces sumamos a algunos de los directores. A veces lo hacen ellos. Pablo está para todo el canal.
-¿Cómo es liderar talento?
-BC: Siempre digo que nos toca jugar con Messi. porque es el mejor. Entonces se suma a una reunión y siempre mejora la idea y tiene ideas que decís estás reloco y funciona. Es una persona absolutamente creativa, es inteligente, escucha, es gracioso, está recontra loco, yo lo amo, lo amo a él, a su familia, es una persona que entiende perfecto el límite, nunca que habla la pifia.
-¿Qué es Olga hoy?
-LC: Es una marca de entretenimiento. Hoy su parte más fuerte es el canal de streaming, pero que ya estamos empezando a producir para otros. Estamos trabajando en un Movistar Arena para una persona muy importante que todavía no podemos decir. El año que viene también tendremos nuestro propio festival de música. Además, estamos haciendo contenido on demand y tenemos otros tres lanzamientos muy fuertes.
-¿Tienen prevista la expansión regional?
-LC: Sí. El año que viene vamos a abrir en México y el otro año en España con talento local. Siempre con nuestra esencia y nuestros valores, pero que se van a localizar. En cada territorio tendrá un tono distinto. También vamos a producir teatro de algo que no es Olga, además de un reality de parejas.
-¿Por qué traen El hormiguero?
-LC: Es un formato muy exitoso de España. Hicimos un estudio de mercado muy importante y es una marca que para la gente de nuestra generación es muy conocida, muy prestigiosa, tiene muchos valores similares a los nuestros.
-BC: Es la primera vez en el mundo en que venden ese formato a un canal de streaming y es probar, innovar y buscar.
-También surgieron los “Olga Days” que son experiencias…
-LC: Migue lo tiró al aire, pero no como tengo una idea genial, sino “che les parece si hacemos el Cerati Day”. Y la verdad es que lo produjimos muy bien, pero nunca pensamos que iba a ser esto. Llegó el día, abrimos las persianas y había 500 personas.
-La parte antipática de las empresas, la gente que se va, las charlas difíciles, los no, las cosas que no salen como uno espera…¿Cómo la llevan?
-BC: Por suerte tuvimos pocas situaciones así. En dos años la verdad fueron contadas en comparación a todo lo que nos podría haber pasado. Vamos aprendiendo con cada error o cada persona, y corregimos rápido.
-El fenómeno de los streamings es muy argentino…
-BC: Sí.
-LC: Tan exitosos no hay en ningún lugar del mundo. O sea, este fenómeno que pasa acá de canales de streaming, con programación, con artística, con estas estructuras, no existe en otro lado.
-La idea de Olga lovers o fanáticos…¿Cómo se lleva?
-BC: Siempre decimos, que Olga es como un club de fútbol y la gente que es fanática de Olga son como los hinchas. Tenemos una marca de ropa y agotan las remeras y viene la gente a la esquina con la remera puesta, como cuando sale la nueva camiseta de River que querés tener la última. Sacamos un Movistar Arena a la venta y se agota. Migue hizo tres. Yayo también. Es la programación completa.
-Los pases de un equipo a otro como fue TDT o Martu Benza…
-BC: Es como toda la vida. Se pasa de Canal 13 a Telefe o de un canal de noticias al otro, como siempre. Todo eso es nuestro trabajo. Queremos a los mejores y ya los tenemos.
-¿Es un mito o realidad que los canales streaming los ven los jóvenes?
-BC: El mayor porcentaje de gente que ve Olga tiene entre 25 y 35 años. Pero también depende de cada programa. Nosotros tenemos programas que tienen su identidad muy marcada, entonces hay algunos con más cantidad de mujeres, y otros con hombres un poco más grandes.
-¿Se imaginan lanzando Roberto para otro target?
-LC: Sí, pero todo dentro del del paraguas de Olga.
-¿Qué es lo que más y lo que menos te gusta de trabajar con tu hermana?
-LC: Lo que más me gusta es la confianza. Lo que menos es que nos saca un poco tiempo de hermanos.
-BC: Para mí lo que menos es que toda la parte buena de la confianza también hace que a veces las conversaciones entre nosotros sean muchísimo más fuertes que las que puedo tener con otra persona. Luis es particularmente crudo. Para mi lo mejor de Olga es haberlo hecho con él.
-Insistir, persistir y resistir. Eran tres piedras que tenía su papá en la oficina.
-LC: Él nos inculcó que no existe el no. Sí, se puede. Si fue consciente o inconsciente no lo sé pero nosotros creemos en eso.
-BC: Acá también es una bajada siempre nuestra, de cómo pensar siempre lo imposible y arrancar por el plan. Para nosotros cuando lo laburás mucho, nada es tan imposible.ß









