Excelente mecánica, gran confort de marcha, altas prestaciones y consumo reducido para este compacto de la marca alemana, que es el último de los Serie 1 con tracción trasera
Desde su lanzamiento en 2004, el BMW Serie 1 gozó de una gran reputación. De diseño joven y atractivo y con una buena gama de motores y cajas y equipamiento, el más chico de la automotriz alemana mantuvo su vigencia por esos atributos y, especialmente, por ser de los pocos que contaban con tracción trasera. En 2012 se lanzó la segunda generación con muchos cambios en el diseño y agregados tecnológicos, y en los próximos meses se presentará en Europa la tercera generación de esta saga. Pero desde la firma con sede en Múnich ya adelantaron cuál será el mayor de los cambios: todos los Serie 1 vendrán solo con tracción delantera. Así que podríamos decir que este BMW 118i Advance que manejamos es uno de los últimos de su estirpe. Por eso, la filial argentina está ofreciendo las últimas unidades a un precio de US$33.000 (muy competitivo y que incluye los descuentos del programa Julio 0km) mientras se aguarda la llegada del sucesor.
El diseño es bien conocido y reconocible, con esa trompa larga que transmite deportividad, y la línea de cintura que va ascendiendo hacia atrás y que remata abruptamente en la cola bien corta. Esa identidad también se apoya en los neumáticos de perfil bajo (tener en cuenta que son tipo run flat y que no cuenta con auxilio) y en los detalles en cromado que abundan en la carrocería.
El interior es de gran calidad, con buen espacio adelante y el lugar justo para dos pasajeros atrás. El equipamiento incluye climatizador bizona, tapizados en cuero, volante multifunción también en cuero, pantalla táctil de 6,5" (se puede manejar también desde la consola con el denominado iDrive), conexión por USB y Bluetooth y sensores de estacionamiento delanteros y traseros (no tiene cámara).
En seguridad cuenta con 6 airbags, control dinámico de estabilidad (DSC), control de tracción (DTC) y frenos con ABS y EBD.
Como todo modelo de la marca de Múnich, la mecánica es un punto altísimo. En este caso cuenta con un impulsor naftero tricilíndrico con turbo 1.5 L que entrega 136 CV a 4400 rpm y un par motor de 22,5 kgm a partir de las 1250 y hasta las 4300 rpm, que se acopla a una transmisión automática de 8 marchas con convertidor de par. Además, permite optar entre cuatro modos de conducción gracias al denominado Driving Experience (Control, EcoPro, Normal, Sport y Sport +), que se pueden combinar en rodaje y que adaptan no sólo la dirección y el acelerador sino que también desconectan algunos controles (como el ESP en Sport +).
El desempeño del conjunto es siempre excelente, ya sea que se lo use en modo EcoPro (muy recomendado para andar en ciudad o para viajar tranquilo en autopista o ruta) o en Sport +: reacciona rápido y con solvencia, empuja fuerte desde bien abajo en las revoluciones, responde inmediatamente cuando se lo lleva en velocidad (ideal para realizar sobrepasos en la ruta con tranquilidad) y da la sensación de siempre tener un poquito más para dar.
Claro que es en el modo Sport + en el que más se luce, ya que la caja permite estirar los cambios hasta más allá de las 6000 rpm, mientras el paso de marchas de va dando sin tironeos ni caídas bruscas del tacómetro y manteniendo la entrega siempre constante; además, la tracción trasera hace que la conducción sea realmente divertida y vertiginosa. Las prestaciones son: acelera de 0 a 100 km/h en 8,7 s, recupera de 80 a 120 km/h en 5,6 s y alcanza una velocidad máxima de 210 km/h. Nada mal para este hot hatch de apenas 3 cilindros que pesa 1380 kg.
Y como si esto fuese poco, los consumos son realmente para destacar: en ciudad y en modo Eco usa unos 7 L/100 km, mientras que en ruta a 120 km/h gasta unos 5,5 L/100 km.
El comportamiento dinámico es también todo lo que se puede esperar de un BMW: cómodo, ágil y silencioso en uso urbano, y firme, aplomado y de gran estabilidad cuando se lo lleva en velocidad tanto en rectas como en curvas (la dirección es de respuesta precisa e inmediata). Una sensación similar a la que ofrece el manejo de un karting.
En cuanto al andar, en ciudad puede resultar un poquito áspero tanto por el ajuste de las suspensiones (son más bien duras) como por el perfil bajo de los neumáticos y por las butacas semi deportivas, y es necesario tomar algunas precauciones al momento de sortear baches, algunas cunetas y lomos de burro debido a su escaso despeje. Todo lo contrario sucede en autopista donde el auto ni se siente.
Si bien falta poco para la renovación del Serie 1, para los que gusten de la diversión que aporta la potencia en el eje de atrás, todavía hay oportunidad de disfrutarlo.