El músico falleció a los 76 años tras luchar varios años contra el Parkinson; el fanatismo poco conocido de uno de los padres del Heavy Metal
3 minutos de lectura'
Ozzy Osbourne, el legendario músico británico y fundador de Black Sabbath, falleció este martes a los 76 años. El artista había sido diagnosticado con Parkinson años atrás y su salud se había deteriorado en los últimos meses.
La noticia fue confirmada por su familia vía redes sociales y a través de The Guardian. “Con más tristeza de la que las palabras pueden expresar, informamos que Ozzy Osbourne falleció esta mañana. Estaba con su familia y rodeado de amor. Pedimos a todos que respeten nuestra privacidad”, señala el texto.
Nacido el 3 de diciembre de 1948 en Birmingham, Inglaterra, Osbourne era un reconocido amante de los autos, pasión de la que no hacía alarde, pero mantenía en su vida privada. A lo largo de los años, fue retratado al volante de distintos modelos, pero el primero en integrar su colección fue un elegante Daimler DS420.
Este modelo en cuestión era una lujosa limusina (que se produjo entre 1968 y 1992) que logró ser todo un ícono británico por sus líneas elegantes y por la potencia de su motor.
Debajo del capot, esta “joya” equipa un motor Jaguar XK de seis cilindros en línea y 4.2 L, que entrega 163 CV, asociado a una transmisión automática, toda una novedad para la época, de tres velocidades. En términos de rendimiento este auto puede alcanzar los 177 km/h, según narran medios británicos especializados en la industria.

También en su juventud, el autor de canciones como "No More Tears", fue dueño de un Volvo 265 modelo 1982. Se trata de un ejemplar serie 200, producido entre 1974 y 1993, que trae un motor V6 2.8 L que otorga 155 CV y un par máximo de 230 Nm.
A su vez, permite una aceleración máxima de 185 km/h y acelera de 0 a 100 km/h en 10 segundos.

Su portfolio de autos emblemáticos también incluyó a un W201 de la firma alemana Mercedes-Benz. Furor en la época de 1980, este modelo cuenta con un motor 2.0 L con 4 cilindros en línea, que permite una potencia máxima de 100 CV y cuenta con la misma performance de 0 a 100 km/h que el Volvo 265 (10 segundos).

Conforme su carrera fue en crecimiento, el ya consolidado “príncipe de las tinieblas” adquirió una Ferrari 458, vehículo que porta un motor V8 5.5, que entrega 570 CV y una velocidad máxima de 320 km/h. Sin dudas que uno de los más rápidos y potentes que tuvo en sus manos el cantante de Black Sabbath.

Por último y por si fuera poco, también se lo vio detrás del volante de un Audi R8, que contaba con un motor V10 5.2 que produce unos 550 CV y permite una velocidad máxima de 320 km/h. Acelera de 0 a 100 km/h en 3,8 segundos.

Los autos, apenas un legado en la gran trayectoria musical de Ozzy Osbourne, fueron una pasión que lo acompañó en todo momento de su vida. Su fallecimiento se da semanas después de haber brindado un último concierto en el estadio Villa Park, en Birmingham, en un evento benéfico titulado “Back to the Beginning”.









