La tienda de arte Diderot.Art cruza las fronteras para llevar la creatividad latinoamericana al mundo
Con una exposición de 20 artistas, la plataforma digital argentina desembarcó en Uruguay; desde su creación en 2017, lleva vendidas más de 4000 obras
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MONTEVIDEO.– La plataforma argentina de venta de arte online Diderot.Art (www.diderot.art) continúa su proceso de internacionalización con su desembarco en Uruguay. Representa a 120 artistas y lleva vendidas más de 4000 obras en siete años. Ahora, desde cualquier lugar del mundo, pueden comprarse obras de artistas de todo el país y de Uruguay. “Nuestra visión es armar una plataforma bien representativa de artistas latinoamericanos y trabajar en introducirlos en Estados Unidos y Europa”, dicen las fundadoras y directoras, Lucrecia Cornejo y Angie Braun.
En 2021, luego de cuatro años de éxito sostenido en la Argentina, la marca se instaló en México y este año desembarca en Uruguay, con Fiona White como representante: “Queremos democratizar el acceso al arte y fomentar su venta a toda la región”. Ahora, cuando cruzaron el charco, la página dejó de ser exclusiva para cada país y se volvió internacional. En el mismo portal se pueden ver artistas de los tres países en los que Diderot puso pie. “Queremos ir sumando al resto y representar artistas de toda la región en el mundo”, señalan.
La página es virtual, pero el ida y vuelta con el mundo de los átomos es constante. Los clientes, que suelen ser recurrentes, pueden acordar visitas a los talleres de los artistas o conversar telefónicamente con las galeristas y curadoras para encontrar la obra indicada, sin costo extra. Las obras llegan al hogar y tienen siete días a prueba: si no funciona, se devuelve. También se pueden comisionar obras a medida del comprador. Y muchas veces, para ver las obras que se ofrecen en Internet (con sus precios, medidas y posibilidades de pago con tarjeta y en cuotas), se hacen exposiciones físicas.
Esta noche, el desembarco en Uruguay fue con una gran muestra en Casa Solís Distrito El Globo, nuevo polo de innovación que viene a transformar la Ciudad Vieja en un centro de negocios. Al lado de lo que fue un antiguo hotel y burdel, y que pronto serán oficinas de coworking, hay montada una sala de doble altura para ver a los más de veinte artistas contemporáneos uruguayos que ya están online, como Juan Burgos, Camila Lacroze, Martín Tisnés, Camila Lacroze y Gustavo Jauje, entre otros. Seguirán en el verano las exposiciones en Punta del Este. “Es una selección de artistas que representan un pantallazo de lo que es el arte contemporáneo en Uruguay, lo que está pasando hoy. Incluye artistas que trabajan volumen, pintura y otros lenguajes, de todas las edades”, dice Pía Susaeta, curadora de la pata uruguaya. El país vecino tiene un mercado pequeño: son algo más de tres millones de habitantes. “El mercado es simbólico”, apunta Susaeta.
Las obras tienen cartel con precio y QR para comprarlas con solo un clic. Hay artistas con carrera internacional y currículum extenso, como Diego Masi. “Es un acierto. Diderot tiene un mecanismo de expandir el arte y llevarlo a otros lugares que es muy bueno”, dice. Una artistas de la performance como Ana Campanella, que es arquitecta, presenta piezas en metal. La nacionalidad, también, es fluida. La pintora Verónica Etchenique nació en Brasil y lleva veinte años viviendo en Uruguay. Santiago Zemma vive en Punta Ballena, pero nació en Buenos Aires. “Está bárbaro que vengan. Acá hay un montón de artistas y tienen muy poca visibilidad”, dice Zemma.
Pinturas, grabados, fotografías, esculturas, dibujos y objetos, de todo rango de precios. Desde pinturas de más de 10.000 dólares hasta prints de 30. “Nuestra plataforma otorga a los artistas locales visibilidad y, al mismo tiempo, impulsa la creación de nuevos compradores, promoviendo un círculo virtuoso que complementa y amplía el mercado de compra de arte actual”, dice Braun. “Diderot.Art otorgará a los artistas uruguayos respaldo en su carrera, un sentimiento de comunidad y, al mismo tiempo, se ocupará de convocar y formar nuevos coleccionistas”, agrega White.
Todo empezó en 2017, como iniciativa de estas dos amigas amantes del arte. “Queríamos incorporar al mercado la idea del e-commerce con todos sus beneficios. Acompañar y a darle visibilidad a muchos artistas al mismo tiempo. Y además conectar de una manera más amigable, más cercana para un público general que no necesariamente fuese especialista en arte, sino todo lo contrario”, explica Cornejo. Por eso sumaron al equipo a la curadora Stefy Jaugus, que visita los talleres de los artistas y selecciona la obra que van a subir a Diderot.Art: “Queremos que tenga la credibilidad de que hay un trabajo profesional hecho y así atraer nuevos interesados que se animen a comprar”.
“La dificultad que encuentran los artistas es que los compradores se concentran en las principales ciudades, pero en realidad, los nuestros son países riquísimos en artistas y en posibles consumidores de arte que se están gestando con iniciativas que los den a conocer”, detallan. La pandemia representó un salto de crecimiento. En el staff, hay artistas de Salta, Córdoba y Río Negro, y han despachado piezas a todas las provincias. El mercado uruguayo suma ahora un porcentaje alto de coleccionistas extranjeros.
“Pensamos cómo a través de la tecnología conectar con este público que por ahí siente al mundo del arte muy cerrado y que lo intimida a entrar a una galería”, explica Cornejo. El buscador es amigable y permite refinar búsquedas por precio, lugar donde colgaría la obra, y ahora también por nacionalidad. Hay arte en accesorios, decoración, joyería y libros. También se ofrecen fotomontajes para imaginar la obra en el contexto del comprador. “La gente desconoce el valor de las obras, entonces lo primero que piensa es esto no es para mí, yo no puedo... por eso ponemos los precios. Queremos que sea todo transparente. Lanzamos la tienda de objetos que tiene obra democrática”, cuentan. La obra saldrá del taller del artista con una logística impecable. Mandar a hacer una obra de tres metros de lado, conseguir una pintura de un jaguar de un día para el otro, despachar una escultura a Australia... “Se puede todo”, confirma este grupo de mujeres. Ellas lo logran.
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