El básquet argentino revivió la histórica palomita de Manu Ginóbili, pero en el Mundial juvenil

Gonzalo Corbalán juega en los Estados Unidos. No en la NBA, sino en la división II de la NCAA, en la Lubbock Christian University, equipo conocido como los Chaparrals. Aunque no signifique ninguna comparación respecto de su futuro o su potencial, este miércoles emuló lo que hizo Manu Ginóbili en Atenas 2004, y le permitió al básquetbol argentino revivir una jugada como aquella “palomita” contra Serbia que alguna vez se instaló en la historia olímpica argentina.

Esta vez, fue por los octavos de final del Mundial Sub 19, en el Riga Olympic Center de Letonia, y con un histórico triunfo sobre Turquía, por 76 a 74, que le permite al equipo dirigido por Daniel Farabello alcanzar un lugar entre los ocho mejores.

En el instante final de un partido durísimo, en el que ambos seleccionados se alternaron el marcador, la Argentina estaba desahuciada luego de dos tiros libres de Furkan Haltali, de Turquía, que pusieron al frente del marcador al conjunto que representa a Europa (74-73).

Apenas quedaban 3s4/10 cuando Corbalán recibió la pelota debajo de su propio aro (ya no tenía posibilidades de pedir tiempos muertos para sacar desde el campo rival). A Ginóbili le quedaba un poco más (3s8/10), cuando empezó su corrida triunfal.

Corbalán no tuvo intermediario (como Manu lo tuvo a Montecchia); él cruzó la cancha solo, tuvo que driblar entre tres jugadores turcos y eso le hizo perder tiempo. Antes de llegar a la línea de triples tuvo que saltar para esquivar los 2,06 metros de Haltali. Incómodo, desarticulado, pero con un gran control de su torso para mantener el balance y la posición correcta de sus brazos, alcanzó a soltar la pelota cuando en el reloj sólo quedaban 8 décimas de segundo.

El balón rebotó contra el cristal (igual que en el tiro de Ginóbili), se acurrucó en la red y provocó el delirio de los chicos argentinos.

Este chaqueño, que puede jugar de base o de escolta, tiene 19 años y mide 1,95m, pasó por las categorías de ascenso del básquet argentino con Villa San Martín, de Resistencia. Es decidido, con gran capacidad atlética y claramente comenzó a sobresalir en el plantel argentino por sus actuaciones. Ahora, estudia marketing empresarial, además de jugar al básquet. Se mudó hace tres años con su familia a los Estados Unidos y antes de dar el salto universitario había pasado en la educación secundaria por Las Cruces, en Nuevo México.

Corbalán hizo 25 puntos contra Turquía y fue el goleador argentino. Pero más allá de los números, ya había sido el hombre que permitió el envión anímico de la Argentina en el partido del debut, ante España (69-68), para dar vuelta un partido que parecía imposible y el que llegó a estar abajo por 17 puntos.

En el segundo match, la selección venció a Corea del Sur por 112 a 74. Y cuando parecía que podía dominar el grupo, un giro del destino lo dejó en el tercer lugar. Porque España venció a Francia y Francia superó a la Argentina (89-52). La dura derrota lo mandó al cruce con el poderoso equipo turco. En los cuartos de final, el rival será Serbia (igual que en el Mundial de mayores 2019). Los serbios sufrieron para vencer a Japón por 89-86.

La actuación del conjunto juvenil nacional es la mejor desde 2011, cuando también en Letonia, el equipo alcanzó la cuarta posición. En aquella oportunidad estaban varios jugadores que ahora participarán en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, como Patricio Garino, Tayavek Gallizzi y Marcos Delía.

Ahora son Juan Francisco Fernández, Mateo Díaz, Manuel Rodriguez, Silvano Merlo y Alejo Azpilicueta, entre otros, los que empujan del grupo. El futuro dirá hasta donde llegarán.

LA NACION

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