Argentina-Francia, análisis táctico: un equipo que defiende tan mal no puede ser campeón del mundo
La selección tuvo un juego tan deficiente en esta Copa del Mundo 2018 que ni siquiera el factor anímico de haberle dado vuelta el resultado a Francia transitoriamente en los octavos de final (de perder 1-0 a pasar a ganar 2-1) le alcanzó para corregir defectos tácticos. La Argentina fue un equipo que no supo jugar con el resultado a favor, pero antes de eso nunca logró defender bien en toda su estadía en Rusia. A lo largo de sus cuatro partidos demostró deficiencias notorias a la hora de marcar, tanto desde las responsabilidades individuales como desde el equipo en su totalidad: la estructura nunca logró respaldar a los jugadores.
El fútbol puede ofrecer oportunidades desde el azar y la reacción anímica (como ante Nigeria y Francia), pero un equipo que defiende mal nunca puede ser campeón. Y menos ganar un Mundial. Lo dicen las estadísticas, pero sobre todo el fútbol antiguo y el moderno. Defender bien no es sinónimo de tener un planteo defensivo. El manual básico para armar cualquier estructura colectiva arranca desde atrás hacia adelante. Porque incluso los equipos que tienen a Messi se conforman así. Hasta en eso el mejor ejemplo fue el Barcelona de Guardiola .
Los cuatro goles que le anotó Francia fueron los últimos golpes. Pero el análisis se puede hacer extensivo a los tres recibidos por Croacia, los muy malos movimientos defensivos ante Islandia (sobre todo en el primer tiempo), al mano a mano que Armani salvó ante Ighalo (Nigeria) antes de la explosión por el 2-1 de Rojo. Pero incluso ante Francia, si el partido se analiza en su totalidad, el gran déficit que tuvo la selección es que siempre corrió de atrás a los futbolistas franceses. Correr siempre de atrás significa correr mal, dar ventajas, llegar a destiempo y entrar en un desgaste físico que tarde o temprano se paga.
Algunos ejemplos puntuales: En el 1-0, tras el primer error de Messi (querer gambetear a cuatro jugadores franceses a 30 metros del arco y generar un alto riesgo de transición rápida de defensa-ataque de Francia), es Banega el que empieza a correr de atrás tras el mal control del rebote, y después sigue Rojo, corriendo de atrás a Mbappé hasta hacerle penal. Tagliafico corrió de atrás al 10 en ese pelotazo largo frontal que terminó en el foul en la puerta del área y en la amonestación para el defensor de Ajax. A los 30 minutos, hubo otra infracción desde atrás de Banega a Mbappé ; dos minutos después, otra falta sin pelota de Mascherano a Pogba. Ya en el segundo tiempo, lo amonestaron a Banega por un foul de atrás a Mbappé y enseguida Enzo Pérez bajó desde atrás a Matuidi.
El blooper entre el pase atrás de Fazio y la incomunicación con Armani es otra falla que explica el poco entendimiento entre los jugadores, la fragilidad que mostró la selección hasta con errores no forzados por el adversario. Mientras, Mascherano volvía a frenar con una falta desde atrás a Pavard, el lateral derecho.
Los cambios continuos de sistemas de Sampaoli, los flojos niveles individuales advertidos desde mucho antes que la selección encare la gira previa hacia Barcelona, los volantazos de un entrenador que pareció tomar más giros en las decisiones de las que pedía el contexto. Todo estaba a la vista, pero ya desde la conformación de la lista (la falta de recambios confiables como centrales y como mediocampistas centrales) marcó que se subestimó la faceta defensiva de la selección.
Durante todo el Mundial la selección no dio garantías de solidez ni en la línea de volantes ni atrás, la ataquen por las bandas o directo a los centrales. Los rivales lo complicaron con jugadas elaboradas, pelotazos cruzados o contraataques a pura velocidad. Contando los cuatro partidos, al equipo de Sampaoli le hicieron un promedio de un gol cada 3 llegadas (recibió 9 ante un total de 27 situaciones generadas por los rivales).
Que la Argentina haya recibido cuatro goles de Francia (eso solo) no es sinónimo de que se haya defendido mal. La postal argentina en Rusia fue endeble en todo momento: a los siete minutos, Mascherano corrió de atrás a Mbappé y estuvo al borde de cometerle penal, en esa infracción que finalizó en el tiro libre de Griezmann en el travesaño. Una imagen contundente, aunque no finalizó en gol. Así fue durante todo el Mundial. Se pueden analizar todos los compactos y se encontrarán acciones similares. Argentina (con línea de 3 o de 4) se defendió tan mal desde el estilo, la estrategia y los intérpretes que tuvo suerte de no quedar eliminada antes.
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