La biblioteca elemental de Gonzalo Celorio, el ganador del Premio Cervantes
El autor mexicano ganó el máximo reconocimiento de la literatura en español; su obra traza un puente entre la memoria íntima y la historia de su país
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El académico y escritor mexicano Gonzalo Celorio (Ciudad de México, 1948) ganó el Premio Cervantes 2025, el mayor reconocimiento a la literatura en lengua española. El fallo, anunciado hoy por el Ministerio de Cultura de España, reconoció su “su excepcional obra literaria, profunda que conjuga una lucidez crítica que explora la identidad sentimental y la pérdida”, así como una “voz de notable elegancia y hondura reflexiva”.
El jurado, encabezado por María José Gálvez –directora general del Libro, del Cómic y de la Lectura del Ministerio de Cultura de España–, resaltó en su fallo la trayectoria y la aportación intelectual de Gonzalo Celorio. Tras más de cinco décadas de escritura, Celorio ha construido “una voz literaria de notable elegancia y hondura reflexiva en la que conjuga la lucidez crítica con una sensibilidad narrativa que explora los matices de la identidad, la educación sentimental y la pérdida. Su obra es al mismo tiempo una memoria del México moderno y un espejo de la condición humana”.

El galardón, dotado con 125.000 euros, se entrega anualmente desde 1976 y es considerado el máximo premio de las letras hispánicas. Con esta edición, y tras dos años consecutivos premiando a autores españoles, el jurado retomó la alternancia y volvió a reconocer a un autor latinoamericano. Jorge Luis Borges, Ernesto Sabato, Adolfo Bioy Casares y Juan Gelman son los argentinos que ganaron el Cervantes.
Celorio publicó una veintena de libros, entre novelas y ensayos.
En su último libro, Ese montón de espejos rotos (Tusquets, $15.900, solo en formato digital en la Argentina) ofrece unas memorias que son, al mismo tiempo, el retrato íntimo de una vida dedicada a la palabra y una crónica cultural del México contemporáneo. El autor se mira a sí mismo con ironía y lucidez: repasa su formación literaria, su experiencia como docente, académico y editor, y las múltiples facetas de su vocación intelectual. En una estructura fragmentaria y vivaz, Celorio alterna la vida pública con la privada, entre los pasillos universitarios y los bares del centro histórico, donde la música, el teatro y la amistad conviven con las exigencias del oficio. El resultado es un autorretrato atravesado por las pasiones que marcaron su obra: la palabra, la fiesta, la música popular y la celebración de la cultura mexicana en todas sus formas.

En Mentideros de la memoria (Tusquets, 2022, $14.200 en formato e-book), Celorio reconstruye, entre la evocación personal y el ensayo literario, sus encuentros con algunos de los grandes nombres de la literatura latinoamericana. Desde Arreola, Cortázar y Rulfo hasta Fuentes, Monterroso, García Márquez, Loynaz y Eco, el autor traza un mapa afectivo e intelectual de quienes marcaron una época. Con una prosa que combina humor, ironía y una profunda admiración crítica, Celorio convierte cada recuerdo en un retrato entrañable donde las anécdotas –algunas cómicas, otras melancólicas– sirven de puerta de entrada a la valoración de sus obras y de su legado.
La novela Y retiemble en sus centros la tierra (Tusquets, 1999, $16.700) tiene por protagonista al profesor Juan Manuel Barrientos, que emprende un recorrido solitario por el Centro Histórico de Ciudad de México después de que sus alumnos no se presenten a una visita guiada. A medida que avanza entre iglesias, calles y cantinas, el paseo se convierte en una suerte de viacrucis interior, donde los fantasmas del pasado se mezclan con la memoria urbana y la historia del país. Con una escritura densa y lírica, Celorio transforma la caminata de un hombre abatido en una profunda meditación sobre la culpa, el tiempo y las ruinas, tanto las de la ciudad como las propias.
En El metal y la escoria (Tusquets, 2014, $38.700), Celorio recrea una saga familiar marcada por la emigración, el esfuerzo y el deterioro del tiempo. La historia comienza en 1874, cuando Emeterio deja una aldea asturiana para probar suerte en México. Su ascenso social parece encarnar el sueño del progreso, pero las generaciones siguientes transforman esa prosperidad en ruina. Entre hijos que malgastan la herencia y mujeres relegadas por una sociedad patriarcal, la familia atraviesa un ciclo de esplendor y decadencia que culmina con una amenaza final: la pérdida de la memoria. A través de esta historia, Celorio combina la épica de la inmigración con una reflexión sobre el olvido, la herencia y las grietas que deja el tiempo en los linajes y en las naciones.

Tres lindas cubanas (Tusquets, 2006, $3200 en formato digital) entrelaza la historia íntima de la familia del autor con la de Cuba en el siglo XX, en una narración que combina la memoria, la novela y la crónica de viajes. Todo comienza en 1921, cuando el diplomático Miguel Celorio –su padre– conoce en un cine de La Habana a tres jóvenes hermanas que marcarán el destino de su linaje. A partir de esas figuras femeninas –Rosita, Virginia y Ana María, que luego se convertirán en su madre y sus tías–, Celorio reconstruye una saga atravesada por el amor, el exilio, las lealtades y las pérdidas. Alternando las cartas familiares con sus propios viajes a la isla, el escritor traza un mapa emocional y político de Cuba, evocando a autores como Lezama Lima, Carpentier y Dulce María Loynaz. Con una prosa elegante y melancólica, el libro celebra los lazos entre la vida y la literatura, entre la memoria personal y la historia colectiva.
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