Sueño cumplido: qué es el árbol fosilizado de 2500 kilos que flota en el Malba
Un tronco convertido en piedra es una de las piezas centrales de la muestra “Tunga. Yo, Vos y la Luna”, la primera dedicada al célebre artista brasileño en la Argentina en un cuarto de siglo
- 5 minutos de lectura'
“¿Te interesa?”, decía el mensaje que acompañaba la foto de un tronco petrificado. Era lo que esperaba desde hacía más de una década. Tunga, uno de los artistas más reconocidos de Brasil a nivel internacional, buscaba esa pieza clave “para hablar del tiempo, del testimonio de esa forma de vida que existió mucho antes de la existencia del hombre sobre la Tierra. Y del vínculo entre el cielo y la tierra que realizan los árboles”.
Así lo cuenta él mismo ante la cámara de Marian Lacombe, en un documental que integra la muestra Tunga. Yo, Vos y la Luna, que se inaugurará mañana a las 19 en el Malba. Aunque él falleció en 2016, ese registro fílmico permite viajar en el tiempo para acompañarlo en una recorrida por su taller de cuatro pisos y 800m2 en Río de Janeiro, ubicado en el Parque Nacional Tijuca con vista al morro Pedra da Gávea, convertido desde hace ocho años en el Instituto Tunga.
“Era una persona muy animada, muy feliz, un soñador que realizó muchos de sus sueños. Incluso esta obra que está aquí, Yo, Usted y la Luna, es un sueño que él tuvo y que realizó, y que con mucha alegría ahora podemos presentar en Argentina”, dijo a LA NACION Antônio Mourão, su hijo y director del instituto, en referencia a la instalación que incluye aquel deseado tronco de más de tres metros de largo que pesa 2500 kilos. “Él buscaba específicamente algún objeto, algún elemento –agregó-, y a veces llevaba una vida encontrarlo. Fue el caso de este tronco, que tiene millones de años y se convirtió en una piedra preciosa. Hay una transformación allí, del vegetal al mineral”.
Un cuarto de siglo después de que su obra se exhibiera por primera y última vez en Buenos Aires, en una muestra curada por Mercedes Casanegra en el Centro Cultural Recoleta, esta pieza monumental llegó hasta la costa porteña en barco, enviada por la coleccionista chino-brasileña Sarina Tang. Ahora flota en la sala del subsuelo del museo rodeado por otras piezas que conforman esta obra, exhibida por primera vez en Francia un año antes de la muerte de Tunga.
Entre ellas se destacan enormes dedos de bronce y resina, piedras de cuarzo, botellas, gotas de esencia de ámbar, superficies espejadas y trípodes de hierro que invitan a ubicarse desde cada extremo del árbol. “Es necesario mirar por acá –explica el artista mientras se asoma por el interior hueco-. Las voces se escuchan diferentes”.
“Esta obra es una síntesis de su producción, porque en ella se despliegan aspectos claves de su gramática creativa”, explica María Amalia García, curadora en jefe del Malba y también de esta exposición, junto con Nancy Rojas. Esos aspectos recurrentes son, según ella, “la materialidad, la metáfora y la terceridad”. “Constantemente el doble se desdobla en tres y aparece esa unión de dos elementos –agrega-, de la potencia o energía que él busca recuperar”.
En esta síntesis se pueden reconocer elementos de series anteriores; por ejemplo, los trípodes que ya aparecían en su serie La vía húmeda. “Siguiendo la tradición de los ambientes ceremoniales de Joseph Beuys –señala la galería neoyorquina Luhring Augustine, que la exhibió en 2014-, Tunga se basa en el uso repetido de materiales simbólicos como cristales, esponjas, caucho, madera, bronce, vasijas de vidrio y cerámica. El trípode es un componente estructural recurrente en sus nuevas esculturas, que incorporan tal variedad de medios y se asemejan a objetos totémicos monumentales resultantes de un ritual enigmático”.
En este sentido, Rojas vincula lo húmedo con la aproximación del artista a la alquimia, de la cual toma “procedimientos de transformación de la materia”. Eso se refleja a su vez en los dibujos de La vía húmeda (2010-2015), aportados para esta muestra por el Instituto Tunga, que además hacen referencia a la simetría y al espejo.
“Como ocurre con los alquimistas, las imágenes portan siempre sentidos, fórmulas ocultas, por los elementos que son representados”, explica en el citado documental su creador, graduado en Arquitectura, que se interesó también por la literatura, las matemáticas y la filosofía, y cuya variada producción abarca también video y performance. Es el caso de Xifópagas Capilares Entre Nós, obra que evoca a las inquietantes hermanas de El resplandor o a las retratadas por Diane Arbus, que integra el ciclo virtual La historia como rumor del Malba. “A menudo las piezas elaboradas son como palabras, como verbos, como sustantivos que pasean de una escultura a la otra para formar una frase diferente –señala Tunga-. Usamos muchas técnicas diferentes, desarollamos muchos elementos diferentes que terminan uniéndose para constituir una obra o un conjunto de obras”.
Nacido en 1952 como Antônio José de Barros Carvalho e Mello Mourão, Tunga fue el primer artista contemporáneo del mundo y el primer brasileño en exponer en el Museo del Louvre, en París, y cuenta con dos pabellones dedicados a su obra en el Instituto Inhotim en Brasil. Pero además exhibió instalaciones en la Bienal de Venecia, en la Documenta y en cuatro ediciones de la Bienal de San Pablo. Su obra está incluida en las colecciones permanentes de importantes museos como el MoMA de Nueva York; el Museo de Bellas Artes de Houston; el Museo de Arte Contemporáneo de Los Ángeles; el Reina Sofía, en Madrid, y el Moderna Museet, en Estocolmo.
“Es un heredero de la tradición neoconcreta brasileña –observa García- que vuelve a colocar el cuerpo, tanto del artista como del espectador o del visitante, incluso en el centro de la obra. Hay una experiencia vinculada a lo perceptivo, a la sinestesia. Porque no sólo apela a nuestra visualidad y a nuestra sensación táctil, sino también a un aroma”. Hay que estar ahí, por lo tanto, para sentir de el paso del tiempo una nueva forma.
Para agendar:
Tunga. Yo, Vos y la Luna, inaugura mañana a las 19 en Malba (Av. Pres. Figueroa Alcorta 3415) y continúa hasta el 17 de febrero.
Otras noticias de Arte
Con un desfile de obras y “pinturas para ser oídas”. Alec Oxenford, futuro embajador en Estados Unidos, cierra un ciclo en Brasil
Diez años de Móvil. De fábrica de caucho a espacio de experimentación artística
“La tenía en la mira”. Eduardo Costantini compró por casi medio millón de dólares una calavera de Mondongo que se le había escapado de las manos
Más leídas de Cultura
Diez años de Móvil. De fábrica de caucho a espacio de experimentación artística
Especial Noche de las librerías. Un mar de fueguitos y una mítica boca de león
Del padre Marcelo Gallardo. Se presenta "Fervor", una reflexión sobre el rol y la misión del cristianismo en tiempos de cambios
La argentina más celebrada. El gran año de Gabriela Cabezón Cámara