La protesta visual de Banksy conquista a Roma con una megamuestra en el Chiostro del Bramante
ROMA.- ¿Sed de arte después del encierro? Es lo que se palpaba hoy en la entrada del Chiostro del Bramante, espléndido espacio cultural renacentista donde se inauguró Banksy, a visual protest, una megamuestra donde pueden admirarse más de 100 obras del misterioso pero cada vez más famoso artista urbano británico.
La exhibición tendría que haberse inaugurado el 21 de marzo pasado, cuando Italia se encontraba en pleno lockdown debido a la pandemia por coronavirus. Pero finalmente se abrió hoy, por supuesto bajo las normas de seguridad anti-Covid –barbijo obligatorio, grupos limitados, distanciamientos social y alcohol en gel a voluntad– y con una cantidad de público que superó todas las expectativas. Tanto es así que había gente esperando para ingresar a la muestra, cuya entrada puede comprarse en el lugar, aunque, vista la afluencia de gente lo recomendable es hacerlo online, aunque el sitio se hallaba colapsado, según pudo constatar LA NACION.
Aparecidas en las dos últimas décadas en los muros de lugares de lo más disímiles como Londres, Nueva York, Venecia o los territorios palestinos, las obras de Banksy pueden contemplarse en paredes proyectadas hace 500 años por alguien como Donato Bramante (1444-1515). Entre los grandes artistas del Renacimiento, Donato "Donnino" di Angelo di Pascuccio, llamado "Bramante", luego de trasladarse a Roma desde Milán después de la caída de Ludovico il Moro, se convirtió en el primer arquitecto del papa Julio II y uno de los grandes rivales de Miguel Ángel. El chiostro (claustro) que lleva su nombre es un extraordinario ejemplo de arquitectura renacentista y forma parte del complejo que incluye la adyacente iglesia de Santa María della Pace donde se encuentran las famosas Sibilas de Rafael, recientemente restauradas.
¿Qué impacto tendrá para Banksy, famoso por su sátira muchas veces irreverente, el hecho de hallarse en un lugar tan antiguo y especial? ¿Visitará, por supuesto de incógnito, una muestra que narra su mundo e insertada en un marco de refinada elegancia y ejemplo del clasicismo renacentista?
El recorrido de Banksy, a visual protest, que comienza enseguida después de atravesar el magnífico claustro, recorre un amplio arco de la producción que va de 2001 a 2017; dominan los graffitis con animales, las famosas ratas o monos, las críticas a la guerra, al consumismo, al capitalismo, a las injusticias de un mundo con demasiados muros, entre los cuales el que separa a palestinos de israelíes. Justamente allí, frente al muro que rodea la ciudad Belén, en 2017 Banksy puso un hotel, The Walled Off Hotel, el hotel "con la peor vista del mundo", que denuncia ese horror también a través de un museo, según recuerda la exhibición.
La muestra, formada por obras que pertenecen a colecciones privadas y que cuenta también, en la parte final, con un vídeo con muchos trabajos más del enfant terrible de Bristol, arranca con Girl with Red Balloon, una de las imágenes más conocidas del artista. Representa a una niña que pierde un globo con forma de corazón, que apareció por primera vez sobre los muros de Londres en 2002 y que fue utilizada en 2017 para la Campaña "Stand for Syria" para ayudar al pueblo sirio.
Hace tres años en Inglaterra esta imagen resultó votada como la favorita del público y hace unas semanas volvió a aparecer en el casco de la nave que financió el artista para rescatar a los inmigrantes que mueren en el Mediterráneo, en una nueva denuncia contra la indiferencia europea ante este drama. Llamada Louise Michel en recuerdo de una anarquista feminista francesa, la nave, de color rosa y blanco, ostenta en uno de sus lados a la misma niña, pero con un salvavidas en lugar del globo.
Entre muchas otras en la muestra también pueden verse Devolved Parliament, la célebre litografía con los monos que pueblan la Cámara de los Comunes británica, Money Queen, irreverente retrato de la reina Isabel II, y Napalm, donde aparece la imagen de la famosa foto de una niña vienamita que huye, desnuda, desesperada, gravemente quemada por el gas napalm –foto simbólo del espanto de la guerra de Vietnam-, acompañada por Mickey Mouse y Ronald McDonald, íconos del consumismo moderno y de la sociedad capitalista estadounidense.
Tampoco faltan las habituales críticas al mercado del arte de Banksy, que hace unos años sorprendió al autodestruir un cuadro recién vendido, en una impactante performance. Puede verse, en efecto, Morons (Idiotas), serigrafía que alude a un momento determinante de la historia del arte: cuando la naturaleza muerta de Van Gogh, Vaso con quince girasoles, fue subastada por Christie’s, el 30 de marzo de 1987 y fue vendido por 22 millones y medio de libras esterllinas, todo un récord. La imagen representa a una multitud de coleccionistas reunidos alrededor de un martillero y entre las pinturas expuestas salta a la vista una gran tela con imponente marco dorado en la que se lee: "no puedo creer que ustedes, idiotas, compren esta mierda".
La megamuestra de Banksy ya un éxito en su primer día y podrá verse hasta el 11 de abril próximo.
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