Es el tercer SUV de la marca del óvalo que se vende en nuestro país. Importado de China, ofrece un alto nivel de equipamiento, mucho espacio y confort, y una mecánica nueva y eficiente
El Ford Territory fue exhibido por primera vez en la región en el Salón de San Pablo de 2018. Debido a la rápida y excelente aceptación que tuvo, la compañía decidió sumarlo a su gama para aumentar su presencia en el cada vez más competitivo y amplio mercado de los SUV.
Pero además, tiene una particularidad y es que no es un producto 100% Ford. ¿Cómo es esto? Es que este Territory es el resultado de la alianza entre el óvalo y la marca china JMC para fabricar varios modelos destinados a distintos mercados –de hecho, JMC tiene el Yusheng S330, que es en el que se basa éste–. Y otra cosa: es el primer modelo fabricado en ese país que Ford vende en la Argentina y que se ofrece aquí en dos versiones, SEL y Titanium, ambas con la misma mecánica pero con distinto nivel de equipamiento. La última fue la que probamos.
Ubicado en la cartera entre el Ecosport y el Kuga, este Territory tiene medidas generosas (4,58 m de largo, 1,936 m de ancho y 1,674 m de alto), superiores a las de varios de sus competidores del segmento. Además de su buen tamaño, nos encontramos con que su diseño es completamente distinto al que nos tiene acostumbrado la firma; de hecho, se aleja bastante de las líneas del denominado Kinetic Design para adquirir una identidad propia. ¿Dónde se notan esas diferencias? Para empezar, en la parte frontal, donde el hexágono que forma la parrilla aquí es bastante más pequeño que el que se ve en el resto de la gama, fisonomía que se continúa en los faros (con tecnología full LED); remata abajo en un paragolpes amplio y robusto para conformar un conjunto que transmite mucha personalidad. Luego, tiene una silueta robusta (gracias a los guardabarros que sobresalen bastante) pero al mismo tiempo estilizada (las nervaduras laterales logran ese efecto) y que va subiendo hacia atrás hasta rematar en una línea de cintura bien alta. La parte trasera es elegante y robusta y tiene cierto aire europeo. A esto suma apliques en cromado, protectores plásticos y barras de equipaje en aluminio y otros detalles que le otorgan mucho atractivo.
Las generosas medidas de la carrocería permiten que el interior sea bien amplio y con muy buena calidad de materiales (abundan los mullidos que combinan con plásticos suaves al tacto) y terminaciones.
- Motor: naftero con turbo
- Potencia: 143 CV entre 4500 y 5200 rpm
- Cilindros: 4 en línea
- Cilindrada: 1490 cc
- Par: 23 kgm entre 1500 y 4000
- Caja: automática CVT de 8 marchas
- Tracción: delantera
El nivel de equipamiento es superlativo e incluye, como elementos destacados, cargador inalámbrico para dispositivos, tapizados en cuero, butacas delanteras calefaccionadas y refrigeradas (la del conductor se regula eléctricamente), cámara 360° con vista de ojo de pájaro (Bird Eye View), central multimedia con pantalla táctil de 10" (un poco lenta de respuesta), asistente de estacionamiento (paralelo y perpendicular), control de velocidad crucero adaptativo, tablero totalmente digital y que se puede configurar a gusto y mucho más.
Lo mismo se puede decir de la seguridad, aspecto en el que ofrece control de estabilidad (ESP), frenos con ABS y EBD, anclajes Isofix, asistente de arranque en pendiente y, en el caso de esta Titanium, el paquete de ayudas a la conducción Ford Co-Pilot 360 (alertas de punto ciego y de cambio de carril, frenado autónomo de emergencia con detector de peatones, etcétera).
Yendo a la mecánica, está equipado con el motor de 4 cilindros Ecoboost 1.5 L naftero con turbo e inyección directa que entrega 143 CV entre 4500 y 5200 rpm y 23 kgm entre 1500 y 4000 rpm al que se anexa una caja automática del tipo CVT con 8 marchas preprogramadas (no trae levas al volante).
El impulsor tiene un funcionamiento bastante progresivo, con un amplio rango de entrega tanto de potencia como de torque (todo un hallazgo), y se combina muy bien con la transmisión cuando se lo usa en ciudad o cuando se lo lleva en la ruta o autopista, donde trabaja muy relajado (2100 rpm a 120 km/h). Eso se traduce en consumos realmente muy buenos en ruta (8 L/100 km), aunque trepan bastante en ciudad (11 L/100 km).
Pero cuando se lo exige (al pisarlo o cuando se necesita hacer un sobrepaso), el conjunto se siente algo remolón, esto debido a la tendencia que tiene este tipo de cajas a patinar y demorar la respuesta. De ahí que tenga números altos: 12,1 s para acelerar de 0 a 100 km/h, 9,5 s para recuperar de 80 a 120 km/h, mientras que alcanza una velocidad máxima de 177 km/h. Combinado con una caja más convencional, seguramente el impulsor podría dar lo mejor de sí.
Pero esto tiene que ver con que claramente el Territory es un vehículo que apunta al confort de los usuarios. Y ahí no defrauda en nada: es super silencioso, suave en el andar (las suspensiones amortiguan cualquier imperfección del camino, tiene buena altura para sortear los baches, cunetas y lomos de burro de nuestras calles) y de conducción fácil (la dirección responden rápidamente y a la perfección ). Lo mismo aplica para el comportamiento dinámico, donde se lo siente muy estable y aplomado tanto en rectas como en curvas.
Esta versión tope de gama tiene un precio de US$43.500 (al cambio oficial del BNA del día anterior), valor que tiene que ver con que se le aplican todos los impuestos y que está acorde con los valores del mercado.